John Carlos recuerda el ¡®Black Power¡¯ de M¨¦xico¡¯ 68: ¡°Hicimos una sociedad mejor¡±

La postal es indeleble: dos pu?os envueltos en un guante negro levantados en contra del racismo. Eran los brazos, derecho e izquierdo, de Tommie Smith y John Carlos, que irrumpieron durante el himno de Estados Unidos. Era la coronaci¨®n de los 200 metros lisos en los Juegos Ol¨ªmpicos de 1968. El gesto ha sido el estandarte de protesta de la comunidad afroamericana en 50 a?os.

El Black Power (poder negro) no ha dejado de estar presente en el deporte. ¡°La gente empez¨® a aplaudirnos, pero los yanquis [aficionados estadounidenses] que estaban en el estadio convirtieron el j¨²bilo en odio¡±, relat¨® John Carlos durante una tertulia que sostuvo este lunes en la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM). ¡°Hacer lo correcto no es f¨¢cil, no fue f¨¢cil para m¨ª. Pensamos que hicimos una mejor sociedad¡±, apunt¨® el medallista ol¨ªmpico.

M¨¦xico conmemora este a?o medio siglo de los Juegos Ol¨ªmpicos que organiz¨® en su capital. La competici¨®n estuvo salpicada por distintos movimientos sociales. Diez d¨ªas antes de la inauguraci¨®n, una protesta pac¨ªfica de estudiantes se convirti¨® en una matanza en la plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, en Ciudad de M¨¦xico, por parte del Gobierno mexicano. 50 a?os despu¨¦s de la masacre a¨²n no hay una cifra oficial de v¨ªctimas. Un informe desclasificado de la Embajada de Estados Unidos se?al¨® que entre 150 y 200 personas perdieron la vida. Oficialmente, solo se han documentado 50 muertas. Algunas organizaciones de desaparecidos han llegado a afirmar que la cifra asciende a m¨¢s de 300. A ello se sumaron las demandas del Black Power.

John Carlos, con su 1,93 de estatura, camina a c¨¢mara lenta. Se da el tiempo de mostrar su gorra con la escena de esa celebraci¨®n ocurrida el 16 de octubre de 1968. ¡°La Ciudad de M¨¦xico no es consciente de la importancia que el 68 supuso en la lucha racial¡±, lanz¨®. El gesto del pu?o en alto trunc¨® su carrera y la de Smith. ¡°La gente me evad¨ªa, me evitaba. Cuando me ped¨ªan una foto, la gente detr¨¢s no quer¨ªa salir en la foto, no quer¨ªan que los relacionaran conmigo. No era que no me respetaban, ten¨ªan miedo de las represalias. Yo me aplaudo a m¨ª mismo, cuando llegue la muerte sabr¨¦ que hice lo mejor¡±, ahond¨® en el foro coorganizado por la Universidad Estatal de Arizona.

Wyomia Tyus, la primera mujer en conquistar dos oros ol¨ªmpicos en los 100 metros lisos (Tokio 64 y M¨¦xico 68), recuerda bien aquel d¨ªa. ¡°Estaba en el estadio gritando por ellos. Estaba sorprendida porque [Smith y Carlos] no llevaban zapatos. Era un momento muy poderoso. Pod¨ªas escuchar el himno y los murmullos de la gente que se preguntaba qu¨¦ pasaba. Nosotros no sab¨ªamos qu¨¦ pod¨ªa pasar en Ciudad de M¨¦xico, estaba preocupada del c¨®mo la gente lo iba a tomar¡±. Para Tyus, el momento se convirti¨® en un parteaguas para los atletas afroamericanos. ¡°Los negros no ten¨ªamos derechos y como mujer implicaba doble discriminaci¨®n [¡­] Se supon¨ªa que las mujeres no pod¨ªan ser mejores que los hombres, ni sudar, ni tener m¨²sculos. ?Yo los tuve! Hay que hablar por los que no tienen voz¡±, areng¨®.

La lucha comenzada por Smith y Carlos ha sido heredada por algunos jugadores de f¨²tbol americano, quienes han desafiado la discriminaci¨®n racial arrodill¨¢ndose cada vez que suena el himno estadounidense en los partidos de la liga de EEUU. Colin Kaepernick, quien fue hasta hace dos a?os el quarterback de los 49ers de San Francisco, se convirti¨® en el s¨ªmbolo de las protestas por la violencia policial en contra de los negros. A su causa se le unieron m¨¢s jugadores ante el rechazo absoluto de Donald Trump, su Gobierno, y buena parte de los aficionados. La rodilla a tierra ha costado a Kaepernick su carrera medio siglo despu¨¦s del pu?o en alto.

Nike lanz¨® hace algunas semanas una campa?a con Kaepernick como protagonista estelar. ¡°Cree en algo. Incluso si significa sacrificarlo todo¡±, dice la publicidad. ¡°Las empresas antes no ten¨ªan visi¨®n, hoy la tienen. Le dieron el comercial porque era lo correcto. Es una postura firme y le aplaudo a Kaepernick. Me quito el sombrero¡±, coment¨® John Carlos, quien hace medio siglo olvid¨® sus guantes negros en la Villa Ol¨ªmpica y tuvo que usar el izquierdo de Smith. ¡°No tuve qui¨¦n me apoyara entonces, ?pero nunca es tarde!¡±, menciona ir¨®nica Tyus. ¡°A las empresas les interesa que te calles y ganes medallas. Nosotras ¨¦ramos negras que habl¨¢bamos de la desigualdad¡±.

¡°El 16 de octubre fue el llamado de mi vida¡±, sintetiz¨® John Carlos, quien recorri¨® nuevamente el estadio Ol¨ªmpico Universitario y volvi¨® a ver el mismo c¨¦sped en el que levant¨® el brazo izquierdo y cabizbajo escuch¨® el himno de su pa¨ªs con la medalla de bronce en el cuello. La protesta le cambi¨® la vida y puso al racismo en la mira del mundo. ¡°Cuando pensamos en la complejidad de los derechos civiles, el caracol se ha movido lentamente en estos 50 a?os. Nos preocupaban los derechos civiles del mundo, no solo de los deportistas. Ahora nos sentamos y pensamos, ?en verdad avanzamos?¡±, cuestiona.