De cinco canarios a seis madridistas
Un Suecia-Espa?a en 1968 simboliz¨® la gran aportaci¨®n isle?a a la selecci¨®n
El homenaje a Silva ante Bosnia rinde culto a la larga aportaci¨®n canaria a la selecci¨®n. Jugadores todos de buen pie y juego calmo, distanciados del viejo mito de la Furia. Siempre aportaron distinci¨®n y un d¨ªa llegaron a ser mayor¨ªa. En Malmoe, ante Suecia, el 2 de mayo de 1968, se juntaron cinco canarios en la selecci¨®n.
Est¨¢bamos en las v¨ªsperas de un Espa?a-Inglaterra de cuartos de final de la Eurocopa. La idea la hab¨ªamos perdido 1-0. La Liga la hab¨ªa ganado el Madrid, apretado por Las Palmas hasta la pen¨²ltima jornada, cuando cay¨® en el Bernab¨¦u en un partido muy pol¨¦mico. Aquel era un gran Las Palmas, con un juego de toque y pausa, precursor del tiqui-taca de La Roja en a?os recientes.
La afici¨®n desconfiaba entonces de la selecci¨®n. En la fase de grupo para la Eurocopa de 1968 nos dimos por eliminados a falta del Checoslovaquia-Irlanda en el que a los centroeuropeos les bastaba con empatar. Tan clara estaba la cosa que el seleccionador, Balmanya, renunci¨® y firm¨® como secretario t¨¦cnico del Bar?a. Pero result¨® que Irlanda gan¨® en Praga y nos vimos inesperadamente clasificados para cuartos, ante Inglaterra, y tuvo que volver Balmanya. En Wembley perdimos 1-0, o sea, que ni bien ni mal.
En esas vino este partido de Malmoe, un amistoso (que entonces no se ten¨ªan por menos) para afinar la vuelta con Inglaterra. Balmanya tom¨® una decisi¨®n: prescindir de los del Madrid, envuelto en esas fechas en una semifinal de Copa de Europa ante el Manchester United, y cargar el peso de la selecci¨®n en el grupo canario. Cit¨® a cuatro de Las Palmas: Tonono, Guedes, Castellano y Germ¨¢n, y a Santos, tinerfe?o que jugaba en el Zaragoza de Los Magn¨ªficos.
Se consider¨® justo. Las Palmas hac¨ªa un gran juego, y hasta entonces s¨®lo Guedes (un medio de estatura y zancada, con gran distribuci¨®n, muy seguro con la pelota, de aire parecido al de Busquets) hab¨ªa jugado en la selecci¨®n. Tonono era un gran central, firme y de salida limpia; Castellano era un medio defensivo que se desenvolv¨ªa bien hacia arriba; Germ¨¢n, el diez, era un libro abierto, un futbolista colosal. Santos era la gasolina de Los Magn?ificos, jugador de ida y vuelta, con buen manejo, solidaridad y disparo.
En Malmoe salieron cuatro en el equipo inicial: Iribar; S¨¢ez, Gallego, Tonono, Can¨®s; Santos, Guedes; Rif¨¦, Luis, Germ¨¢n y Claramunt. Cuando en el segundo tiempo sali¨® Castellano por Gallego (m¨¢s Sadurn¨ª por Iribar y Bustillo por Luis) ya fueron cinco, todos debutantes menos Guedes.
Espa?a jug¨® bien, de menos a m¨¢s, termin¨® sacando del partido a Suecia, y si no gan¨® fue por mala suerte en el remate. Todos los canarios funcionaron, en especial Germ¨¢n, que hizo un partido soberbio. El gol de Espa?a lo marc¨® Castellano. El partido nos dej¨® felices. Para los aficionados canarios todav¨ªa es una fecha inolvidable.
Y lleg¨® el debate: ?qu¨¦ hacer ante Inglaterra? ?Volver a llamar a los del Madrid o confiar de nuevo en el bloque canario? El juego del Madrid presentaba m¨¢s dinamismo, pero el aplomo y la calidad del bloque canario eran gran novedad y la apuesta por esa f¨®rmula gan¨® peso. El partido se hab¨ªa de jugar en el Bernab¨¦u. Balmanya, acosado en las entrevistas, se defendi¨® con ese argumento y, en efecto, ante Inglaterra jugaron Zoco, Pirri, Amancio, Grosso, Vel¨¢zquez y Gento. Les acompa?aron Sadurn¨ª, S¨¢ez, Gallego, Can¨®s y Rif¨¦. De cinco canarios a seis madridistas. Espa?a perdi¨® 1-2 y se qued¨® fuera de la Eurocopa, lo que aviv¨® el debate.
Con todo, Germ¨¢n mantiene los mejores recuerdos de aquello: ¡°Fue un d¨ªa feliz, el debut de todos menos Guedes, y sali¨® bien. Contra Inglaterra era en el Bernab¨¦u, hac¨ªa poco que hab¨ªamos jugado all¨ª, hab¨ªa rivalidad. Balmanya tuvo el detalle de explic¨¢rmelo, porque hasta algunas firmas de la prensa de Madrid ped¨ªan que yo jugara. Me dijo que necesitaba buen ambiente y yo le entend¨ª¡±.
Guedes y Tonono murieron todav¨ªa en plenitud, en activo. Eso hace m¨¢s entra?able el recuerdo de aquel partido.
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