El s¨ªntoma Demb¨¦l¨¦
El franc¨¦s vuelve a solucionar un partido confuso despu¨¦s de una semana de muchas cr¨ªticas
No hay equipo m¨¢s paciente y sufrido que el Atl¨¦tico del Cholo, capaz de afirmarse despu¨¦s de negar al rival, incluso si juega en casa y ante el Bar?a. Tampoco se conoce a un futbolista m¨¢s estoico y resolutivo que Demb¨¦l¨¦, la soluci¨®n diaria a los males acumulados del Barcelona, decisivo despu¨¦s de una semana en que ha habido barra libre para despotricar del extremo, tambi¨¦n desde Francia. ?nicamente Demb¨¦l¨¦ fue capaz de desmentir al Atl¨¦tico y de aliviar el dolor de cabeza del Barcelona.
El Atl¨¦tico no respondi¨® a la grandilocuencia del Wanda Metropolitano, muy festivo y encendido, como si ensayara la carga ambiental para la final de la Champions. Aunque Simeone parece el entrenador m¨¢s convencido del mundo, el equipo tiene todav¨ªa muchas dudas, mucho mejor en la reacci¨®n que en la elaboraci¨®n, poco impaciente si se tiene en cuenta la carta de naturaleza rojiblanca, paralizado en espera del gol que no llegaba de Diego Costa.
Al Barcelona tampoco le estimul¨® la derrota del Madrid sino que le calm¨®, como si el partido perdiera trascendencia, c¨®modo con su condici¨®n de l¨ªder provisional de LaLiga. Valverde sac¨® el abrigo despu¨¦s de abandonar la soleada Barcelona y llegar a la encapotada Madrid. Apurado por los muchos goles en contra y condicionado por las ausencias de Rakitic y Coutinho, mont¨® una alineaci¨®n propia de la temporada pasada, un 4-4-2 con la novedad del rombo, en cuya punta se situaba Arturo Vidal.
Muy pendiente de las transiciones rojiblancas, no arriesg¨® ni concedi¨® mientras en el campo estuvo Sergi Roberto. Tampoco habl¨® el Atl¨¦tico. Hasta el descanso hubiera sido un partido mudo sino fuera por los gritos de los futbolistas en cada falta, muchas t¨¢cticas y algunas barriobajeras, como si el miedo a perder penalizar m¨¢s que en la final River-Boca. Ni un tiro para dos porteros como Oblak y Ter Stegen.
Los azulgrana se animaron un poco con la entrada de Rafinha. Aunque ganaron simetr¨ªa, el juego de Arthur es demasiado corto para sacar del partido al Atl¨¦tico. Tampoco romp¨ªa Messi ni profundizaba Griezmann. No hab¨ªa solistas en un partido tan silencioso que el auditorio solamente estaba pendiente del error, de quien fallara para ser se?alado y condenado, circunstancia que acobard¨® a los centrocampistas y enfoc¨® al ¨¢rbitro Gil Manzano.
El partido estaba en una jugada m¨¢s que en el juego, una situaci¨®n que favorec¨ªa descaradamente al Atl¨¦tico y penalizaba al Bar?a, disminuido desde que se desquici¨® Arturo Vidal. El chileno concedi¨® dos faltas, la una despejada con la cabeza y un brazo ¡ªel VAR no apreci¨® penalti¡ª antes de botar un c¨®rner que remat¨® Diego Costa. La fuerza de la cabeza del ariete contrast¨® con la blandura de las manos de Ter Stegen.
Al Atl¨¦tico le hab¨ªa alcanzado con una oportunidad para doblegar al Barcelona. A Demb¨¦l¨¦ le bastaron diez minutos para corregir la pesarosa y confusa actuaci¨®n del equipo de Valverde. No hay mejor futbolista que el franc¨¦s cuando las cosas van mal en el Bar?a, incluso cuando gana el Atl¨¦tico por 1-0. Y ya son unos cuantos los resultados salvados por Demb¨¦l¨¦. As¨ª que su gol alimentar¨¢ el debate una jornada m¨¢s sobre la inestabilidad del equipo de Valverde. La pausa del franc¨¦s antes de definir en el 1-1 fue el momento cumbre de un partido aburrido y sin ocasiones, manejado por el Atl¨¦tico ante la falta de ambici¨®n del Bar?a.
No se sabe hacia donde van Bar?a y Atl¨¦tico y est¨¢ parado el Madrid. Hay Liga.
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