Las tarjetas las invent¨® una mujer

Ken Aston fue el ¨¢rbitro del partido m¨¢s desagradable de la historia de la Copa del Mundo, el Chile-Italia de 1962. Qued¨® para el recuerdo como la batalla de Santiago. La causa fue una cr¨®nica muy despectiva hacia Chile (como pa¨ªs, no como selecci¨®n) publicada por el diario bolo?¨¦s Il Resto del Carlino, con firma de Corrado Pizzinelli, que viaj¨® un mes antes del campeonato para hacer una nota de ambiente. La he le¨ªdo y la verdad es que era de a¨²pa.

Chile e Italia coincid¨ªan en el grupo II. Se enfrentaron en la segunda jornada. Para entonces ya hab¨ªa llegado la cr¨®nica de un mes antes a El Mercurio, el gran diario de Chile, que la reprodujo. Chile hab¨ªa hecho un gran esfuerzo para sacar adelante este Mundial pese un tremendo terremoto un a?o antes, para dar una buena imagen al mundo. Aquella cr¨®nica cre¨® una indignaci¨®n colosal.

Aston sufri¨® tratando de arbitrar una batalla infame. Intentaba sosegar a los jugadores, pero no le entend¨ªan. Expuls¨® a dos italianos, fracas¨®. Se march¨® frustrado.

Para el Mundial siguiente, Inglaterra 66, estaba retirado, en la Comisi¨®n de Arbitraje de la FIFA. Presenci¨® el c¨¦lebre Inglaterra-Argentina en el que el alem¨¢n Kreitlein expuls¨® a Rattin, por reiteradas protestas. Aquello cre¨® revuelo. Rattin hab¨ªa sido advertido, seg¨²n el ¨¢rbitro, por reincidir en las protestas. Pero Rattin s¨®lo hablaba espa?ol. ?C¨®mo iba a saber lo que le dec¨ªa Kreitlein? El propio Aston, que se hab¨ªa visto ante chilenos e italianos, incapaz de advertirles, baj¨® al campo para mediar. El ingl¨¦s no estaba tan entendido entonces como hoy, convertido en lengua franca.

El d¨ªa siguiente estaba en su despacho en Wembley cuando llam¨® Jackie Charlton. Un peri¨®dico hab¨ªa publicado que hab¨ªan sido advertidos de expulsi¨®n ¨¦l y su hermano Bobby. No lo sab¨ªan y quer¨ªan certificarlo.

Aston se fue a casa pensando en la necesidad de crear un sistema f¨¢cil, internacional, indudable, para que los jugadores amonestados por el ¨¢rbitro lo supieran, y tambi¨¦n los espectadores, para que no hubiera duda. Parado en un sem¨¢foro en Kensignton, pens¨®: ¡°Deber¨ªa ser algo tan claro como esto: amarillo, prevenci¨®n, rojo, prohibido pasar¡­ Pero ?c¨®mo? ?Si fuera tan f¨¢cil como poner un sem¨¢foro con luces en el campo¡­!¡±.

Lleg¨® a casa y le explic¨® su preocupaci¨®n a su esposa, Hilda, que pareci¨® no atenderle. Luego se puso a leer el peri¨®dico. Al poco rato, Hilda apareci¨® ante ¨¦l. Hab¨ªa recortado dos trozos de cartulina, una amarilla y otra roja, y se los mostr¨®: ¡°?Y si los ¨¢rbitros llevaran dos de estas en el bolsillo? La amarilla como advertencia y la roja para expulsar¡±. Aston se sinti¨® feliz con la idea y tras muchas discusiones y algunos ensayos entr¨® en funcionamiento con todas las de la ley en el Mundial de 1970, en M¨¦xico.

La primera lleg¨® ya en el partido inaugural, M¨¦xico-URSS, el 31 de mayo de 1970. Se la mostr¨® el ¨¢rbitro alem¨¢n Tschenscher al sovi¨¦tico Astiani, por una entrada dura sobre el jugador local Velarde, a los 27 minutos del partido.

(A?os m¨¢s tarde, un breve teletipo informaba de que Kaji Astiani, de 55 a?os de edad, primer futbolista en ver una tarjeta amarilla, hab¨ªa muerto violentamente en Tbilisi. Tras dejar el f¨²tbol hab¨ªa sido durante un tiempo director del Departamento de Deportes de Georgia, para luego dedicarse a distintos negocios. Fue ametrallado por dos desconocidos que le esperaban en un coche a la salida de una reuni¨®n. Nunca aparecieron. Un crimen de tantos en las convulsiones que se sucedieron a la ca¨ªda del antiguo mundo comunista y las consiguientes luchas de poder).

La primera roja en un Mundial (que no la primera expulsi¨®n, ya en 1930, el primero, hubo) la vio Caszely, chileno, tambi¨¦n ante el local, la RFA. Se la mostr¨® nuestro conocido Babacan, por revolverse contra la dureza de su marcador, Vogts. La sinti¨® injusta.

A Espa?a llegaron con la temporada 70-71 ya en marcha. La Federaci¨®n las introdujo el 15 de enero de 1971. Aqu¨ª, por cierto, la tarjeta amarilla lleg¨® como blanca, iniciativa del entonces secretario de la Federaci¨®n, Andr¨¦s Ram¨ªrez, que lo fue durante un cuarto de siglo. Temi¨® que en la pantalla de nuestros viejos televisores en blanco y negro, que a¨²n eran mayor¨ªa, las amarillas se pod¨ªan confundir con las rojas. Que con blancas y rojas no habr¨ªa dudas. Las amarillas llegaron aqu¨ª para la 76-77.

En principio, qui¨¦n nos lo dir¨ªa ahora, nuestros ¨¢rbitros fueron renuentes a mostrarlas. Rompi¨® el hielo Pelayo Serrano, el 14 de febrero, en un Atl¨¦tico-Espa?ol que sali¨® muy duro. A los 28¡¯ mostr¨® tarjeta blanca a Amiano. Cerca del descanso, expuls¨® a Adelardo y Jos¨¦ Mar¨ªa, por agresi¨®n mutua. Sac¨® tan nervioso la tarjeta que se le cay¨® al suelo, de donde la recogi¨® Mart¨ªnez Jayo para entreg¨¢rsela.