Espa?a y su flotador de la Liga de las Naciones
El camino abierto en la intrincada nueva competici¨®n de la UEFA, para cuya fase final se clasificar¨¢ hoy si vence a Inglaterra, da vida a la Roja tras el espanto en Rusia
Un torneo alumbrado con f¨®rceps por la UEFA le ha venido de perlas a la deprimente Espa?a que se fue del Mundial de Rusia con una nueva sobredosis de pesimismo metabolizado hasta el hueso. Aquella Roja desnortada desde la intromisi¨®n del Real Madrid y la espantada de Julen Lopetegui, ha encontrado un respiradero en la intrincada Liga de las Naciones. Una victoria este lunes ante Inglaterra (Benito Villamar¨ªn, 20.45, La 1) supondr¨ªa para los reclutas de Luis Enrique sellar su participaci¨®n en la final a cuatro que se disputar¨¢ la primera semana de junio del pr¨®ximo a?o en Portugal, Italia o Polonia. De paso, Espa?a podr¨¢ ganarse un boleto para una repesca si no se clasifica directamente para la Eurocopa de 2020.
Muy por encima de tales objetivos, sin demasiado cach¨¦ y con un horizonte tan lejano, esta Liga de las Naciones ha permitido a la Roja aliviar algo la zozobra del campeonato ruso y afrontar sin sables sonoros la renovaci¨®n que impulsa Luis Enrique. Todo lo contrario de lo que ha hecho Alemania, que esta vez no sirve de ejemplo. El equipo de Joachim L?w, el otro gran ca¨ªdo en Rusia, ha pretendido perpetuarse con la percha de su ¨¦xito precedente en 2014. L?w y su nomenclatura han obviado que en el f¨²tbol prevalece el eco del olvido. Lo supo Espa?a cuando rod¨® de Sud¨¢frica a R¨ªo de Janeiro.
No hay Liga de las Naciones que pueda aliviar el varapalo espa?ol en Rusia, sainete incluido con la salida de Lopetegui por la gatera. Pero, al menos, las victorias en Wembley y Cardiff y la goleada a Croacia han merecido que el equipo tenga una tregua. Fundamental para que el nuevo seleccionador pueda atajar los fantasmas mientras da con la partitura y sus int¨¦rpretes. En su periodo experimental, Luis Enrique es consciente de que la hinchada acab¨® por denostar el toque-toque de monaguillos que hizo extraviarse a Espa?a en Mosc¨². El asturiano tampoco fue nunca un devoto de esa fe, pero en estos tres primeros partidos ha sabido inyectar el juego corto con luces largas. Por ahora, la Roja tiene otra marcha, nada de cantarse a s¨ª misma una simplista nana con la pelota.
En cuanto a los actores, nada ha sido m¨¢s concluyente que el arresto domiciliario de Jordi Alba. De Gea, Sergio Ramos y Busquets custodian el pasillo de seguridad central, a la espera de que se consolide un media punta (previsiblemente Isco, hoy lesionado) y se asiente un nueve ante la poca fiabilidad del cometa Diego Costa. Sa¨²l, Ceballos y Rodrigo (Valencia) tambi¨¦n apuntan alto en este primer tr¨¢nsito de Luis Enrique, hoy con m¨¢s vivero en el Madrid y el Atl¨¦tico que en su Bar?a.
Mientras enhebra el seleccionador, a Espa?a le espera una Inglaterra que no acaba de despegar. En realidad, solo lo hizo en 1966. Desde entonces ha sido un p¨¢ramo, pero la propaganda anglosajona y la resonancia de la Premier la mantienen con calzador en la ¨¦lite. Gareth Southgate, su preparador, no es ajeno a la influencia exterior en el f¨²tbol ingl¨¦s, cuyos equipos de sal¨®n est¨¢n tutelados por Guardiola, Pochettino, Klopp, Sarri, Mourinho¡ En la primera fila, salvo los tics del United, ni rastro del f¨²tbol-rugby que durante m¨¢s de un siglo han llevado grabado a fuego los ingleses. Para desgracia de Southgate, a Inglaterra no solo le falta por esponjar otras escuelas. Tampoco tiene bachilleres muy cualificados, por mucho que en el ¨²ltimo Mundial, con tanto desbarajuste, escalara hasta las semifinales.
En Sevilla, sancionados Stones y Henderson, al frente estar¨¢ Kane, un reputado goleador que encadena seis encuentros seco. Tanto bucea Southgate, que ha alistado a Jadon Sancho, aprendiz del Borussia Dortmund que con 18 a?os y 201 d¨ªas ya es el segundo internacional ingl¨¦s m¨¢s joven de la historia tras Duncan Edwards, genio del United que falleci¨® con 21 a?os en el accidente a¨¦reo del equipo en M¨²nich, en 1958.
Si Inglaterra explora una Inglaterra m¨¢s irreconocible, Espa?a indaga en una nueva Espa?a que no reniegue del todo del manual que la entroniz¨®. M¨¢s bien, una revisi¨®n contempor¨¢nea lo ponga otra vez en valor. En ello est¨¢ Luis Enrique, al que el t¨²nel del tiempo le devuelve hoy al 7 de junio de 1995. Aquel fue el ¨²ltimo partido internacional en el Villamar¨ªn. No florec¨ªa entonces una Espa?a de violines, sino de furiosos tambores. A veces tan insustanciales que en aquella visita Espa?a solo super¨® a Armenia por 1-0 y de penalti. ?Gui?o futurista? Marc¨® Hierro y Luis Enrique fue el primero en abrazarle. Aquella Espa?a del Luis Enrique futbolista a¨²n tardar¨ªa 13 a?os en salir a flote y hacer cumbre en Viena. Hoy, la del Luis Enrique seleccionador ha encontrado un flotador en esta Liga de las Naciones. Una cita que conlleva un par¨®n dom¨¦stico que engorra a los aficionados por su intrusismo en la Liga y la Champions, cultivos pasionales hasta los pr¨®ximos grandes eventos de selecciones. Pero tras las melonadas de Rusia 2018, en la Roja cualquier consuelo es bienvenido. Como sostuvo ayer Luis Enrique: ¡°Todo va perfecto¡±.
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