El alegato del Eibar contra el f¨²tbol pijo
En Ipurua se escenific¨® la met¨¢fora cr¨ªtica del f¨²tbol elitista que pretenden los impulsores de la Superliga Europea
Ya se sabe que el f¨²tbol funciona como un abigarrado perchero de met¨¢foras, desde las trascendentes hasta las m¨¢s triviales. No fue banal lo que ocurri¨® en Ipurua, donde el Eibar barri¨® al Real Madrid con un brillante ejercicio de temperamento, convicci¨®n, orden, atenci¨®n y excelentes recursos futbol¨ªsticos. En definitiva, con un gran f¨²tbol. Al Madrid le corresponde la lectura inversa: un desastre que acent¨²a las sospechas sobre el dise?o de la plantilla, la dejadez de algunos jugadores y el peso de los a?os en varios de sus mejores futbolistas. Sin embargo, el partido dej¨® una lectura que escapa al estricto an¨¢lisis futbol¨ªstico. En Ipurua, el Eibar envi¨® un alegato contra el pijer¨ªo.
A trav¨¦s de una filtraci¨®n de Football Leaks se ha conocido el intento de creaci¨®n de la Superliga Europea, proyecto que seg¨²n fuentes de algunos clubes est¨¢ encabezado por el Real Madrid y el Bayern de M¨²nich. No se trata de un globo sonda. Se conocen los equipos que lo integrar¨ªan ¡ªReal Madrid, Barcelona, Bayern, Manchester United, Manchester City, Chelsea, Arsenal, Liverpool, Juventus, Milan y Par¨ªs Saint Germain¡ª, la fecha del inicio de la competici¨®n (2021), su car¨¢cter empresarial ¡ªuna sociedad radicada en Espa?a, con un porcentaje de propiedad que encabezar¨ªan el Real Madrid, con el 18% de las acciones, el Bar?a con el 16% y el Manchester United con el 12%¡ª, su formato cerrado, sin descensos al menos durante 22 a?os, y la participaci¨®n de cinco invitados, graciosa concesi¨®n de los propietarios al Atl¨¦tico de Madrid, Inter de Mil¨¢n, Roma, Borussia Dortmund y Olympique de Marsella.
Es una f¨®rmula a la americana que concentra el f¨²tbol para ricos y poderosos en metr¨®polis o grandes ¨¢reas urbanas, una competici¨®n de dise?o donde los equipos abjuran de su procedencia y de su pasado porque no les gusta el olor a pies de los rivales en sus respectivas Ligas. El motor es la pasta, el dineral que imaginan jeques, oligarcas, banqueros y magnates, empe?ados en convertir el f¨²tbol en un capricho exclusivo, discriminatorio, de puertas cerradas y palcos ba?ados de intriga y oro. Poco importa que varios de sus integrantes hayan estado en la bancarrota, al borde la desaparici¨®n o en una profunda irrelevancia deportiva. Ahora nadan en la abundancia, y eso es lo que importa.
A este mundo s¨®lo le interesa repartirse el poder, el dinero y la influencia pol¨ªtica. Piensan que m¨¢s all¨¢ de ellos no existe nada, excepto la pobreza y la podredumbre. Es una visi¨®n discriminatoria y elitista del f¨²tbol que cuadra perfectamente con los tiempos que corren. Todo indica que el proyecto se ha derrumbado temporalmente por la tenaz oposici¨®n de la UEFA, el impacto de la filtraci¨®n y las dudas de algunos clubes, especialmente los ingleses, pero el inter¨¦s por este modelo exclusivo no decrecer¨¢. Persistir¨¢.
El f¨²tbol, que creci¨® entre parroquias y descampados, ofreci¨® en Ipurua un ba?o de realidad a estos corporativos del f¨²tbol pijo. El Eibar significa todo lo que detestan: un peque?o pueblo de 28.000 habitantes, sin apenas espacio llano, un campo diminuto ¡ªconstruido sobre los escombros que en 1945 nivelaron 250 prisioneros comunistas y socialistas madrile?os¡ª, la extrema voluntad para sortear dificultades y alcanzar la Primera Divisi¨®n, la imaginaci¨®n para desarrollar la campa?a que permiti¨® al club jugar en la m¨¢xima categor¨ªa ¡ªaficionados de 50 pa¨ªses se adhirieron como socios¡ª y el ¨¦xito de un equipo que nunca desmaya.
A ese relato volvi¨® a ajustarse el Eibar, que record¨® una vez m¨¢s la verdadera naturaleza del f¨²tbol, lo fascinante de su diversidad, lo importante que resulta para la gente y no solo para los privilegiados, el valor del m¨¦rito cotidiano y el derecho a so?ar. Es decir, todo lo que desprecian los gerifaltes del f¨²tbol de dise?o.
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