Sadio Man¨¦, viga maestra del Liverpool
El goleador m¨¢s prol¨ªfico del club de Anfield esta temporada, es tambi¨¦n su organizador m¨¢s clarividente y el hombre m¨¢s influyente en el plan general de J¨¹rgen Klopp
El d¨ªa que Sadio Man¨¦ le meti¨® tres goles al Aston Villa en 16 minutos removi¨® el folclore de la Premier. Fue el hat-trick m¨¢s r¨¢pido de la historia de la competici¨®n. Cuando cinco meses despu¨¦s, en octubre de 2015, visit¨® Stamford Bridge y revent¨® la defensa del Chelsea de Mourinho con un gol (1-2) y una asistencia (1-3), los grandes clubes de Inglaterra enviaron un ej¨¦rcito de analistas a ver qui¨¦n diablos era ese chico senegal¨¦s que el Southampton hab¨ªa fichado al rec¨®ndito Red Bull Salzburgo.
¡°Cre¨ª que estaba destinado a jugar en un grande¡±, dice Antonio D¨ªaz, que por entonces se cruz¨® con el Southampton como ayudante de campo de Quique Flores en el Watford. ¡°No entend¨ª por qu¨¦ no hubo una puja m¨¢s fuerte de los grandes clubes. Era muy desequilibrante, muy din¨¢mico, muy capaz en el uno contra uno, vertical, peligroso... Generaba muchas m¨¢s ocasiones de las que rentabilizaba. Ten¨ªa un car¨¢cter complejo. Parec¨ªa siempre enfadado. A veces era demasiado agresivo. En el Liverpool ha ido a caer en manos del entrenador perfecto en el equipo perfecto para poder explotar todas esas cualidades¡±.
Man¨¦ inspir¨® la sospecha de lo extra?o. Nacido en 1992 en un min¨²sculo pueblo de Senegal, no proced¨ªa de una cantera con pedigr¨ª ni hab¨ªa pasado por un gran club. Tampoco resultaba simp¨¢tica su mirada retadora ni esa serena fe en s¨ª mismo que invita a pensar en la vanidad. Como dijo un representante: "El dios de Man¨¦ es Man¨¦".
Las ofertas nunca le llovieron. Temerosos de invertir millones en muchachos desequilibrados, los agentes que examinan candidatos de posibles fichajes tienden a considerar el t¨ªpico resorte psicol¨®gico: los jugadores que por su jerarqu¨ªa se sienten arist¨®cr¨¢tios son proclives a contemplar los partidos desde la displicencia dignif¨ªcate. Este, sin embargo, nunca fue el caso de Man¨¦, tan intimidante por su altivez como se?alado por una incontrolable hiperactividad. El diez del Liverpool que esta noche (21:00 horas, BeIN) recibe al Oporto reune cualidades comunmente incompatibles.
Hay futbolistas que no paran de correr, y hay futbolistas como Man¨¦, que no solo no se detienen sino que van hilando acciones sin propon¨¦rselo, naturalmente, interpretando e improvisando de forma que cada vez se posicionan mejor para aclarar las jugadas. Sus 23 goles en todos los torneos apenas insin¨²an su peso. Ning¨²n atacante de las grandes Ligas que haya marcado m¨¢s de 15 goles este curso ha robado tantos balones (135) y solo Messi ha dado m¨¢s pases buenos (1.844 frente a 973). Ning¨²n jugador del Liverpool ha sido m¨¢s resolutivo en las instancias eliminatorias. Nueve de los 13 goles que ha metido a lo largo de sus 19 encuentros en la Champions han sido a partir de octavos. Los ¨²ltimos dos los hizo en M¨²nich y supusieron la eliminaci¨®n del Bayern de esta edici¨®n.
Sus desmarques son de una agresividad tal en el cambio de direcci¨®n que le dejan continuamente solo al borde del ¨¢rea rival. Mezcla de potencia y clase, exhibe el mejor regate de la Premier y toda una gama de controles, giros y conducciones muy dif¨ªciles de seguir para sus marcadores. Arriba opera como los mejores nueves y cada vez que baja al mediocampo sabe medir los tiempos del partido. Sin que le lleguen muchos balones limpios de sus mediocampistas (Henderson, Wijnaldun y Milner exhiben limitaciones para encontrar las l¨ªneas de pase) sabe ingeni¨¢rselas para establecer los contactos. Si encuentra espacios para contragolpear, es vertiginoso. Si se le cierran los caminos, su intuici¨®n le eleva a la altura de las dificultades.
La ambivalencia es su sello y su valor. En el Liverpool ejerce una rara dualidad: es goleador y constructor. Y adem¨¢s defiende: cuando el equipo se repliega, Klopp suele mandarle a hostigar al futbolista m¨¢s creativo del mediocampo contrario.
Era el secreto mejor guardado de J¨¹rgen Klopp hasta que la evidencia le oblig¨® a confesarse: ¡°He cometido algunos errores en mi vida. Uno de los m¨¢s grandes fue no fichar a Sadio Man¨¦ para el Dortmund en 2014. Estuvimos conversando en una oficina y no me qued¨® claro qu¨¦ hacer. ?Qu¨¦ fallo por mi parte!¡±.
La viga maestra del Liverpool siempre tuvo el mismo nombre. A su amparo creci¨® Robertson, se luci¨® Milner, se asoci¨® Firmino y se multiplic¨® el instinto goleador de Mohamed Salah.
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