La alargada sombra de Cristiano
El equipo baja el ¨ªndice rematador y goleador a niveles previos a 2009. Los analistas del club indican que Bale, Benzema, Asensio e Isco a¨²n carecen de la regularidad del luso
El optimismo manifiesto de Florentino P¨¦rez contrastaba desde julio con la mayor¨ªa esc¨¦ptica de dirigentes, funcionarios y t¨¦cnicos del Real Madrid. El presidente, seg¨²n fuentes del club, cre¨ªa firmemente en las posibilidades de ¨¦xito de esta plantilla. Cre¨ªa m¨¢s incluso que el entrenador, Julen Lopetegui, que con los d¨ªas fue descubriendo una realidad menos pr¨®spera. La misma que advierten muchas personas tanto desde Valdebebas como desde los despachos del Bernab¨¦u: despu¨¦s de cinco a?os de grandes triunfos son demasiados los jugadores expertos que dan s¨ªntomas de agotamiento mental sin que los meritorios hagan lo suficiente por elevar el nivel de ambici¨®n. No es un problema de calidad t¨¦cnica, ni de habilidad, ni de riqueza atl¨¦tica. Lo dicen confidencialmente en todos los estamentos del Madrid: la venta de Cristiano ha restado menos goles que ardor competitivo.
¡°En el f¨²tbol pasan detalles¡±, dijo Lopetegui, ante las preguntas de la prensa pidiendo explicaciones al 3-0 en el S¨¢nchez Pizju¨¢n, este mi¨¦rcoles. ¡°Ahora los analizaremos... Han sido un c¨²mulo de circunstancias¡±.
La crisis abierta por la derrota en Sevilla ilumina rincones ¡ª¡±circunstancias¡±¡ª que permanec¨ªan oscuros en la realidad del Madrid. Obligado a reaccionar ante el dominio territorial del adversario, el equipo apenas recuper¨® 42 balones. En las tres temporadas de Zidane nunca se registr¨® una cifra tan baja. A consecuencia del desorden defensivo, el equipo recibi¨® siete disparos entre los tres palos, el mayor bombardeo sufrido en el ¨²ltimo a?o despu¨¦s de los 11 que le tir¨® el Bar?a en el Camp Nou y los diez que le tir¨® el Bayern en el Bernab¨¦u en la semifinal de Champions. La respuesta defensiva fue mala. Pero los empleados del club que estudian al equipo ponen el ¨¦nfasis en la fase creativa. Es all¨ª, dicen, donde el Madrid exhibi¨® su problema m¨¢s grave.
Al cabo de seis partidos de Liga disputados, la estad¨ªstica es inequ¨ªvoca. El Madrid registra el promedio goleador m¨¢s bajo desde 2009, cuando fich¨® a Cristiano: solo dos tantos por encuentro, consecuencia de una actividad menor en el ¨¢rea contraria, en donde los remates han ca¨ªdo a un total de 17,1 de media por jornada despu¨¦s de lograr sucesivamente 21,5; 19; 19,2; 18,7; 19,5; 18; 18,7; 17,4; y 18,4 desde la temporada 2009-10.
En Sevilla el Madrid solo remat¨® atropelladamente en la segunda mitad, cuando cargaba con el peso del 3-0 en contra. En los 45 minutos del primer tiempo, mientras hubo disputa, la ocasi¨®n m¨¢s clara la provoc¨® un disparo de Bale desde 30 metros, am¨¦n de una incursi¨®n improbable de Casemiro entre l¨ªneas y un roce de Banega que el ¨¢rbitro sancion¨® como falta y que Ramos ejecut¨® lanzando contra la barrera.
La escas¨ªsima profundidad del ataque blanco contra el Espanyol y el Sevilla convalidan la tesis de los analistas internos, en sinton¨ªa con el diagn¨®stico del propio Lopetegui. Estos expertos se?alan que el d¨¦ficit de ¡°agresividad mental¡± que afecta a la plantilla se ha traducido en la insuficiente actividad de los cuatro atacantes, Bale, Asensio, Benzema e Isco. Tanto cuando tienen el bal¨®n como cuando no lo tienen, los hombres encargados de desajustar la defensa rival no realizan los movimientos necesarios con la frecuencia debida. Piden la pelota al pie m¨¢s de lo recomendable y no acuden a los espacios de forma que resulten impredecibles. Como observa un analista: ¡°Por su car¨¢cter, se encuentran c¨®modos jugando en cuarta. Cristiano juega en sexta de un modo natural. Puntualmente, Asensio, Bale, Benzema o Isco son capaces de cosas grandiosas, pero si tienen que poner la quinta y la sexta marcha nunca lo har¨¢n de manera continuada en el tiempo. Y cuando los rivales se cierran atr¨¢s, jugar en sexta velocidad es imprescindible para abrir huecos¡±.
Lopetegui lo supo
Cristiano era, seg¨²n testigos del vestuario, un ejemplo de concentraci¨®n contagiosa. Esta opini¨®n contrasta con la m¨¢s escuchada ¨²ltimamente. Los ide¨®logos de la comunicaci¨®n del Madrid propagaron dos mensajes desde el verano. Primero, que la plantilla estaba deseosa de reivindicar su valor, aprovechando la ausencia de Cristiano. Segundo, que sin el portugu¨¦s practicar¨ªan un juego m¨¢s elaborado y coral.
A la directiva del Madrid le interes¨® justificar el traspaso de Cristiano a la Juventus ante los aficionados. Seg¨²n fuentes del club, varios jugadores fueron invitados a manifestar que la ausencia del portugu¨¦s tendr¨ªa consecuencias positivas para el equipo. Bale, Ramos o Marcelo dijeron p¨²blicamente, con m¨¢s o menos ¨¦nfasis, que sin Cristiano eran mejor equipo. Pero la opini¨®n de los capitanes, de puertas adentro, fue muy diferente. All¨ª todos coincidieron en se?alar que el vac¨ªo que dejaba Cristiano se notar¨ªa para mal, y que si con ¨¦l jugaron un f¨²tbol m¨¢s directo no fue por su culpa sino porque lo ped¨ªa Zidane. Uno de los veteranos avis¨® de que de los 50 goles que Cristiano acumulaba por temporada, 35 o 40 los podr¨ªa meter cualquiera, pero que los 10 o 15 restantes eran el producto de una calidad y un car¨¢cter que no hallaba parang¨®n entre los dem¨¢s.
Lopetegui lo supo desde el principio. El t¨¦cnico intent¨® persuadir a la directiva de la necesidad de contratar a un rematador de primer nivel capaz de compensar esa falta de energ¨ªa f¨ªsica y mental que permit¨ªa a Cristiano repetir esfuerzos m¨¢ximos en situaciones l¨ªmite. Mariano, el ¨²ltimo fichaje, es lo m¨¢s parecido que tiene la actual n¨®mina de atacantes a ese patr¨®n. Lopetegui lo recibi¨® con el alivio de quien cuenta con una herramienta ¨²nica. Pero es suplente.
La crisis de Sevilla permiti¨® ver con claridad cosas que permanec¨ªan oscuras. El gigantesco reto de este Madrid consiste en formarse una identidad y un car¨¢cter nuevos. El derbi del s¨¢bado puede ser el primer paso o el ¨²ltimo traspi¨¦s.
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