El gran Djokovic ha vuelto
El serbio resiste a un tremendo pulso emocional con Nadal (6-4, 3-6, 7-6, 3-6 y 10-8, en 5h 17m) y se medir¨¢ a Anderson en la final de Wimbledon m¨¢s de dos a?os despu¨¦s de su ¨²ltimo ¨¦xito en un grande
Asistente a un espect¨¢culo may¨²sculo, La Catedral de Wimbledon termin¨® en pie, alzando los brazos al comp¨¢s de Novak Djokovic, el hombre que durante los dos ¨²ltimos a?os se perdi¨® deportivamente en un lugar extra?o, un desierto, qui¨¦n sabe d¨®nde, solo ¨¦l tiene la respuesta. En cualquier caso, Nole est¨¢ de vuelta, renacido, rehecho y con apetito de volver a hacer cosas grandes. En la reanudaci¨®n de su pulso de semifinales con Rafael Nadal, el serbio resisti¨® a un thriller psicol¨®gico (6-4, 3-6, 7-6, 3-6 y 10-8, en 5h 17m) y confirm¨® lo que se ven¨ªa sospechando: Djokovic, a sus 31 a?os, no ha terminado de escribir su leyenda, la de un campe¨®n de 12 grandes que este domingo apuntar¨¢ al siguiente, contra Kevin Anderson, dos a?os despu¨¦s de lograr el ¨²ltimo en Par¨ªs y de jugar su ¨²ltima gran final en septiembre de 2016.
Siguiendo un patr¨®n similar al de la velada anterior, pero con una disposici¨®n todav¨ªa m¨¢s estrat¨¦gica dada la delicadeza la situaci¨®n, ambos reemprendieron el cuerpo a cuerpo con una mayor iniciativa de Djokovic, aunque la mordiente estaba en la raqueta de Nadal. De arranque, el serbio fue el que propuso mejor y domin¨® el punto, pero fue el balear el que traz¨® una frontera neg¨¢ndole dos bolas de break, despu¨¦s de un juego que se extendi¨® durante 16 minutos, y arre¨¢ndole a continuaci¨®n un buen sopapo para abrir brecha. 3-0 y Nole tocado, porque as¨ª lo dec¨ªa la neutralidad de su rostro y su expresi¨®n corporal, m¨¢s apagada y tristona que en el primer cap¨ªtulo del partido.
Mientras, Nadal exhib¨ªa b¨ªceps y pu?o, e interpretaba el juego a las mil maravillas. Por momentos, el mallorqu¨ªn se disfraz¨® de John McEnroe y revolote¨® en la red de forma exquisita, con voleas perfectas y abriendo ¨¢ngulos como los grandes h¨¦roes de Wimbledon. Sus derechas a las remanguill¨¦, como si compitiese sobre arena en lugar del verde, fueron mellando a Djokovic, refugiado todo el rato en la l¨ªnea de fondo y todav¨ªa algo temeroso para apostar por tiros m¨¢s terminales. A pesar de todo, el balc¨¢nico no rehuy¨®; no cambi¨® la cara, pero mantuvo el tipo y correspondi¨® con una rotura para nivelar y reengancharse al set.
Tuvo entereza Nole, muy considerable teniendo en cuenta que viene an¨ªmicamente de donde viene: de competir poco, tras un paso por el quir¨®fano para reparar un codo y con unas cuantas heridas de guerra en la mente. Rem¨®, se reconstituy¨® e igual¨® (3-3), muy meritorio, pero se le vieron algunas costuras. En los puntos importantes, Nadal gobern¨® y ¨¦l fue siempre psicol¨®gicamente a remolque, porque pusiera donde pusiera la pelota all¨ª alcanzaba a llegar el n¨²mero uno como un meteorito, neg¨¢ndole todo espacio. Incre¨ªble lo de esa arrancada, lo de esos apoyos y esas piernas que cubren la pista (23.77m x 8,23m) como si esta fuera de p¨¢del.
Una resoluci¨®n en la ¡®foto-finish¡¯
Cada vez que alzaba la vista, Djokovic ve¨ªa enfrente un dique enorme. Sin duelos de este calibre desde hace mucho, no seleccion¨® del todo bien algunos tiros y estuvo muy t¨ªmido con el rev¨¦s paralelo. La indecisi¨®n abri¨® una estupenda v¨ªa para Nadal, que abort¨® tres bolas de rotura con 5-3 y profundiz¨® por el pasillo con la derecha. Sell¨® el parcial con un ace, corroborado por el Ojo de Halc¨®n de la central, y la historia desemboc¨® en una quinta manga muy equilibrada, de infarto, colosal; con m¨¢s imprecisiones, pero muy intensa y con tensi¨®metro disparado: alternativas, todo el rato pareja, con ambos (mismos winners, 73, y mismos errores, 42) midiendo cada paso para no dar ninguno en falso.
Se percib¨ªa algo de agnosticismo en Nole, cariacontecido y fr¨ªo; una estratagema en realidad, porque el tigre estaba escondido detr¨¢s del matorral antes de salir disparado y dar la dentellada en la foto-finish. Fueron neg¨¢ndose uno y otro, qued¨¢ndose el de Belgrado a dos puntos de la victoria primero, con una furibunda reacci¨®n de Nadal: con 5-4 y 0-30 en contra, cuatro saques poderosos y vuelta a empezar, contador a cero.
El primer rugido, s¨ªntoma de la liberaci¨®n
Y a partir de ah¨ª, la plenitud del encuentro, con la grada inglesa entregada y sin decantarse claramente por ninguno, aunque en los momentos de mayor fragilidad aup¨® a Djokovic, contenido hasta que solt¨® un rugido tremendo que se acentu¨® con los ecos que produce la techumbre cerrada de La Catedral. Inmenso, defendi¨® con garras dos opciones de rotura (7-7 y 30-40 en su contra) y a continuaci¨®n otra con un cruzado maravilloso. Ah¨ª s¨ª, el viejo tit¨¢n renaci¨® y levant¨® los brazos para reclamar calor. Le hac¨ªa falta. Muchas penurias en los ¨²ltimos tiempos, angustias, especulaciones.
¡°Hubo momentos de dudas, de frustraci¨®n, desilusiones, de preguntarte si quieres ir por este camino o este otro¡ Todo el mundo pasa por esto. No conozco a nadie que pueda ser positivo o conservar la confianza siempre. Es la vida, somos humanos. Yo he sido capaz de superar los obst¨¢culos y tengo toda la ambici¨®n¡±, precis¨® el balc¨¢nico.
Y al final, el gran retorno. No apuntill¨® a la primera, porque Nadal tuvo los arrestos para evitarlo con una dejada liftada, como si el coraz¨®n le latiese a 30 pulsaciones cuando el de los dem¨¢s palpitaba a mil, pero no a Nole. Sac¨® adelante su ¨²ltimo servicio y pulveriz¨® todos los fantasmas. Dec¨ªa hace dos d¨ªas a este peri¨®dico que estaba muy cerca del gran Djokovic, que estaba preparado para un reto de esta envergadura y que conserva el deseo de ganar. A¨²n le hierve la sangre. Djokovic, el mejor Djokovic, est¨¢ de vuelta. No iba de farol.
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