Luis Su¨¢rez enciende a la grada roja

Maldec¨ªa pero aguardaba impaciente a la resoluci¨®n del ¨¢rbitro y del VAR porque sab¨ªa que no estaba en fuera de juego como se?al¨® el juez de l¨ªnea, que su remate cruzado tras el centro de Messi era gol. Por lo que cuando el colegiado indic¨® el centro del campo y valid¨® el tanto, Luis Su¨¢rez se tom¨® la justicia a su manera y, enrabietado y provocativo, festej¨® la diana con una peque?a carrera hacia la grada de Stretford End para levantar el pu?o y gritar, para demostrar que en Inglaterra y hasta en Old Trafford la ley la pone el pistolero.

El gesto iracundo de Su¨¢rez no era gratuito, pues a cada ocasi¨®n que absorbi¨® el bal¨®n todo Old Trafford ¡ªmenos desde la esquina donde estaba la extra?amente animosa y en¨¦rgica afici¨®n azulgrana¡ª le dedic¨® una sonora pita. Entienden en la casa de Sir Matt Busby y Sir Alex Ferguson que el uruguayo desprestigia los valores del f¨²tbol ingl¨¦s, sobre todo por su facilidad para caerse al piso cuando nota (o no) un contacto rival. Tal fue su reiteraci¨®n en la artima?a cuando estaba en Inglaterra que hasta los rotativos sacaron tiras c¨®micas sobre su pasi¨®n por simular. Y eso en la Premier no se tolera desde tiempos pret¨¦ritos, como explic¨® en 1988 el capit¨¢n del Tottenham, Gary Mabbut, a Nayim ¡ªh¨¦roe del Zaragoza porque marc¨® el tanto que vali¨® la Recopa de 1995¡ª, que decidi¨® fingir un penalti y se llev¨® la mayor reprimenda que nunca antes hab¨ªa recibido. Cuando Su¨¢rez bes¨® la lona al notar el aliento de Smalling, Old Trafford enloqueci¨®. Y le record¨® a cada ocasi¨®n que tocaba el esf¨¦rico la inquina que le profesa al 9 azulgrana.

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Ocurre que la tirria de los mancunianos se enraizaba en m¨¢s razones, pues a¨²n recuerdan el episodio en el que se enzarz¨® en una discusi¨®n de tintes racistas con Evra ¡ªex del United¡ª por el que fue sancionado con ocho encuentros y una multa de 48.000 euros. Pasajes que junto a un corte de magas a la afici¨®n del Fulham y varios rifirrafes m¨¢s le se?alaron como el delantero en busca y captura. Nada que le importunase a Su¨¢rez, que ya se hizo con la Bota de Oro en su ¨²ltimo curso con el Liverpool y que anoche volvi¨® a dictar su ley.

Supersticioso como es, Su¨¢rez sali¨® el ¨²ltimo al terreno de juego de Old Trafford ahora que Messi debe liderar la fila por ser el capit¨¢n. Pero fue el primero en poner en aprietos al Manchester, en librar una batalla f¨ªsica con Smalling y Lindel?f de la que sali¨® bien parado. Como en esa ocasi¨®n en la que se insert¨® entre los dos y baj¨® el cuero al tapete para ced¨¦rselo de cara a Coutinho, que le peg¨® duro pero al centro, nada cohibido porque la afici¨®n del United apenas repar¨® en su pasado reciente con el Liverpool, ocupada como estaba en denostar a Su¨¢rez. Tambi¨¦n lo prob¨® el uruguayo con un remate desde la frontal, suficientemente desviado para ser objeto de mofa por parte de la grada, y con un chut torcido.

Tanto le daba al 9, que ya hab¨ªa decidido el encuentro con su gol. O su casi gol. El ¨¢rbitro se lo dio a Shaw en propia puerta, ya que toc¨® el cuerpo tras el remate de Su¨¢rez. Infortunio que no impidi¨® su celebraci¨®n ante la grada del MUFC, pero que s¨ª prolonga en el tiempo el gafe de Su¨¢rez en Europa; todav¨ªa no se ha estrenado en esta Champions. Pero en Inglaterra y en Old Trafford, la ley la pone ¨¦l.