La Olimpiada de la esperanza
Las ideas renovadoras y el perfil profesional del presidente Dvork¨®vich presagian un auge del ajedrez
Sobrevolar el C¨¢ucaso nevado, con nubes blancas por debajo de las cumbres y el sol por encima sobre un espl¨¦ndido fondo azul, es una imagen adecuada para lo que siento tras cubrir mi 17? Olimpiada de Ajedrez, en Batumi (Georgia). Por primera vez en 34 a?os, regreso con la esperanza s¨®lida de que el ajedrez tendr¨¢ por fin el sitio que merece, como deporte y herramienta educativa. Y, al igual que en las 16 anteriores, con la alegr¨ªa de haber vivido una gran fiesta de dos semanas.
La ceremonia de clausura en el Palacio de la M¨²sica produjo mucho material de primera calidad para un art¨ªculo como este. El largo, potente y fervoroso aplauso -mucho mayor que la ovaci¨®n suave y protocolaria, habitual para sus predecesores- que recibi¨® el nuevo presidente de la Federaci¨®n Internacional (FIDE), el ruso Arkadi Dvork¨®vich, simboliza la gran esperanza de muchos ajedrecistas de todos los continentes, reflejada en su clara victoria electoral: 103-78.
El ajedrez sali¨® mucho en los peri¨®dicos de todo el mundo durante la presidencia (1982-1995) del ¨ªnclito filipino Florencio Campomanes (1927-2010), una de las personas m¨¢s inteligentes que he conocido, y tambi¨¦n una de las m¨¢s amorales; el fin justifica los medios parec¨ªa ser el lema de su vida. Pero ese eco medi¨¢tico se debi¨® a los cinco duelos (1984-1990) entre Anatoli K¨¢rpov y Gari Kasp¨¢rov, quienes mantuvieron la mayor rivalidad de la historia de todos los deportes, salpimentada por su gran simbolismo pol¨ªtico en la Uni¨®n Sovi¨¦tica y en el ¨¢mbito internacional, dado que el pa¨ªs m¨¢s grande del mundo se ca¨ªa a pedazos en ese periodo. Campomanes fue muy h¨¢bil para amplificar los esc¨¢ndalos y, de paso, embolsarse sustanciosas comisiones. Pero su aportaci¨®n personal fue pr¨¢cticamente nula en dos campos esenciales: la atracci¨®n de s¨®lidos patrocinios internacionales y la promoci¨®n del ajedrez como herramienta educativa.
El an¨¢lisis de la gesti¨®n (1995-2018) del ex millonario ruso Kirs¨¢n Iliumy¨ªnov, de 56 a?os, requiere cabeza fr¨ªa y un esfuerzo de objetividad para no dejarse llevar por lo m¨¢s chirriante. De su amor sincero por el ajedrez y convicci¨®n de que puede contribuir a la buena educaci¨®n de los ni?os no tengo duda alguna porque pude comprobarlo personalmente varias veces. Tambi¨¦n es innegable que aport¨® mucho dinero al ajedrez (decenas de millones de euros, probablemente), ya fuera suyo o de oscuras fuentes rusas.
Pero la perspectiva de esos 23 a?os permite afirmar que utiliz¨® su puesto para hacer negocios en buena parte de los 190 pa¨ªses que hoy aglutina la FIDE y, sobre todo, para cumplir misiones especiales y delicadas del presidente Vlad¨ªmir Putin bajo el disfraz de una especie de Papa del ajedrez muy exc¨¦ntrico; por ejemplo, asegura que fue secuestrado por unos alien¨ªgenas. Algunos expertos rusos creen -y su teor¨ªa no me parece nada descabellada- que se invent¨® esa historia y otras para que todo el mundo lo tomase por ¡°el chalado del ajedrez¡±, con el fin de enmascarar sus delicados tejemanejes. Entre ellos, fueron muy sonadas sus visitas en momentos muy conflictivos a Sadam Hussein, Gadafi o Bachar El Assad, a quienes denominaba ¡°amigos¡±. Todo ello se tradujo en su inclusi¨®n en la lista negra de sancionados por la Casa Blanca, lo que a su vez provoc¨® que la FIDE apenas pudiera lograr patrocinios internacionales transparentes, m¨¢s all¨¢ de oscuras inversiones de empresas rusas.
Cierto es que Dvork¨®vich (acaban de decirme en Mosc¨² que la tilde debe ir en la segunda s¨ªlaba, aunque los anglohablantes prefieran ¡°Dv¨®rkovich¡±), de 46 a?os, es mucho m¨¢s cercano a Putin que Iliumy¨ªnov; no en vano ha sido asesor presidencial y primer ministro adjunto para asuntos econ¨®micos, nada menos. Pero su perfil es muy distinto: muy culto e inteligente, con una red de contactos y gran experiencia de gesti¨®n al m¨¢s alto nivel (este a?o fue director del Mundial de F¨²tbol), muestra ideas muy claras y convincentes sobre c¨®mo se debe trabajar la mercadotecnia, imagen, comunicaci¨®n y patrocinio del ajedrez (asegura tener preacuerdos con Renault, Gaszprom y la FIFA), y ha declarado varias veces que el ajedrez educativo es el proyecto m¨¢s importante de la FIDE.
Una fuente moscovita cercana a la familia de Dvork¨®vich me asegura que Putin le asigna tareas importantes porque aprecia su excepcional inteligencia, pero que no goza de su simpat¨ªa personal porque no proviene del sector del KGB de San Petersburgo, como otros colaboradores muy cercanos al presidente. Sin embargo, no se puede descartar que Dvork¨®vich aproveche su gesti¨®n internacional como presidente de la FIDE para cumplir misiones confidenciales de Putin pero, si lo dicho en este p¨¢rrafo es cierto, al menos lo har¨¢ con gran beneficio para el ajedrez.
?Ha habido corrupci¨®n en la campa?a electoral de Dvork¨®vich? El brit¨¢nico Malcolm Pein, n¨²mero dos de la candidatura continuista del griego Georgios Makr¨®pulos, asegura que s¨ª, y que por eso no ha aceptado la oferta del ruso para ocupar un puesto alto en su directiva. Nada que objetar si lo miramos desde la perspectiva de Pein porque su reputaci¨®n es intachable. Sobre todo, si tenemos en cuenta que la tendencia a la corrupci¨®n es muy grande en la gran mayor¨ªa de los 190 pa¨ªses que componen la FIDE, y m¨¢s a¨²n si regalar material de ajedrez o financiar actividades a una federaci¨®n a cambio de su voto se considera corrupci¨®n. Roza lo imposible demostrar que Pein no tiene raz¨®n, y tambi¨¦n lo contrario. Ahora bien, que Makr¨®pulos, mano derecha de Campomanes e Iliumy¨ªnov durante decenios, acuse de corrupci¨®n y falta de ¨¦tica a Dvork¨®vich produce ganas de re¨ªr o llorar, seg¨²n el car¨¢cter de quien lo oiga o lea.
Lo mismo ocurre con la acusaci¨®n de que el Gobierno ruso y sus embajadas han presionado en muchos pa¨ªses para pedir el voto. Iliumy¨ªnov utiliz¨® ampliamente esa presi¨®n en 2014 para derrotar a Gari Kasp¨¢rov, exiliado en Nueva York. Y me consta que ahora tambi¨¦n se ha ejercido; por ejemplo, en Israel (llamada de Putin al primer ministro Netanyahu) y Espa?a (llamada de la Embajada al Comit¨¦ de Deportes). Por eso no me extra?¨® que, al inicio de la asamblea electoral, Makr¨®pulos se quejase de que el delegado italiano, Gianpietro Pagnoncelli, hubiese recibido una llamada de la presidencia de la rep¨²blica, y as¨ª lo reflej¨¦ en mi cr¨®nica. Sin embargo, Pagnoncelli me asegur¨® despu¨¦s que eso era falso y me pidi¨® que corrigiese la informaci¨®n: ¡°Me llam¨® una persona que yo conozco bien, no el presidente de Italia y tampoco miembro alguno del Gobierno¡±. ?Por qu¨¦ entonces no replic¨® a Makr¨®pulos de inmediato? ¡°No entiendo el ingl¨¦s, no ten¨ªa los auriculares puestos y mi traductora no estaba conmigo en ese momento¡±. Intent¨¦ preguntar entonces a Makr¨®pulos por qu¨¦ dijo lo que dijo, pero no quiso hablar conmigo.
Un gesto y una decisi¨®n indican que Dvork¨®vich merece al menos el cr¨¦dito de los cien primeros d¨ªas: expres¨® respeto en p¨²blico por Makr¨®pulos y retras¨® las designaciones de presidentes de comisiones hasta que tenga tiempo de pensarlas despacio en su casa de Mosc¨². Dadas las negociaciones y navajazos dial¨¦cticos que vi y escuch¨¦ por los casillos de la asamblea de la FIDE, es sin duda una prudente manera de asegurarse de que quienes ocupen esos puestos -al menos, los m¨¢s importantes- sean personas realmente competentes en la materia respectiva, y no simples acreedores de favores electorales.
La medalla de oro individual de Jorge Cori por su alt¨ªsimo rendimiento en el tercer tablero y el nombramiento de Julio Granda como vicepresidente de Dvork¨®vich son dos noticias magn¨ªficas que, por otra parte, acent¨²an todav¨ªa m¨¢s la imagen desastrosa de la Federaci¨®n Peruana de Ajedrez. Por tercera vez en lo que va de siglo, el delegado que vot¨® en representaci¨®n de Per¨² no est¨¢ reconocido por su propio Gobierno, pero s¨ª protegido por el f¨¦rreo, sinuoso y retorcido presidente de FIDE Am¨¦rica (desde 2002), Jorge Vega, de 83 a?os. Pero esta vez es a¨²n m¨¢s grave: Bor¨ªs Ascue, condenado tres veces por los tribunales de su pa¨ªs por diversos delitos, fue destituido e inhabilitado por tres a?os el pasado 24 de julio por el Consejo Superior de Justicia del Instituto Peruano del Deporte (IPD), que ahora estudia la posibilidad de aumentar la sanci¨®n por desacato; adem¨¢s, no incluy¨® en la selecci¨®n femenina a una titular indiscutible, Ingrid Aliaga, por atreverse a denunciar por acoso sexual al entrenador de la federaci¨®n. Y, sin embargo, Ascue contin¨²a ejerciendo como presidente de la federaci¨®n. No logro entender por qu¨¦ el Ministerio de Educaci¨®n (al que est¨¢ adscrito el IPD), o el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Peruano no act¨²an de manera contundente para que un directivo sancionado deje de dar una p¨¦sima imagen de su pa¨ªs.
En contraste con ello, Per¨² lleva medio siglo produciendo jugadores magn¨ªficos. Granda, quien casi nunca se entren¨® como un profesional, es uno de los mayores talentos naturales de la historia. Ahora, a los 51 a?os, y con una imagen de honradez absoluta, es el s¨ªmbolo de lo que necesita el ajedrez latinoamericano para salir de un largo t¨²nel muy poco iluminado. Pero ser¨ªa imprescindible que alguien con ideas renovadoras, similares a las de Dvork¨®vich, prepare una candidatura alternativa a la de Vega y sus m¨¢s fieles, que han sido reelegidos sin oposici¨®n alguna en FIDE Am¨¦rica.
Lo mejor de la ceremonia de clausura en opini¨®n de muchos lleg¨® en el fin de fiesta, despu¨¦s de que chinos y chinas recibieran el oro doble. Primero, con la magn¨ªfica actuaci¨®n de la cantautora chilena Juga di Prima, que interpret¨® ?Oh, Capablanca! mientras su reciente videoclip y la letra de la canci¨®n se proyectaban en la pared del escenario. Y luego con un v¨ªdeo maravilloso, The Art of Chess. Quien no haya estado nunca en una Olimpiada de Ajedrez entender¨¢ al verlo por qu¨¦ los asiduos nunca nos cansamos de ellas, por muchas que llevemos. Adem¨¢s, tanto Juga di Prima como ese v¨ªdeo nos recuerdan que el ajedrez tambi¨¦n est¨¢ conectado con el arte, adem¨¢s de la ciencia y el deporte. Otro aspecto m¨¢s que Dvork¨®vich deber¨ªa promover, para que la esperanza se convierta en una realidad espl¨¦ndida.
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