Diego Costa se reencuentra con el gol y las lesiones
El hispanobrasile?o acaba con su sequ¨ªa y estuvo a punto de concretar el italiano partido de Simeone
Dieciocoho partidos de Liga despu¨¦s, Diego Costa apareci¨® por el segundo palo en un c¨®rner enguantado por Koke. El cabezazo empotr¨® a Ter Stegen conta su red, mientras el delantero de Lagarto corr¨ªa como un poseso haciendo gestos reividicativos. Desde el pasado 25 de febrero en Sevilla (2-5), Costa no marcaba en el campeonato liguero. Una eternidad para un delantero que adem¨¢s reivindica un aumento salarial. Su alegr¨ªa desbordada, le dur¨® poco. Esa carrera rabiosa le hizo crujir de nuevo sus m¨²sculos y tuvo que ser sustituido. Se fue aclamado como el h¨¦roe que le puso colof¨®n a uno de esos partidos en los que el Atl¨¦tico emerge como una sofisticada escuadra italiana. El tanto de Costa parec¨ªa cerrar el c¨ªrculo de uno de los partidos ideales para Simeone. Le dio la pelota al Bar?a, Oblak apenas interven¨ªa y tuvo la victoria en la mano por unos segundos con unajugada a bal¨®n parado. El tanto de D¨¦mb¨¦le arruin¨® el sue?o de Simeone.
Como era partido grande, la hinchada del Atl¨¦tico de Madrid despleg¨® en los proleg¨®menos del encuentro el tifo de mayores dimensiones que se ha desplegado desde que habita en el Metropolitano. Horas antes, los soportales de las calles que confluyen en la glorieta de Arcentales estaban abarrotados. La derrota del Madrid y la posibilidad de superar al Bar?a en la tabla ten¨ªa al personal encendido. Siempre estuvo la hinchada por encima de lo que le ofreci¨® su equipo.
La alineaci¨®n de Diego Pablo Simeone, con Thomas Lemar de inicio, renunciando al cuatrivote, pod¨ªa interpretarse como un gui?o hacia un planteamiento m¨¢s ambicioso. La noche era un examen para el chico, y tambi¨¦n para Griezmann y Diego Costa. En un equipo que ha ido encontrando la solidez defensiva, el foco estaba puesto en su pareja de ataque y en el fichaje m¨¢s caro de la historia.
El contexto italiano en el que su entrenador les hizo desenvolverse hizo casi imposible que ofrecieran siquiera una migaja de su f¨²tbol para hacer da?o al Barcelona. Nada de lo ensayado durante la semana pudo ponerlo en practica el Atl¨¦tico con sus tres jugadores llamados a desequilibrar. En la medida que el tr¨ªo se refugiaba en su campo para completar el esforzado y cartesiano entramado defensivo crec¨ªa la sensaci¨®n de que Simeone dibuj¨® un partido para no perder, de riesgo m¨ªnimo.
Las cuentas con el empate le permit¨ªan al Atl¨¦tico meterle un punto m¨¢s al Madrid y seguir a la misma distancia del Barcelona. Alcanzado el primer tercio de la competici¨®n, habiendo ya pasado por el Bernab¨¦u y despachado al Bar?a en casa con unas tablas, verse en plena pelea por el t¨ªtulo, el empate le serv¨ªa a Simeone. Sabe el entrenador que su equipo redobla su car¨¢cter competitivo cuando siente que est¨¢ cerca de los mejores. En ese plan apenas hubo nada de Lemar y de Griezmann. Solo Costa rompi¨® su sequ¨ªa.
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