La inteligencia de Solari
Hay mucha valent¨ªa impl¨ªcita en ser justo y en elegir en funci¨®n del m¨¦rito. Ah¨ª est¨¢ el principal trabajo del entrenador
Distraer y acelerar. El PSG mare¨® al Manchester United moviendo la pelota para aplastarlo despu¨¦s. Tuchel se cans¨® de pedir paciencia desde la banda y por fin Verratti entendi¨® el mensaje. Toc¨® a derecha e izquierda, mucho al pie, poco al espacio. Un f¨²tbol f¨¢cil que desnort¨® al Manchester. Lo que hizo el PSG, se hace en la Liga con m¨¢s naturalidad que en cualquier otro campeonato. La selecci¨®n y el Bar?a convirtieron el pase en parte central de su estilo para llegar a la excelencia, pero la exageraci¨®n de la f¨®rmula puede llevar a la intrascendencia. Pensemos en el Mundial de Rusia con aquel toque de bajo ritmo que se torn¨® aburrido e ineficaz; o en el ¨²ltimo Bar?a-Athletic, donde nadie parec¨ªa estar autorizado al riesgo, excepto Messi. En cuanto al PSG-Manchester, aparecieron los espacios y Mbapp¨¦ rompi¨® el partido. Porque con Messi o Mbapp¨¦ inspirados, el pase se llena de raz¨®n.
Vinicius tiene una meta. Cuando salgo a caminar es para llegar a un sitio fijo. Si paseo sin rumbo creo que pierdo el tiempo. Raz¨®n por la que me identifico con Vinicius y su firme prop¨®sito de llegar a un lugar preciso. Puede que al recibir el bal¨®n se lo cambie de pie, la enganche con el tac¨®n y gire como una peonza, pero lo importante es que ya est¨¢ apuntando al objetivo. Est¨¦ donde est¨¦, su pensamiento tiene una sola direcci¨®n: el ¨¢rea, lugar donde todo delantero se siente intocable. Pero algo m¨¢s, el sitio donde se pierden y ganan los partidos. Hasta su irrupci¨®n tambi¨¦n el Madrid se iba por las ramas con un juego poco concreto que desataba la nostalgia por Cristiano. Vinicius, con su aceleraci¨®n de velocista, traslad¨® al equipo entero hasta el ¨¢rea, lugar donde habita la porter¨ªa, a la que no en vano tambi¨¦n llamamos meta.
Creer en el jugador. Ocurri¨® con Del Bosque, con Zizou, m¨¢s atr¨¢s en el tiempo con Luis Molowny, ahora con Santiago Solari. Nos acostumbramos a decir que el com¨²n denominador de sus ¨¦xitos es el manejo del vestuario. Verdad a medias. En todos los casos mencionados hay un respeto al talento del jugador, un reconocimiento de que el futbolista necesita cierta libertad para asumir su responsabilidad profesional. ?O es de blandos dejar en el banquillo a Isco, Marcelo y Bale? Hay mucha valent¨ªa impl¨ªcita en ser justo y en elegir en funci¨®n del m¨¦rito. Ah¨ª est¨¢ el principal trabajo. Los dem¨¢s aspectos son detalles que pueden esperar. Empoderar a los jugadores de la categor¨ªa, la madurez y la personalidad de la plantilla del Madrid, y ponerlos ante su responsabilidad profesional, contiene m¨¢s inteligencia que todos los m¨¦todos que pretenden precocinar el juego de un equipo. Si queremos elogiar a Solari, empecemos por aqu¨ª.
La libertad y el compromiso. No todos los jugadores merecen la misma libertad. Hay pecado en quit¨¢rsela a un crack como en darle demasiada a un jugador de nivel medio. En el Madrid, la palabra consistencia le pertenece a Casemiro, Reguil¨®n, Carvajal, Lucas V¨¢zquez (?la cantera!) y tambi¨¦n a los centrales, por obligaci¨®n posicional. Cuando se recupera el bal¨®n se agigantan las figuras de Sergio Ramos, Modric, Kroos, Benzema y Vinicius, m¨¢s otros nombres ilustres que esperan en el banquillo. Eso no significa que los cracks no tengan obligaciones ni que los de nivel medio no deban contribuir a la producci¨®n de juego. Pensemos en Carvajal y Reguil¨®n buscando la l¨ªnea de fondo con la decisi¨®n de un delantero; o en el sentido del deber de Modric y Kroos cuando se pierde el bal¨®n. Porque, si bien la libertad que se merece no es la misma para todos, el compromiso con el equipo s¨ª, y ah¨ª es donde el Madrid est¨¢ apoyando su recuperaci¨®n.
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