El Athletic sigue siendo una roca en defensa
El Eibar pierde en San Mam¨¦s con un gol de Ra¨²l Garc¨ªa en el primer minuto de partido ante un equipo que ya mira a Europa
Uno de los personajes de la serie de culto The Wire, localizada en Baltimore, que ve¨ªa un partido de f¨²tbol americano por televisi¨®n en uno de sus cap¨ªtulos, respond¨ªa a la pregunta de su mujer sobre qui¨¦n estaba ganando: ¡°Ninguno de los dos gana, lo que pasa es que unos pierden m¨¢s lentamente que los otros¡±. El Eibar empez¨® perdiendo m¨¢s r¨¢pido que el Athletic; o el Athletic perdi¨® m¨¢s lento que el Eibar. A los 43 segundos, en la primera acci¨®n de ataque rojiblanco, Ra¨²l Garc¨ªa remat¨® sin remisi¨®n el env¨ªo de Yuri desde la l¨ªnea de fondo para adelantar a su equipo. El primer chispazo se concret¨® en gol.
A Mendilibar se le puso cara de cuerno, porque ese no era el guion que llevaban representando toda la semana en Atxabalpe, donde el Eibar se oxigena cada ma?ana al pie de un hospital. Cualquier equipo sabe que acabar¨¢ perdiendo, pero todos prefieren aplazarlo para el siguiente partido, y empezar tan pronto a perder significa condicionar el juego al resultado. Y el Athletic empieza a sentirse muy c¨®modo con los partidos a favor, como si se sintiera inexpugnable en defensa.
As¨ª que como unos d¨ªas antes en Huesca, el equipo de Garitano consigui¨® que durante muchos minutos no pasara nada en San Mam¨¦s, absolutamente nada, y cuando suced¨ªa algo, lo generaba el Athletic, como el disparo al larguero de Be?at que asust¨® a Riesgo en el minuto 16. El Eibar no era el equipo que estaba completando un invierno fant¨¢stico. En la Catedral era otra cosa, desactivado por el sistema de Garitano, que someti¨® a las bandas armeras desde el primero hasta el ¨²ltimo minuto.
Y el enfado de Mendilibar con la primera acci¨®n de su equipo, se pudo repetir en el comienzo de la segunda mitad. A los 24 segundos, esta vez, Muniain fall¨® el remate solo ante el portero eibarr¨¦s tras una jugada de De Marcos, que junto a Capa, se comi¨® la habitualmente eficaz banda izquierda armera. Ni Orellana ni Cucurella se dejaron ver m¨¢s de lo imprescindible, aunque el catal¨¢n tuvo la ocasi¨®n m¨¢s clara de su equipo, en un remate en plancha que, cuando buscaba la porter¨ªa, se estrell¨® contra el cuerpo de su compa?ero Charles. El Eibar, pese a tener m¨¢s la pelota que en la primera parte, se sent¨ªa inc¨®modo en el campo, perd¨ªa demasiados balones y no conectaba con la zona de peligro. Los cambios no le dieron resultado a Mendilibar. El ¨²ltimo fue casi testimonial: la entrada de Pedro Le¨®n, otra vez futbolista despu¨¦s de muchos meses sin vestirse de corto en en partido de competici¨®n.
La ocasi¨®n de Cucurella fue el ¨²ltimo ramalazo del Eibar, que se arriesg¨® a las contras del Athletic, a oleadas, con Williams, Muniain y De Marcos, que pudieron ampliar el marcador. Algunas fueron clar¨ªsimas, para desesperaci¨®n de la parroquia local. La m¨¢s di¨¢fana, la del minuto 84, en la que Williams se zaf¨® por velocidad de tres rivales, dispar¨® a puerta y el rechace no lo caz¨® De Marcos por mil¨ªmetros.
Venci¨® en San Mam¨¦s la confianza en s¨ª mismo de un equipo que despu¨¦s de estar a tres puntos de la salvaci¨®n, empieza a mirar la zona europea con ciertos aires de normalidad, aunque su entrenador prefiera pensar en otras cosas.
De momento, con 33 puntos, adelanta al Eibar en la tabla y se coloca en una situaci¨®n muy c¨®moda. Es el resultado de haber logrado el equilibrio ideal en defensa. En los once partidos de Garitano en el banquillo, el Athletic s¨®lo ha encajado cinco goles y ¨²nicamente ha perdido uno, el derbi de Anoeta contra la Real.
Garitano, como el personaje de The Wire, sabe que todos los equipos acaban perdiendo, pero aspira a perder m¨¢s lentamente. LaLiga no es una serie de televisi¨®n, pero San Mam¨¦s tampoco es Baltimore.
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