La ira de Iniesta y la crecida de Isco
El segundo capit¨¢n de Espa?a, cada vez m¨¢s superpuesto con el malague?o en el campo, expresa su malestar ante las cr¨ªticas que sugieren relevar a los veteranos
Andr¨¦s Iniesta se hart¨® en Kaliningrado. Habl¨® en p¨²blico tras el empate (2-2) ante Marruecos y exhibi¨® su rabia entre dientes. Con gestos y silencios m¨¢s que con palabras. En contraste con la autocr¨ªtica estridente del seleccionador Fernando Hierro y el goleador Isco Alarc¨®n, el mediapunta manchego marc¨® la raya. ¡°Todo se puede mejorar¡±, zanj¨® en Telecinco, con el rictus m¨¢s torvo que se le conoce, cuando le preguntaron por las palabras de su compa?ero y el entrenador. ¡°Hemos cumplido con el objetivo de clasificarnos; ahora viene otra cosa y creo que estaremos a la altura¡±.
Desde la concentraci¨®n aseguran que Iniesta se esfuerza por permanecer impasible ante la sensaci¨®n de una parte de la expedici¨®n de que sobre la selecci¨®n espa?ola se cierne una intriga m¨¢s pol¨ªtica que deportiva. Seg¨²n fuentes del equipo acantonado en Rusia, esta corriente se hace sentir entre los veteranos desde que se reunieron en Las Rozas. El fichaje de Lopetegui por el Madrid fue la manifestaci¨®n m¨¢s extrema de lo que se experimenta como un intrusismo por muchos jugadores. En los ¨²ltimos d¨ªas, la especie que repite que hay futbolistas cansados que ¡ªcomo Silva o Iniesta¡ª necesitan un relevo inmediato para colocar en su lugar a internacionales de los equipos madrile?os es otra de las cuestiones que inquietan a una parte importante de la plantilla. Los campeones de 2010 sienten que lo que est¨¢ en juego es puramente futbol¨ªstico. Nada menos que el modelo que llev¨® a Espa?a al ¨¦xito. Exactamente la ¨²nica manera de jugar que creen que puede aproximarles a ganar la Copa del Mundo en Mosc¨².
La disposici¨®n del equipo instantes antes de saltar al campo del estadio del B¨¢ltico a enfrentar a Marruecos fue un reflejo del estado de cosas del vestuario. A la cabeza de la columna, Ramos y Piqu¨¦ absortos en sus pensamientos; por detr¨¢s Busquets, Iniesta, Silva, Carvajal, Alba y Thiago formando una asamblea improvisada debatiendo c¨®mo jugar; a la cola, como si lo que se discut¨ªa no fuera con ellos, Isco y Costa; y ya fuera de plano David de Gea, ep¨ªtome del aislamiento.
Isco y Silva, los falsos extremos, el gran hallazgo de Lopetegui, representan el anverso y el reverso de la crisis que tanto preocupa a Iniesta. El enganche madridista porque es el jugador espa?ol que m¨¢s se destaca en el Mundial; el canario porque se muestra sombr¨ªo, por debajo del nivel que le permiti¨® convertirse en el m¨¢ximo goleador (cinco) de la fase de clasificaci¨®n. Isco es el favorito medi¨¢tico mientras que Silva es objeto de suspicacias y su titularidad comienza a cuestionarse en el entorno m¨¢s que dentro de la plantilla.
En sus conversaciones privadas en la base de Krasnodar, los ide¨®logos del juego que llev¨® a la Roja a conquistar el Mundial en 2010 sostienen que la realidad es al rev¨¦s de lo que trasluce el partido contra Marruecos o Ir¨¢n. En relaci¨®n con Silva, dicen que desluce porque lleva muchos partidos desmarc¨¢ndose y pidiendo la pelota entre l¨ªneas, por delante de los volantes, donde los espacios se cierran y los defensas pegan m¨¢s, y que su trabajo choca contra la incapacidad de Costa para asociarse y ayudarle. Los compa?eros consultados recuerdan que Silva se ha pasado mucho tiempo trabajando en silencio para el equipo, con el altruismo que caracteriza lo esencial del juego de toque: cada pase, cada movimiento, es una contribuci¨®n para que el siguiente compa?ero que reciba la pelota lo haga en mejores condiciones, con m¨¢s espacio y con m¨¢s tiempo. En este orden, recuerdan, ser ¡°un chup¨®n¡± no es chupar bal¨®n sino chupar en beneficio propio el tiempo que los dem¨¢s han ganado para que el equipo sea m¨¢s competitivo. Los mismos compa?eros se?alan que este es el problema de Isco.
Ser o no ser ¡°chup¨®n¡±
A ojo de los profesionales, ni los desbordes ni el gol de Isco a Marruecos, a pase de Iniesta, disimularon que durante largas fases del partido baj¨® a recibir a la altura de los centrales, donde la vida es m¨¢s dulce, en lugar de intentar pedir la pelota entre l¨ªneas para descuadrar la defensa contraria como hizo Silva. Las maniobras evasivas de Isco repercutieron directamente en Iniesta, que debi¨® subir a hacer el trabajo del malague?o y correr el doble cada vez que Espa?a perdi¨® la pelota.
El debate interno viene de largo. A Isco le doli¨® que Xavi Hern¨¢ndez le recordara que debe aprender a diferenciar entre ¡°jugar bien y jugar bonito¡±. Dicen fuentes pr¨®ximas a su familia que Isco supone que su calidad le permite aspirar al Bal¨®n de Oro. Desconf¨ªa de las lecciones. Al contrario, ahora es ¨¦l quien aprieta las clavijas. Al menos as¨ª lo sintieron sus compa?eros cuando sali¨® a la sala de conferencias de Kaliningrado con el trofeo al mejor jugador de la noche ¡ªacto patrocinado por una multinacional cervecera¡ª para decir: ¡°Tenemos que ponernos las pilas¡±.
La paciencia de Iniesta tiene un l¨ªmite. En Kaliningrado, la selecci¨®n se asom¨® a la frontera.
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