Mbapp¨¦ no quiere ser Peter Pan
A la joven estrella francesa, que tiene la oportunidad de seguir la leyenda de Pel¨¦ en la final de hoy, no le gusta que le recuerden ni le juzquen por sus 19 a?os
Con solo 17 a?os, para llegar a ser uno de los integrantes de la selecci¨®n brasile?a que acudi¨® al Mundial de 1958, Edson Arantes do Nascimento, Pel¨¦, debi¨® pasar una previa y exigente criba. El seleccionador, el Gordo Feola, elabor¨® primero una lista de 220 jugadores que fue reducida a 33 y finalmente a los 22 que acudieron a Suecia. ¡°La mayor parte de ellos estaban en las mismas condiciones para la pr¨¢ctica del f¨²tbol. Luego, comenc¨¦ a eliminarlos. Las causas no fueron t¨¦cnicas, sino f¨ªsicas o de conducta. Se quedaron en Brasil los reacios a la disciplina, los violentos y los que se cre¨ªan prima donnas¡±, cont¨® a?os m¨¢s tarde el ya fallecido Feola.
En las decisiones del seleccionador brasile?o influy¨® el denominado Informe Carvalhaes, salvo en los casos de Man¨¦ Garrincha y de Pel¨¦. Si en el veredicto del primero, el psic¨®logo y sociologo, de nombre Joao, se refer¨ªa a una ¡°inteligencia por debajo de la media¡±, en el de Pel¨¦ afirmaba categ¨®rico: ¡°A sus 17 a?os presenta un evidente perfil infantil. Le falta el esp¨ªritu necesario para luchar. Es demasiado joven para aguantar golpes o agresiones y responder a ellos de forma adecuada. No tiene el sentido de la responsabilidad necesario ni esp¨ªritu de equipo. No es aconsejable su convocatoria¡±.
El intento de Pel¨¦ de abandonar la concentraci¨®n previa al viaje a Suecia por no soportar el dolor en una de sus rodillas, golpeada con violencia por Ari, un defensor del Corinthians, durante un amistoso, provoc¨® que Carvalhaes volviera a insistir en sacar a Pel¨¦ de la selecci¨®n: ¡°Es un ni?o, no para de llorar, no podemos llevarle al campeonato del mundo¡±. Feola, por segunda vez, desautoriz¨® al especialista mental. Con su empe?o en mantener a Pel¨¦ el t¨¦cnico brasile?o evit¨® que se truncara la hasta ahora irrupci¨®n individual m¨¢s impactante de un futbolista en un Mundial.
Salvando las distancias, a sus 19 a?os Kylian Mbapp¨¦ rememor¨® en los octavos de final contra Argentina (4-3) el espectacular brote de aquel menudo brasile?o de 17 a?os que en Suecia se extra?aba de que en las otras selecciones no jugaran negros.
Desde su exhibici¨®n ante la mirada perdida de Messi, Mbapp¨¦ no ha vuelto a firmar una actuaci¨®n similar. Contra Uruguay, se le recuerda m¨¢s por su espect¨¢culo circense a lo Neymar, taconazo incluido ante el Cebolla Rodr¨ªguez, que por haber firmado una de esas galopadas que describen a la zancada m¨¢s elegante y demoledora del momento. Contra B¨¦lgica, detalles como un pase a Giroud dentro del ¨¢rea cosiendo una pisada a un taconazo fueron grandiosos, pero firm¨® otra actuaci¨®n intermitente. La final de hoy representa para Mbapp¨¦ una ocasi¨®n para seguir las huellas de la leyenda de Pel¨¦. Una actuaci¨®n determinante podr¨ªa depararle el Bal¨®n de Oro, salt¨¢ndose de un plumazo a Messi, Cristiano, Neymar e incluso a Griezmann y a Modric, que se han postulado como ser los sucesores.
La final para Mbapp¨¦ se presenta en medio de la preocupaci¨®n en el seno del equipo por c¨®mo ha podido digerir el golpe que dio ante Argentina y su posterior descenso de prestaciones. El asunto llen¨® la concentraci¨®n y las tertulias medi¨¢ticas en Francia de comentarios protectores que recomendaban la paciencia que requiere su juventud. Contra esto Mbapp¨¦ se ha rebelado. Rechaza el s¨ªndrome de Peter Pan, resumido en el miedo a hacerse adulto y afrontar los problemas de la madurez,
¡°A Mbapp¨¦ no le gusta que le recuerden su edad... Para molestarlo, a veces le dicen que tiene 15 a?os¡±, revel¨® el pasado jueves Samuel Umtiti. ¡°?l es maduro, podemos hablar de todo con ¨¦l, tiene la cabeza sobre los hombros. ?l sabe d¨®nde y c¨®mo quiere ir. Est¨¢ haciendo algo de locos, pero se mantiene igual¡±, abund¨® el central del Barcelona.
¡°A Kylian¡±, advierte Didier Deschamps, ¡°le hablo igual que a todos los jugadores, es parte de los 23 y vive el mismo entorno, aunque por supuesto que por mi experiencia s¨¦ que es importante ser m¨¢s indulgente con los j¨®venes¡±. ¡°Su experiencia no es muy grande, pero Kylian es inteligente, sabe escuchar, sabe lo que quiere, a veces podemos tener peque?as discusiones pero es igual con los otros, cuando les digo algo no necesariamente positivo para corregir¡±, prosigue Deschamps. Al parecer, el chico pretende ser juzgado por el t¨¦cnico, por sus compa?eros y por los medios de comunicaci¨®n como un integrante m¨¢s del once titular sin tener en cuenta su edad. No quiere escudarse en su juventud para justificar sus bajones en la influencia del juego o para ser encumbrado si su rendimiento lo demanda.
Parte de la prensa francesa determina esa actitud en la ambici¨®n de Mbapp¨¦ por llegar lo antes posible a la cima del f¨²tbol mundial y en la fe que ¨¦l mismo tiene en sus cualidades. Esto le lleva a pretender asumir un protagonismo central en los partidos que ahora recae m¨¢s en la capacidad de Griezmann para manejar los tiempos del juego y los espacios que sobre sus devastadoras arrancadas.
El peso del ataque
Tras su explosi¨®n contra Argentina, Deschampslo ha alineado a la derecha para explotar su velocidad. Pocas veces ha ocupado el centro del ataque. Pegado a la cal es demoledor en velocidad, pero el t¨¦cnico redujo en esos dos encuentros su campo de acci¨®n a la de un mero especialista. Deschamps se ha visto obligado a elegir a qui¨¦n otorgarle el peso de los partidos en ataque de la misma manera que el holand¨¦s Rinus Michels tuvo que elegir entre Johan Cruyff y Van Hanegem en el Mundial de 1974, picados por ser uno la estrella del Ajax y el otro la del Feyenoord. Juvenal, legendario periodista de la revista argentina El Gr¨¢fico, le pregunt¨® a un redactor de la publicaci¨®n holandesa Voetbal Internacional por la cuesti¨®n. ¡°?El n¨²mero uno es Cruyff y el n¨²mero dos Van Hanegem?¡±, inquiri¨® Juvenal. A lo que el periodista holand¨¦s respondi¨® con una frase de Michels: ¡°No. Cruyff es el n¨²mero uno y el dos es el equipo¡±.
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