El reloj: discrepo de Federer
Supongo que el cron¨®metro es el correr de los tiempos y me pregunto qu¨¦ pensar¨¢n los ¨¢rbitros de la ATP. Si esta los tuviera en la consideraci¨®n que se merecen, antepodr¨ªa su criterio al de una m¨¢quina
Cuando la ATP decidi¨® hace un tiempo aplicar a rajatabla la norma del tiempo entre puntos, manifest¨¦, y as¨ª se lo traslad¨¦ a dicha asociaci¨®n, que me parec¨ªa necesario poner un cron¨®metro en la pista.
Estoy de acuerdo con Andy Murray en el hecho de que no se le puede pedir al tenista que calcule mentalmente el correr de los segundos. Es como si los coches no llevaran cuentakil¨®metros y pretendieran multarnos al sobrepasar los 90 por hora. Otra cosa muy distinta, siempre a mi entender, es la idoneidad de la norma; o m¨¢s bien de la aplicaci¨®n estricta de la norma.
Ya s¨¦ que hay opiniones distintas y as¨ª lo ha explicado el que le ha venido en gana hacerlo. De entre ellas, me ha sorprendido la de Roger Federer, que defiende la estrechez de la aplicaci¨®n a favor de un desarrollo m¨¢s r¨¢pido de los puntos. Si es cierto lo que ha dicho, ¨¦l piensa que no podemos permitir que en un minuto veamos solo dos puntos. Cualquiera que sienta curiosidad, puede buscar en Internet cu¨¢les han sido los mejores partidos del a?o y ver¨¢ como es dif¨ªcil jugar m¨¢s de un punto o dos por minuto. Tambi¨¦n deducir¨¢n enseguida que la rapidez suele ir en detrimento de la calidad.
Si un partido de tenis es bueno, hay variedad en la duraci¨®n y en la ejecuci¨®n de los tantos. No hay un desarrollo mon¨®tono, ni regular, ni pautado a favor de una intensidad constante. El menos entendido puede comprender que no tiene nada que ver la preparaci¨®n que se necesita despu¨¦s de un punto de tres intercambios, que despu¨¦s de otro de 20. Es evidente que la necesaria recuperaci¨®n despu¨¦s momentos intensos, requiere algo m¨¢s de tiempo o sosiego. El estr¨¦s de ir a contrarreloj solo puede ir en contra del espect¨¢culo.
Tampoco es lo mismo disponerse a sacar cuando el tenista se juega un set point, un match ball o el momento en el que le pueden romper el servicio. Hay momentos de m¨¢s tensi¨®n o suspense y de nervios que no solo vive el jugador, sino que disfruta el espectador interesado en contemplar un encuentro que le proporcione emociones intensas e inesperadas. No todo se digiere con la misma rapidez o con la misma facilidad en esta vida; o por lo menos, no deber¨ªamos desearlo as¨ª, si tenemos un m¨ªnimo inter¨¦s en no ser demasiado tontos.
Cuando leemos una buena novela, necesitamos calma para las p¨¢ginas m¨¢s dif¨ªciles de asimilar, es necesario meditar o reflexionar lo que se nos cuenta y no pasar p¨¢ginas r¨¢pidamente para poder acabarla cuanto antes. El autor decide, seguramente, dar m¨¢s espacio y profundidad a lo que requiere nuestra atenci¨®n y nuestro an¨¢lisis, a los momentos que despertar¨¢n nuestras emociones y nos invitar¨¢n a pensar. Lo mismo deber¨ªamos intentar preservar en cualquier actividad que llevemos a cabo los humanos, a no ser que queramos parecernos cada vez m¨¢s a los que no lo son.
Con la Revoluci¨®n Industrial se consigui¨® por primera vez que la maquina sustituyera al hombre, o mejor dicho, las manos, los pies o la fuerza del hombre. Hoy en d¨ªa pretendemos que una m¨¢quina sustituya nuestra inteligencia. No s¨¦ si es una gran idea.
Me pregunto qu¨¦ pensar¨¢n los ¨¢rbitros de la ATP. Si la Asociaci¨®n los tuviera en la consideraci¨®n que se merecen, antepodr¨ªa su inteligencia y su criterio al de una m¨¢quina, y les dejar¨ªa a su buen entender la decisi¨®n de sancionar al que pierda tiempo de manera innecesaria, tanto si el que lo hace se llama Rafael Nadal como si se llama Novak Djokovic.
En fin, supongo que es el correr de los tiempos y que este solo es un paso m¨¢s.
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