Me alegrar¨¦ el d¨ªa que gane Thiem

Los lectores que se tomaron la molestia de leer el art¨ªculo que escrib¨ª al d¨ªa siguiente de la final que disput¨® mi sobrino contra Dominic Thiem en el Roland Garros de este a?o, puede que recuerden que le dediqu¨¦ unas palabras a la madre del jugador austr¨ªaco. En ellas destacaba la actitud de esa madre que, lejos de mostrarse distante o recelosa, se me acerc¨® afablemente y me manifest¨® sus nervios. Tambi¨¦n me dese¨®, y eso no lo cont¨¦ en aquel art¨ªculo, un partido en el que disfrut¨¢ramos todos.

Justo despu¨¦s del partido que ambos disputaron ayer, a eso de las 8.00 y, por supuesto despu¨¦s de mi noche en vela, me entr¨® un mensaje de Karin, que es como se llama la madre de Dominic. El primero que me lleg¨® y a escasos minutos del final del encuentro.

Me parece bien importante, y m¨¢s hoy en d¨ªa que se estila todo lo contrario, dar a conocer y destacar ejemplos que se alejan de lo que son rivalidades mal entendidas, odios asociados equivocadamente a enfrentamientos deportivos, pol¨ªticos o de cualquier ¨ªndole.

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El d¨ªa que Dominic levante un trofeo de los grandes, y lo veremos m¨¢s pronto que tarde, me alegrar¨¦ mucho. Yo soy un seguidor de tres deportes, b¨¢sicamente, el tenis, el f¨²tbol y el golf, y siempre he celebrado que ganen personas correctas, educadas y de buenos sentimientos si se da el caso que tengo este tipo de informaci¨®n.

Cuando llegu¨¦ a la academia de mi sobrino a eso de las 8.30, y despu¨¦s de un caf¨¦ doble, aprovech¨¦ la ocasi¨®n para hacerles un discurso a los tenistas que tenemos all¨ª y ponerles de ejemplo la actitud de los dos jugadores. De qu¨¦ manera se sobrepuso Rafael despu¨¦s de encajar un 6-0 en el primer set, de qu¨¦ manera lo hizo Dominic despu¨¦s de perder el segundo y el tercero. De qu¨¦ manera lucharon los dos hasta el extremo de sus fuerzas, bajo un calor y una humedad dif¨ªciles de soportar y con una tensi¨®n f¨¢cil de imaginar

El partido fue de gran intensidad en todo momento. El dominio de Dominic al principio del encuentro se debi¨® a unos golpes demoledores y a una t¨¢ctica muy clara de m¨¢xima agresividad, gracias a la cual el austr¨ªaco evit¨® que Rafael pudiera llevarlo a su terreno. Pero ya se sabe, los partidos de Grand Slam suelen ser largos y es dif¨ªcil mantener un ritmo tan alto por mucho tiempo.

A partir del segundo parcial Rafael consigui¨® serenar un poco el juego. Creo que, con la decisi¨®n que tom¨® de irse un poco m¨¢s atr¨¢s, dispuso de m¨¢s tiempo para ejecutar correctamente sus golpes y hacerle frente. Como se vio, el partido se desarroll¨® de principio a fin con una igualdad que, como ocurre en estos casos, cede el resultado final al factor suerte.

En m¨¢s de una ocasi¨®n ha sido mi sobrino quien ha perdido en partidos que penden de un hilo y s¨¦ perfectamente lo dif¨ªcil que es sobrellevar las amargas sensaciones, sobre todo si eres un familiar. Es dif¨ªcil liberarte de im¨¢genes que te persiguen durante d¨ªas, una bola que se escapa en el momento menos oportuno o un tie-break que se escapa por los pelos.

Es por esto que valoro y agradezco mucho las palabras de esa madre que, en un momento tan doloroso para ella, tuvo la bondad de mandarme.