El VAR condena a Viviani: victoria de Gaviria en el Giro
Michele Bartoli, entrenador de Landa: ¡°Que no dude nadie de ¨¦l, es el ciclista de las remontadas¡±
En la costa de los etruscos, llegando a Grosseto, en un muro junto a la carretera, brilla una pintada reciente de aficionados al f¨²tbol reinterpreta a Cesare Pavese. ¡°Odio y violencia¡±, grita, y debajo, en peque?o, un desaf¨ªo a los tifosi visitantes, ¡°quien quiera pelear aqu¨ª esperamos¡±. El pelot¨®n, gente de paz, pasa desde?oso, sin dignarse siquiera a una mirada de desprecio, digno, con el viento fuerte de espaldas, despacito hacia el mar. Va lento porque no quiere alcanzar a Sho Hatsuyama un japon¨¦s en fuga de honor que quiere llegar solo al menos al molino de viento manchego que surge solo, como un espejismo, una invitaci¨®n f¨¢cil a ser quijote, en la laguna de Orbetello, una incongruencia geogr¨¢fica, un dique y un pe?asco, en el Mediterr¨¢neo. Hatsuyama corre el Giro porque Nippo, el sponsor de su equipo, es japon¨¦s, y quiere borrar la imagen de su compa?ero y compatriota Hiroki Nishimura, que lleg¨® fuera de control en el pr¨®logo.
No llega muy lejos el japon¨¦s. No puede ser quijote. El sprint es tan inevitable como la victoria contra el viento del colombiano Fernando Gaviria, declarado ganador despu¨¦s de que los comisarios, tras estudiar el VAR, descalificaran al campe¨®n italiano, Elia Viviani, por un cambio de trayectoria que fren¨® a Matteo Moschetti en los ¨²ltimos metros. Es la quinta etapa de Giro para el sprinter de La Ceja, ganador cuatro veces en la corsa rosa de 2017, que termin¨® vestido de ciclamen. No le gust¨® a Gaviria ganar as¨ª y, como los futbolistas que marcan a sus antiguos equipos, no celebr¨® feliz en el podio. Minutos antes le hab¨ªa dado un apret¨®n de manos a Viviani para reconocer su victoria. "Es dif¨ªcil estar feliz cuando a un amigo, como Viviani, le hacen esto", dice el colombiano. "Viviani ha ganado la etapa. No ha cerrado con intenci¨®n a Moschetti".
Richard Carapaz, el l¨ªder de recambio del Movistar, se perdi¨® el jolgorio de la jungla del sprint. Una aver¨ªa a falta de 10 kil¨®metros le oblig¨® a montarse en la bici, tan grande, de su compa?ero Pedrero. Sus intentos de enlazar con el pelot¨®n encallaron, pese a la ayuda de S¨¹tterlin y Carretero, con una ca¨ªda en la ¨²ltima curva que demedi¨® al grupo y le dej¨® en cola. El ecuatoriano, el mejor del equipo en San Luca, perdi¨® 46s.
Marcha tranquilo el pelot¨®n por entre los bosques de la Maremma y los corredores charlan en cabeza. Han salido de Vinci, donde todos se han sentido un poco Leonardo, genios, inventores, ¨²nicos. Artistas, como Paolo Fornaciari, artista del helado, un cuarent¨®n alto y esbelto, una aparici¨®n nocturna en el hotel del Movistar plagado de jubilados suizos. Fornaciari, toscano de Pistoia, fue ciclista casi 20 a?os, un gigante al lado de Cipollini. Conduce una furgoneta blanca que abre de par en par orgulloso de su ingenio para que su amigo y paisano Max Sciandri, un exciclista que corri¨® bajo la bandera brit¨¢nica y es uno de los directores del equipo de Landa, admire lo que transporta, un triciclo con una c¨¢mara de helados y la leyenda de su negocio, Gelati Ultimo Kilometro, el tri¨¢ngulo rojo que marca los ¨²ltimos 1.000 metros de las etapas que hace de cucurucho del que surgen tres bolas apetitosas sobre los radios de media rueda de bicicleta. ¡°Soy de los mejores heladeros de Italia¡±, cuenta Fornaciari, que como ciclista, trabajador abnegado, no gan¨® ni una carrera. ¡°He ganado el ¨²ltimo campeonato de Italia con mi sabor mezcla de naranja y almendra, y con el triciclo recorro eventos, bodas, fiestas¡¡± Habla de ciclismo sin nostalgia, lo que es ¨²nico en su generaci¨®n, la de Pantani. ¡°?Ah! Y no he vuelto a pedalear desde que colgu¨¦ la bici, hace 10 a?os. El triciclo, claro, es el¨¦ctrico¡±.
Sciandri y Fornaciari no hablan de Pantani pero si de otro coet¨¢neo, colega del pedal y paisano con arte, Michele Bartoli, que ha estado unos minutos antes en el hotel hablando con Landa, al que entrena, como entrena a Nairo y Betancur y a una decena de ciclistas m¨¢s del UAE. Bartoli se siente artista despu¨¦s de colgar la bici, que a¨²n pedalea, como se sinti¨® cuando corr¨ªa, un campe¨®n de los a?os 90 ganador de monumentos como Lieja, Lombard¨ªa y Flandes que le dec¨ªa a Freire, no te entiendo, ?scar, eres campe¨®n del mundo y de San Remo y vas en un Opel Corsa que cuesta menos que una rueda de repuesto de mi Ferrari.
¡°Que nadie se preocupe en Espa?a, Landa est¨¢ bien¡±, dice Bartoli por tel¨¦fono el d¨ªa siguiente de hablar con el alav¨¦s sobre su decepcionante pr¨®logo de San Luca. ¡°Ha llegado en plenitud de forma al Giro, moviendo los vatios que tiene que mover como demostr¨® en Lieja y en Asturias. Creo que el problema del pr¨®logo fue tanto un poco de su habitual inseguridad en las contrarreloj como un poco de tensi¨®n, no tanto estr¨¦s, debida a su deseo de hacerla especialmente bien, porque sent¨ªa que le favorec¨ªa. Un minuto y pico con Roglic no es despreciable, pero, bueno, Landa est¨¢ acostumbrado a salir as¨ª, por detr¨¢s, es el ciclista de las remontadas. Lo hizo en el Tour y lo hizo en el Giro¡±. Y para confirmarlo en persona, y demostrar su gran confianza en el escalador de Murgia, Bartoli se acercar¨¢ el domingo a San Marino, donde una contrarreloj en subida de 35 kil¨®metros, deber¨ªa marcar el segundo acto fuerte del Giro tan complicado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.