El ma?o que llama a la puerta de la NFL
Jos¨¦ Joaqu¨ªn Arcega-Whiteside, sobrino de hist¨®ricos baloncestistas, es el primer espa?ol de la historia que se presenta al ¡®draft¡¯ de la mejor liga de f¨²tbol americano del mundo
El 10 de agosto de 1984, la selecci¨®n espa?ola de baloncesto consigui¨® una plata hist¨®rica en los Juegos Ol¨ªmpicos de Los ?ngeles tras ser derrotada en la final por la Estados Unidos de Michael Jordan. De aquel m¨ªtico equipo, que defini¨® el inicio de la historia moderna del baloncesto espa?ol, form¨® parte Fernando Arcega, un ala-p¨ªvot que desarroll¨® toda su carrera profesional en Zaragoza. Casi 35 a?os despu¨¦s, otro Arcega est¨¢ a punto de derribar otra barrera, aunque no ser¨¢ con un bal¨®n esf¨¦rico, sino ovalado. Su sobrino Jos¨¦ Joaqu¨ªn Arcega-Whiteside, nacido en la capital aragonesa hace 22 a?os, se convertir¨¢ en el primer espa?ol que se presenta al draft de la NFL, el sistema de captaci¨®n de j¨®venes talentos de la mejor liga de f¨²tbol americano del mundo, que celebrar¨¢ su 84? edici¨®n en Nashville (Tennessee) entre este jueves y el s¨¢bado.
¡°Es un gran honor representar a mi pa¨ªs como lo ha hecho antes mi familia. Ojal¨¢ pueda ayudar a que en Espa?a se conozca m¨¢s este deporte. Pero primero me toca demostrar que yo puedo estar en la NFL. Ser espa?ol o americano no sirve de nada cuando est¨¢s en el campo¡±, asegura por tel¨¦fono desde Stanford pocos d¨ªas antes de convertirse, si nada se tuerce, en el segundo jugador de origen espa?ol en la liga tras Alejandro Villanueva, actualmente en las filas de los Pittsburgh Steelers y con quien ya ha estado en contacto. ¡°?l ya est¨¢ en el sistema y me cuenta cosas para saber qu¨¦ puedo esperar y que mi adaptaci¨®n sea m¨¢s r¨¢pida¡±, confiesa.
JJ, como le conocen en Estados Unidos, es hijo de Joaqu¨ªn y sobrino de Fernando y Pepe Arcega, hermanos y jugadores de la ACB en las d¨¦cadas de los ochenta y noventa. Tras pasar sus primeros a?os de vida entre Zaragoza y Lisboa, sus padres decidieron irse a vivir a Inman (Carolina del Sur), lugar de nacimiento de su madre, la tambi¨¦n jugadora de baloncesto Valorie Whiteside, cuando Arcega-Whiteside apenas ten¨ªa siete a?os.
En sus primeros a?os en Am¨¦rica compagin¨® el baloncesto con el f¨²tbol americano. ¡°Jugando al basket era demasiado f¨ªsico, hac¨ªa cinco faltas en cada partido y casi no estaba en la cancha. Prefer¨ªa el f¨²tbol americano, aunque mi madre lo odiaba al principio¡±, recuerda entre risas. Algo que corrobora su padre: ¡°Nunca le dijimos haz esto o lo otro, solo le inculcamos que diera el cien por cien en todo lo que hiciera. Pero claro, cuando llegamos a Carolina no conoc¨ªamos para nada este deporte. Ve¨ªas las leches que se pegaban con solo ocho a?os y te preguntabas si eso era bueno. Poco a poco fuimos entendi¨¦ndolo, vimos que le encantaba y la cosa cambi¨®¡±.
En el instituto comenz¨® a destacar como wide receiver, el jugador encargado de recibir los pases que env¨ªa el quarterback. ¡°Cuando tuve que elegir no lo dud¨¦. Pero jugar al basket me ayud¨® a ser mejor jugador de f¨²tbol americano. Recibir un bal¨®n es muy parecido a coger un rebote. Tienes que utilizar tu cuerpo para ganar la posici¨®n y atacar el bal¨®n para llegar antes que el defensor¡±, explica sobre su funci¨®n en el juego. ¡°Si hubiera elegido el baloncesto le habr¨ªamos vuelto loco y puesto la cabeza como un tambor entre todos. Su elecci¨®n fue la mejor, porque no tenemos ni pajolera idea ninguno¡±, apunta su t¨ªo Fernando, internacional en 121 ocasiones con Espa?a.
Universitario en Stanford
Su desempe?o le permiti¨® conseguir una beca en una de las universidades m¨¢s prestigiosas de EE UU, Stanford, donde compagin¨® la carrera de Relaciones Internacionales con la pr¨¢ctica del deporte. ¡°Te levantas a las seis de la ma?ana y no vuelves a casa hasta las nueve de la noche. Y tienes que estar muy centrado, porque si no hay alguien que lo est¨¢ m¨¢s que t¨² y te supera, tanto en el f¨²tbol como en los estudios¡±, cuenta sobre su estancia en California.
¡°Es muy duro, pero est¨¢s gratis en una de las mejores universidades del mundo. Todo el mundo desear¨ªa tener esa oportunidad¡±, a?ade. En su periplo en Stanford, Arcega-Whiteside lleg¨® a trabajar como becario para la ex secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, ahora profesora en la universidad californiana. ¡°Es algo que no puede decir mucha gente. Hablaba conmigo de la liga, de los partidos, de c¨®mo jugaba... Era incre¨ªble¡±, recuerda orgulloso sobre los dos meses que comparti¨® con Rice, declarada aficionada del f¨²tbol americano.
Tras convertirse en una estrella en Stanford, donde en su ¨²ltima campa?a bati¨® el r¨¦cord de yardas recorridas e igual¨® el de touchdowns (anotaciones), Arcega-Whiteside se siente preparado para dar el salto a la meca del f¨²tbol americano. La mayor¨ªa de analistas americanos estiman que ser¨¢ elegido entre la segunda o tercera ronda del draft. Su combinaci¨®n de agilidad y corpulencia ¡ªmide 1,92m y pesa 102 kilos¡ª y su capacidad para atrapar balones con los defensores encima han llamado la atenci¨®n de varios de los 32 equipos que conforman la NFL. Incluso ya se ha entrevistado con alguno de ellos, aunque ¨¦l asegura que no tiene una preferencia. ¡°A m¨ª me gusta el equipo que me quiera¡±, repite una y otra vez como un mantra.
UN 'DRAFT' EN CASA
Jos¨¦ Joaqu¨ªn Arcega-Whiteside asegura no estar nervioso por la posici¨®n en la que saldr¨¢ en el draft. "Tengo ganas de saber mi destino, pero no me preocupa el puesto en el que salga. No depende tanto de lo bueno que eres en comparaci¨®n con los dem¨¢s. Puedes ser el mejor en tu posici¨®n y no ser elegido el primero, porque el equipo necesita alguien con otras caracter¨ªsticas distintas a las tuyas", explica. "Tenemos ganas de saber que equipo le escoge para empezar a organizar los viajes. Puede acabar aqu¨ª al lado, en los Panthers, o en una ciudad a varias horas de avi¨®n de casa", abunda Joaqu¨ªn Arcega, su padre.
El ma?o no se desplazar¨¢ a Nashville para vivir el draft. Viajar¨¢ hasta Inman (Carolina del Sur) para verlo junto a sus padres: "Gracias a ellos, a su experiencia, a sus consejos, he podido llegar hasta aqu¨ª. Se merecen que ese momento lo vivamos juntos", cuenta. "No s¨¦ c¨®mo reaccionar¨¦. Puede que llore, que me ponga a dar saltos por toda la casa...", a?ade.
Mientras, en Espa?a, a miles de kil¨®metros, su nombre cada vez suena m¨¢s. "Ayer me pas¨® algo paradigm¨¢tico. Un hombre me par¨® por la calle en Zaragoza y me dijo: 'oye, t¨² eres el t¨ªo de JJ Arcega, el chico que juega en Stanford'. Y a m¨ª, que siempre me paraban por la calle dici¨¦ndome que si era el que estuvo en Los ?ngeles, el de la plata, me hizo much¨ªsima ilusi¨®n", concluye Fernando Arcega, su t¨ªo.
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