Mari Pau Corominas: ¡°Lo m¨ªo fue a lo Quijote, como Blanca y Arantxa¡±
Disput¨® la final de los 200 metros espalda (fue s¨¦ptima) y fue una de las dos ¨²nicas mujeres, junto a Pilar Von Carstenn, entre los 128 espa?oles que compitieron
Mari Pau Corominas. As¨ª, por su nombre y apellido, y no abuela, la llama uno de sus seis nietos. Y entre sus tres hijos le acaban de regalar una r¨¦plica del ba?ador que utiliz¨® hace 50 a?os en la Alberca Francisco M¨¢rquez. ¡°Una monada, con las letras M¨¦xico 68 y detr¨¢s mi nombre. Me lo he puesto esta ma?ana¡±, explica entusiasmada. Ten¨ªa entonces 16 a?os y en aquellos Juegos marc¨® un hito en el depauperado y mis¨®gino deporte espa?ol de la dictadura franquista. Fue la primera espa?ola que disput¨® una final ol¨ªmpica, la de los 200 metros espalda (fue s¨¦ptima), y una de las dos ¨²nicas mujeres, junto a Pilar Von Carstenn, entre los 128 espa?oles que compitieron en M¨¦xico 68. Lo celebr¨® por anticipado al completar en mayo pasado la Traves¨ªa del Estrecho de Gibraltar ¡ª¡°tardamos cuatro horas y un minuto en recorrer 15,2 kil¨®metros y recaudamos 7.000 euros para la ONG Proactiva Open Arms¡±, explica¡ª. ¡°Creo que la final de los Juegos la nad¨¦ un 25 de octubre¡±, barrunta esta barcelonesa de 66 a?os.
Pregunta. El hecho de competir en unos Juegos ya supuso un hito para las deportistas espa?olas.
Respuesta. Mi carrera fue corta. Empec¨¦ a finales del 64. El segundo a?o fui campeona de Espa?a, campeona europea j¨²nior y oro en los Mediterr¨¢neos. M¨¦xico 68 fueron los primeros Juegos en que te exig¨ªan una marca m¨ªnima. La consegu¨ª en julio, en la piscina universitaria de Madrid. En Espa?a no ten¨ªa rivales. Lo consegu¨ª yo solita. La verdad, fue un poco a lo Quijote, como pas¨® luego con otras deportistas como Blanca Fern¨¢ndez Ochoa y Arantxa S¨¢nchez Vicario.
P. ?Le acarre¨® problemas ser una de las dos ¨²nicas mujeres en la expedici¨®n de 128 deportistas?
R. Dijeron: ¡®No queremos que vaya sola. Demos la oportunidad a otra nadadora para que acompa?e a Paz¡¯. Y Pilar Von Carstenn, una nadadora de crol, vino conmigo. Nos cuidaron mucho. Para que estuvi¨¦ramos m¨¢s acompa?adas nos pusieron en un apartamento con unas chicas argentinas, creo que de h¨®ckey, pero no funcion¨®. Montaban unas juergas... Pedimos un apartamento para nosotras solas. ?ramos un poco las ni?as mimadas del equipo.
P. Fue una pionera...
R. Bueno s¨ª, pionera, pero con suerte. Si no hubiera tenido la facilidad que tuve para nadar lo hubiera dejado m¨¢s pronto a¨²n, pero me encontr¨¦ metida en el deporte de ¨¦lite. Fui a los Juegos pensando solo en participar, y nada m¨¢s. Pero llegar a una final ya eran palabras mayores. All¨ª, al ser tan joven, no ve¨ªa que pod¨ªa ser hist¨®rico. No fui consciente de ello hasta que regres¨¦ a Espa?a.
P. ?Por qu¨¦ subraya tanto lo de la suerte?
R. Por ejemplo, nad¨¦ en el CN Sabadell, el primer club con una piscina cubierta con agua climatizada y tambi¨¦n el primero que cont¨® con un entrenador extranjero, holand¨¦s. Tuve muy buenos entrenadores. Y, hablando ya de los Juegos, nos desplazamos un mes antes a M¨¦xico y dispusimos de cinco semanas para adaptarnos. Fue b¨¢sico. Tuvimos tiempo para adaptarnos a la altitud (2.240 metros sobre el nivel del mar). Otras nadadoras que nos superaban no se aclimataron.
P. ?C¨®mo fue la competici¨®n?
R. La altitud provoca que el que no est¨¢ adaptado haga peor tiempo en las pruebas que duran m¨¢s de un minuto. En las r¨¢pidas va bien, y en el atletismo tienes menos resistencia. Yo estaba acostumbrada porque me iba a esquiar con mi familia. Por eso me clasifiqu¨¦ para la final. Gan¨¦ a nadadoras que ten¨ªan m¨¢s opciones que yo. Super¨¦ a la campeona de Europa, la francesa Christine Caron. En la final, la verdad, me sent¨ªa bastante peque?ita al lado de las americanas, las rusas, las alemanas¡ Me impon¨ªan. Me daba la sensaci¨®n de que no estaba preparada como ellas y, desde luego, no ten¨ªa su envergadura.
P. Diez d¨ªas antes del inicio de los Juegos se produjo la Matanza de la Plaza de las Tres Culturas. ?Temieron por su seguridad?
R. Nos enteramos de segundas. Sab¨ªamos que hab¨ªan matado a alg¨²n estudiante, pero no llegamos a saber la gravedad de lo ocurrido hasta mucho despu¨¦s. Nos tuvieron tres d¨ªas en la Villa Ol¨ªmpica sin poder salir, pero jam¨¢s nos explicaron lo que hab¨ªa pasado. No fui consciente hasta que retorn¨¦ a Espa?a. Estuvieron a punto de ser suspendidos los Juegos, pero todos los deportistas estaban ya en M¨¦xico y al final se decidi¨® que se celebraran. Nos pusieron polic¨ªa en la Villa Ol¨ªmpica. No llegu¨¦ a pasar miedo. A los 16 a?os no eres muy consciente de si aquello iba a ir a m¨¢s.
P. ?Por qu¨¦ se retir¨® con 18 a?os?
R. ?ramos absolutamente amateurs, enamorados de lo que hac¨ªamos, pero con cero compensaci¨®n econ¨®mica. Yo quise retirarme y me retir¨¦. Nadie me pidi¨® que continuara, nadie me propuso alg¨²n tema econ¨®mico o poder estudiar alguna carrera fuera. Es verdad que los seis meses en Estados Unidos me los pag¨® el Consejo Superior de Deportes, aunque mi padre tuvo que adelantar el dinero. Guardo con cari?o el reloj que me regal¨® Juan Antonio Samaranch cuando gan¨¦ la medalla de oro de los Mediterr¨¢neos de T¨²nez.
P. ?Le cambi¨® la vida ser la primera finalista ol¨ªmpica espa?ola?
R. Continu¨¦ nadando dos a?os m¨¢s. Me llamaban, sal¨ªa en los peri¨®dicos, ten¨ªa que ser la ni?a perfecta. Era una presi¨®n absurda. El a?o siguiente me cost¨® bastante. Quer¨ªa empezar una carrera universitaria y era imposible compaginar estudios y deporte. Despu¨¦s del primer curso de Econ¨®micas, le dije a Santiago Esteva, que estaba en Estados Unidos: ¡®Oye, b¨²scame algo, a ver si puedo venir¡¯. Y fui a Indiana, a Bloomington. Estuve seis meses. All¨ª solo nadaba. Progres¨¦. Cuando volv¨ª, con tanto entrenamiento acumulado, bat¨ª los r¨¦cords de Espa?a de 400 libre, 800 libre, 4x100 estilos¡
P. Pese a los ¨¦xitos de las deportistas espa?olas ?Quedan muchas barreras por superar?
R. Nunca he sido muy feminista. Chillando conseguimos menos, haciendo conseguimos m¨¢s. Nosotras fuimos dos en una lista de 128. En R¨ªo, las espa?olas eran el 43% de la expedici¨®n y consiguieron m¨¢s medallas que los hombres (9 de las 17 obtenidas). Queda muy poco. Es verdad que a nivel salarial, siempre lo tenemos mal, siempre. Ah¨ª tenemos que mejorar. Y que no hay apenas directivas, pero es porque no nos gusta. Lo tengo clar¨ªsimo. Pero me quito el sombrero ante lo que est¨¢n consiguiendo las deportistas espa?olas. Y seguir¨¢n consiguiendo marcas extraordinarias.
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