¡°La trascendencia pol¨ªtica de M¨¦xico 68 fue silenciada¡±
El catal¨¢n, que acudi¨® a los Juegos con 16 a?os, recuerda 50 a?os despu¨¦s su quinto puesto en los 200m espalda, un hito entonces para la nataci¨®n espa?ola
El 25 de octubre de 1968, este jueves hace 50 a?os, en la magn¨ªfica piscina construida junto a la Avenida del r¨ªo Churubusco, a cinco minutos a pie del viejo estudio de Frida Kahlo y a unos 200 metros de la residencia donde mataron a Le¨®n Trotsky, el gran Roland Matthes gan¨® el oro en los 200 metros espalda de los Juegos de M¨¦xico y Santiago Esteva (Reus, 1952) se convirti¨® en el primer espa?ol en nadar una final ol¨ªmpica. ?l lo recuerda con un regusto amargo en medio de un acontecimiento social que vivi¨® con ¨¢nimo festivo. Fascinado en su ensue?o de adolescente, no se dio cuenta de que hab¨ªa logrado una haza?a en circunstancias dificil¨ªsimas.
Pregunta. ?Qu¨¦ es lo primero que se encontr¨® cuando lleg¨® a M¨¦xico?
Respuesta. Llegamos el 6 de septiembre. Cinco semanas antes del comienzo de los Juegos. Pens¨¢bamos que nos iban a recibir con los brazos abiertos. Y nos dijeron: ¡®Escuchad que nosotros a Espa?a no la reconocemos. Que no tenemos relaciones diplom¨¢ticas. Esperad un momento aqu¨ª¡¯. Nos tuvieron cuatro o cinco horas en el aeropuerto. Yo era completamente ajeno a la pol¨ªtica. Luego me sorprendi¨® otra cosa. Nosotros no nos apreci¨¢bamos nada a nosotros mismos. Al llegar los veteranos dijeron: ¡°Como aqu¨ª somos espa?oles nos vamos a coger seis semanas de vacaciones¡±. Para m¨ª y Mari Paz Corominas que ten¨ªamos 16 a?os, escuchar esto de los mayores¡ Me qued¨¦ absorto.
P. ?La delegaci¨®n llevaba comisario pol¨ªtico?
R. ?No! El delegado del equipo y el seleccionador eran gente normal. Ni hab¨ªan pensado que M¨¦xico no nos reconoc¨ªa.
P. ?C¨®mo era la vida cotidiana en M¨¦xico?
R. Fueron los ¨²ltimos Juegos de dimensi¨®n humana. Del 12 al 20 de octubre, cuando empezaron los Juegos tuvimos actividades l¨²dicas. A la Villa pod¨ªas entrar y salir como si fuera tu casa. No hab¨ªa controles de seguridad ni guardias. La seguridad la hac¨ªamos nosotros mismos. Era fant¨¢stico. Hab¨ªa comedores, centro cultural, biblioteca¡ Te mezclabas con negros, con rusos, conviv¨ªas. Ahora van los grupos, compiten y se van. No hay convivencia. La juventud no se agrupa. Para m¨ª fue un sue?o.
P. ?D¨®nde dorm¨ªan?
R. En unos apartamentos muy c¨®modos. Lo dif¨ªcil era que los jefes se escogieron las habitaciones individuales, los veteranos dorm¨ªan de dos en dos, y cinco dorm¨ªamos en el comedor. Un sitio de paso. Sin persianas. Me fui a comprar unas cortinas. Para que pudi¨¦ramos descansar.
P. ?Recuerda su entrada en la competici¨®n?
R. Los relevos 4x200 fueron la primera prueba que nad¨¦. Recuerdo que en el poyete las piernas me temblaban: ¡°?Deu Meu!¡±. Me lanc¨¦, hice un buen relevo y cumpl¨ª. Quedamos¡ no recuerdo. Fue bien para romper el hielo. En el relevo de estilos, el ¨²ltimo, cog¨ª a Dur¨¢n, que hac¨ªa la braza, a Arturo Lang-Lenton, el mariposista, y a Jos¨¦ Antonio Chicoy que nad¨® el crol. No s¨¦ c¨®mo se me ocurri¨®. Los reun¨ª y les dije: ¡°Si marcamos estos n¨²meros podemos entrar en la final¡±. As¨ª nadamos la final. ?Quedamos octavos! Chicoy se desmay¨® y hubo que sacarlo de la piscina por el sobreesfuerzo que hizo.
P. ?Era consciente de su nivel?
R. Para m¨ª estar all¨ª fue un sue?o dorado hecho realidad. Me hab¨ªa preparado muy bien en invierno y hab¨ªa ganado los campeonatos de Espa?a. Recuerdo que Fortuny, Chicoy y Monz¨® se fueron a Estados Unidos a entrenar, a Indiana, con un delegado. As¨ª pensaron en prepararse y en ahorrarse tres meses de mili. Pero no hicieron nada. Y mientras tanto, yo en Espa?a empec¨¦ a batir sus r¨¦cords. Hasta que lleg¨® el verano y enferm¨¦. Ten¨ªa problemas de est¨®mago. Me pegu¨¦ tres semanas de relax pero cuando volv¨ª gan¨¦ el campeonato de Espa?a de 100 y 200 espalda y me apuntaron a esas pruebas en los Juegos, a pesar de que yo era fondista. Yo ven¨ªa nadando los 400 y los 1.500 libre pero debido al par¨®n por la enfermedad no me pude poner a punto. Gracias a haber ganado la espalda pude ir a los Juegos. Una vez en M¨¦xico, con seis semanas, me reh¨ªce f¨ªsicamente y baj¨¦ mis marcas impensablemente. Yo hab¨ªa pensado en ir a cumplir con el expediente y me encontr¨¦ con algo que no hab¨ªa ni so?ado. Primero me di cuenta en los 100 espalda. Alcanc¨¦ las semifinales y me rap¨¦ al dos. Era tanta la influencia de los veteranos que a pesar de que te prepararas bien no pensabas que realmente pudieras llegar a hacer algo. Los espa?oles eran los espa?olitos. As¨ª que me encontr¨¦ con el cabello largo y sin depilarme en las semifinales. ¡°Aqu¨ª est¨¢s mejor de lo que todos piensan¡±, me dije. Cog¨ª y en cuatro d¨ªas prepar¨¦ la final, me depil¨¦ y consegu¨ª mi mejor posici¨®n en los Juegos.
P. Su quinto puesto fue un hito hist¨®rico para el deporte espa?ol.
R. Pero no hubo medallas. Y si no ganas medallas el ¨¦xito no es total. Siempre te acuerdas del primero. Al segundo nadie lo conoce. Se me grabaron las palabras de Mark Spitz en ¡®Sports Illustrated¡¯: ¡°winning is everything, second is nothing¡± ("ganar lo es todo, el segundo no es nada"). A veces miramos solo las victorias y las medallas y claro... ?Un quinto lugar¡! El quinto puesto daba derecho al diploma ol¨ªmpico pero en el Gobierno nadie sab¨ªa nada. Yo lo obtuve en 1995. Un d¨ªa me lleg¨® una carta de la federaci¨®n espa?ola de h¨®ckey hierba: ¡°Ten¨ªamos traspapelada esta documentaci¨®n que le debe pertenecer a usted¡±. Vale, ?muchas gracias!
P. Gary Hall Senior fue cuarto.
R. Fuimos compa?eros en Indiana durante cuatro a?os. ?l nadaba estilos y mariposa. En espalda le gan¨¦ varias veces. En M¨¦xico me gan¨® por tres cent¨¦simas. Nadaban tres americanos. En aquel tiempo hab¨ªa tres atletas m¨¢ximo por pa¨ªs. Roland Matthes mandaba, despu¨¦s se situaron los americanos, y el quinto fui yo. Luego en la Universidad de Indiana nad¨¦ con Jack Horsley, que fue bronce. Nad¨¢bamos competiciones con Larry Barbiere, finalista en 100 espalda. Yo les ganaba siempre. Ten¨ªamos a Mitch Ivey, segundo despu¨¦s de Matthes. En algunas competiciones hac¨ªamos la final hasta seis de Indiana. Durante seis a?os ganamos todos los campeonatos de Estados Unidos. Tuvimos a Spitz y a John Kinsella. Casi el 60% de los r¨¦cords del mundo estaban en poder de nadadores de Indiana. El entrenador era Doc Counsilman. La primera persona que trabaj¨® la t¨¦cnica seg¨²n la f¨ªsica de fluidos aplicada a la nataci¨®n. Doc empez¨® en 1953 de cero. Entre 1968 y hasta 1980 fue el ¡®boom¡¯ de Indiana.
P. ?Lleg¨® a coincidir con Tommie Smith y John Carlos?
R. No, a pesar de que estuve viendo los 200 metros lisos en el estadio. En aquel tiempo el atletismo era en la primera semana y la nataci¨®n en la segunda. Vi los 200 y me pas¨¦ diez horas viendo la p¨¦rtiga para seguir a Ignacio Sola. Fue la primera vez que un deportista espa?ol bati¨® un r¨¦cord ol¨ªmpico. Y vi a Fosbury en la final de altura.
P. ?No tuvo conciencia de que Smith y Carlos levantaban el pu?o enguantado en un acto de reafirmaci¨®n del poder negro y la lucha por los derechos civiles?
R. Lo vi. Pero pens¨¦ que era una protesta por algo relacionado con el maltrato deportivo, por la discriminaci¨®n que sufr¨ªan los negros en el Comit¨¦ Ol¨ªmpico americano. Dentro del mundo deportivo. Ten¨ªa 16 a?os y viv¨ªa en mi burbuja ol¨ªmpica. Era completamente ajeno a la trascendencia pol¨ªtica que ten¨ªa esto. Lo que pas¨® en la Plaza de las tres Culturas, los 300 muertos, en nuestro entorno se minimiz¨®. Nosotros no nos enteramos de nada. No s¨¦ ni d¨®nde me pill¨®: entrenando o en la Villa, supongo. Haciendo una vida normal. Aislado. ?bamos a espect¨¢culos de mariachis, al parque de diversiones, al Museo Arqueol¨®gico Nacional...
P. ?No le¨ªan la prensa?
R. En la Villa no recibimos nada. Ni un peri¨®dico. Fue silenciado totalmente. No se deb¨ªan llevar peri¨®dicos a la Villa. Se supo m¨¢s fuera de las fronteras de M¨¦xico que en el propio pa¨ªs.
P. ?Cu¨¢ndo comprendi¨® lo que estaba ocurriendo?
R. Empec¨¦ a conocer la pol¨ªtica a los 18 a?os, cuando llegu¨¦ a Indiana. Lo primero que me pregunt¨® Doc Councilman fueron dos cosas. ¡°?Qu¨¦ hace el dictador?¡±. Y yo pens¨¦: ¡°?Hostia! Se debe referir a Franco¡±. ¡°Escuche, yo de pol¨ªtica no tengo ni idea¡±, le dije. ¡°Como todos los d¨ªas caliente y voy a un colegio del Opus en Sabadell¡¡±. Ah¨ª empec¨¦ a enterarme un poco. ¡°?Y despu¨¦s de Franco qu¨¦?¡±, me insisti¨® Doc. Y yo pensaba: ¡°?Qu¨¦ digo?¡±. ¡°Ser¨¢ como Nasser en Egipto. Nada m¨¢s¡±. Y lo otro que me pregunt¨® Doc es por Gaud¨ª. En aquel tiempo, en los 50 y 60, los modernistas eran m¨¢s conocidos fuera de Espa?a que aqu¨ª. Las casas en el Paseo de Gr¨¤cia se demol¨ªan porque estaban pasadas de moda.
P. ?Volvi¨® a unos Juegos?
R. En el 1972 me lesion¨¦. Los vi como espectador. Vi que los alemanes para demostrar su simpat¨ªa y apertura no fueron lo suficientemente estrictos. Yo era un turista y entraba a la Villa a ver mis compa?eros nadadores sin ning¨²n control. As¨ª entraron los de Septiembre Negro. Luego nad¨¦ en 1976 y aquellos fueron unos Juegos desagradables. Eso no era una Villa Ol¨ªmpica. Era una Prisi¨®n Ol¨ªmpica. Solo recuerdo controles. Nadamos y nos fuimos en una semana. Mis marcas no fueron todo lo buenas que pudieron salir. Los militares me hicieron una jugada. Me faltaban tres meses para ir a los Juegos y me hicieron recuperar 66 d¨ªas de mili que ten¨ªa pendiente por haber estado compitiendo en el 75. En la Semana Santa del 76 vino un Guardia Civil a mi casa con una nota para incorporarme al cuartel.
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