La ca¨ªda de River en el Mundial de Clubes expone el declive de los equipos sudamericanos
La derrota millonaria en semifinales ante el modesto Al-Ain ya no es una situaci¨®n extraordinaria
Habituado durante d¨¦cadas a codearse mano a mano con las grandes potencias europeas, el f¨²tbol sudamericano de clubes recibi¨® un nuevo y sonoro cachetazo en el Mundial de Clubes de la FIFA que se disputa en Emiratos ?rabes Unidos. La derrota de River Plate por penales ante los locales del Al-Ain (el encuentro hab¨ªa concluido 2-2 tras la pr¨®rroga) no estaba en los planes de casi nadie y son¨® a castigo merecido para la Confederaci¨®n Sudamericana (Conmebol), destinataria de una interminable avalancha de cr¨ªticas por la larga serie de irregularidades cometidas en el transcurso del a?o.
La situaci¨®n no es nueva. Ser¨¢ la cuarta vez en las ¨²ltimas nueve ediciones que el representante del continente estar¨¢ ausente del partido decisivo, y llegar a esa instancia le resulta cada vez m¨¢s complicado. Leonardo Ponzio, capit¨¢n del conjunto argentino, fue el primero en admitir la realidad apenas concluido el cotejo: ¡°En los ¨²ltimos a?os nos estamos dando cuenta de que los equipos de otros continentes est¨¢n sorprendiendo¡±, acept¨® con tristeza.
Poseedores de cuatro t¨ªtulos desde la creaci¨®n de la competici¨®n en 2000, los clubes sudamericanos mantuvieron desde los a?os 60 una dura pulseada con los europeos en la vieja Copa Intercontinental, antecedente del actual torneo. De hecho, al desaparecer llevaban una m¨ªnima ventaja de 22-21. La balanza comenz¨® a inclinarse con el cambio de siglo y los ¨²ltimos diez a?os muestran un ensanchamiento cada vez mayor de la grieta. Europa ha ganado 11 de las ¨²ltimas 12 ediciones. Corinthians, en 2012, es la excepci¨®n.
Las explicaciones son variadas, aunque ninguna tiene tanto peso como el desequilibrio econ¨®mico cada vez m¨¢s marcado entre ambas orillas del Atl¨¢ntico. La sangr¨ªa de jugadores que las entidades brasile?as, argentinas y uruguayas han sufrido hist¨®ricamente se agudiz¨® a partir de la llamada Ley Bosman, que abri¨® de par en par la puerta del Viejo Mundo a los futbolistas nacidos y criados en los potreros de las ciudades del Sur y ampli¨® las fronteras de la emigraci¨®n a los dem¨¢s pa¨ªses del continente.
El poder de la billetera de los equipos europeos despedaza cualquier proyecto a largo plazo al otro lado del mapa, y desde hace un tiempo ni siquiera respeta los per¨ªodos de formaci¨®n. Chicos con un pu?ado de partidos en Primera Divisi¨®n, con el brasile?o Vinicius Junior del Real Madrid como ejemplo m¨¢s reciente, cruzan el mar sin que los hinchas de sus entidades de origen lleguen ni siquiera disfrutarlos.
El resultado es que hoy los representantes de Conmebol se encuentran m¨¢s pr¨®ximos en su nivel futbol¨ªstico a los equipos de Asia o ?frica que los representantes de la ¨¦lite europea. River es una excelente muestra de lo que sucede. Sus principales figuras ¨CArmani, Pinola, Ponzio, Enzo P¨¦rez, Pratto- son jugadores de m¨¢s de 30 a?os que en su mayor¨ªa regresaron de sus experiencias en el exterior y se entremezclan con j¨®venes que se disponen a partir, como Pity Mart¨ªnez, transferido al Atlanta United de la MLS; o Ezequiel Palacios, con futuro en el Real Madrid.
Al-Ain no ense?¨® nada especial en su duelo ante los argentinos. Incluso evidenci¨® cierta ingenuidad defensiva que convirti¨® en figura a su arquero Eisa, pero le bast¨® con el esfuerzo, la fe y la excelente actuaci¨®n del brasile?o Caio para arruinarle la fiesta a River.
El inesperado tropiezo de los dirigidos por Marcelo Gallardo apag¨® en buena medida la euforia despertada por la conquista de la Copa Libertadores hace diez d¨ªas en el Santiago Bernab¨¦u. Y al mismo tiempo sirvi¨® como b¨¢lsamo a los hinchas de Boca, el derrotado en esa ins¨®lita final.
¡°Todo lo que venga a partir de ahora es un extra¡±, dec¨ªan casi a coro los simpatizantes ¡°millonarios¡± luego del 3-1 ante su cl¨¢sico rival. ¡°Lo que venga¡± era la posibilidad de levantar su segunda Copa del Mundo (su ¨²nico trofeo data de 1986, frente al Steaua de Bucarest). Las muestras de debilidad ofrecidas ¨²ltimamente por el Real Madrid ¨Cque este mi¨¦rcoles juega contra el Kashima Antlers de Jap¨®n la segunda semifinal- alentaba el optimismo, aunque incluso una ca¨ªda digna estaba bien vista.
La eliminaci¨®n es el sopapo que llega sin avisar y habr¨¢ que ver en qu¨¦ medida afecta el recibimiento al plantel una vez que concluya su participaci¨®n en el Mundial. River todav¨ªa no regres¨® a la Argentina desde que levant¨® la Libertadores en Madrid, y festejar¨¢ en diferido. Habr¨¢ celebraci¨®n de todos modos, y nadie discutir¨¢ ni a Gallardo ni a los jugadores. Pero propios y extra?os saben que ya no ser¨¢ lo mismo. El nombre de Al-Ain quedar¨¢ marcado entre las memorias amargas de la instituci¨®n ¨Cy ser¨¢ por siempre recordado con sorna por los rivales-.
El f¨²tbol sudamericano de clubes ya tiene un motivo m¨¢s para preocuparse: necesita m¨¢s que nunca descubrir la f¨®rmula que lo lleve a recuperar el lugar de privilegio que alguna vez tuvo.
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