Nadal, un rayo en Melbourne

Para cuando quiere darse cuenta, a Tomas Berdych ya le ha ca¨ªdo encima una tonelada de arena. El checo, veterano de 33 a?os, escribe ya el ep¨ªlogo de una carrera que en su ¨²ltimo episodio recibe el tremendo impacto de un rayo sin mangas. Es Rafael Nadal, desatado y mete¨®rico, recorriendo la pista Rod Laver con las piernas de Usain Bolt y la pegada de Mike Tyson; golpeando y reduciendo a su rival a la m¨ªnima expresi¨®n, como si en lugar de tener enfrente a un tenista contrastado estuviera un principiante. Lo hace, lo despedaza punto a punto. Aborda los cuartos como un torbellino: 6-0, 6-1 y 7-6, en 2h 05m. Viene Nadal, a lomos de un expreso en Melbourne.

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Descerraja el pulso a las primeras de cambio, con un impacto directo sobre el primer servicio del checo. ?A partir de ah¨ª? A partir de ah¨ª una andanada contra un rival grogui y exageradamente fr¨ªo, helado, ko desde el principio. ?El resto? El resto fue puro divertimento para el n¨²mero dos, que si aterriz¨® en Australia suscitando alguna duda sobre su estado por no haber pisado una pista en cuatro meses las ha disipado en solo siete d¨ªas, cuatro partidos, los 12 parciales que ha empleado para ir reduciendo cronol¨®gicamente a Duckworth, Ebden, De Mi?aur, y este domingo a Berdych. Sencillamente, no hubo partido.

O s¨ª para Nadal, plet¨®rico, montado sobre la l¨ªnea de fondo al resto y mordiendo la pelota en cada devoluci¨®n. Agresivo y decidido ante el adversario que le tumb¨® en los cuartos de 2015. Lejanos ya. Otros tiempos, una historia muy diferente en este presente. El de Manacor, como un toro de rodeo al que le acaban de abrir la jaula, encendi¨® el turbo desde el primer peloteo, peg¨¢ndole estupendamente con la derecha y abrillantando ese rev¨¦s que, dec¨ªa ¨¦l estos d¨ªas, deb¨ªa mejorar para abrir la pista y seguir explorando ¨¢ngulos inh¨®spitos.

En 27 minutos cerr¨® el primer parcial y en 34 el segundo, con una ligera cortes¨ªa en el tercero. Que no relajaci¨®n. Berdych, borrado, deambulaba como un zombie por la central. Las encaj¨® de todos los gustos y colores. Superado por el furibundo ritmo de bola del balear, se content¨® con ara?ar su primer juego cuando el cron¨®metro ya reflejaba 47 minutos. Bajo esa gorra blanca, un competidor inanimado que se present¨® con un degradado militar en la pechera y de eso nada: guerrillero cero. No pod¨ªa ni le dej¨® Nadal, con una movilidad de piernas supers¨®nica. Por lo dem¨¢s, sin necesidad de grandes alardes.

Castig¨® la flacidez del checo y en la hoja estad¨ªstica sobresali¨® en esta ocasi¨®n la productividad con los primeros saques (80%). As¨ª, con la versi¨®n arrolladora, abraz¨® los cuartos y present¨® candidatura en Melbourne: a este nivel, Nadal est¨¢ para todo. A cuartos sin ceder una sola manga, como un tiro. Se cumplen 10 a?os de su ¨²nico triunfo en Australia y el deseo de renovarlo es muy s¨®lido. Ahora, en la siguiente escala, el turno es para Frances Tiafoe. Una suerte de LeBron raqueta en mano, aunque dice preferir a Durant; 21 a?os, diestro, de 1,88 y 86 kilos; 39 del mundo y con un solo t¨ªtulo (Delray Beach 2018) en el expediente.

Nunca han chocado. Esta semana, el estadounidense ha ido dejando atr¨¢s a Prajnesh Gunneswaran (109), Kevin Anderson (6), Andreas Seppi (35) y Grigor Dimitrov (21). Tras derrotar al b¨²lgaro, se quit¨® la camiseta y luci¨® musculatura, sin demasiado que envidiar al p¨²gil Floyd Mayweather. Era su cumplea?os. ¡°?Nadal? Que se prepare¡±, dijo con tono bravuc¨®n ante los periodistas, en tono de broma.?¡°?l es s¨²perr¨¢pido¡±, le defini¨® el mallorqu¨ªn. Que se prepare Tiafoe, m¨¢s bien.