Simeone se queda ¡®solo¡¯
La fuga de Griezmann y otros pretorianos del Atl¨¦tico pone a prueba la capacidad de reconstrucci¨®n del t¨¦cnico, el m¨¢s duradero en los grandes banquillos europeos
El primer entrenamiento del Atl¨¦tico de Madrid tras darse a conocer la marcha de Antoine Griezmann respondi¨® a la forzada naturalidad con la que se pretende fingir que la vida sigue igual aunque est¨¦ abocada a grandes cambios. Las im¨¢genes de la sesi¨®n preparatoria ilustraron el cl¨¢sico intento por escenificar que no sucede nada cuando sucede mucho. A Griezmann se le vio aplicado a las mismas rutinas del d¨ªa a d¨ªa. Una sonrisa c¨®mplice y liberadora con Koke, unos toquecitos al bal¨®n por all¨¢, unas levantadas de peso por ac¨¢. Todo acorde con la misma sensaci¨®n de tranquilidad que tratan de transmitir desde los despachos de la entidad, donde se repite el t¨®pico de que el club sigue y los jugadores pasan. Todo tan aparentemente normal como anormal es lo que deparar¨¢ la salida de Griezmann y de la vieja guardia para lo que ha sido el Atl¨¦tico en la era Simeone.
Nunca la di¨¢spora hab¨ªa sido tan masiva bajo la direcci¨®n del Cholo. En estos siete a?os con el entrenador argentino al frente hubo sobre todo un goteo de salidas de jugadores trascendentes. Un verano Diego Ribas, otro Falcao, otro Courtois y Diego Costa, otro Arda, otro Gabi, otro Tiago ... Incluso el crecimiento econ¨®mico del club, deparado por los ¨¦xitos deportivos, logr¨® frenar las fugas de los mejores talentos. Hasta ahora, nunca la marcha de un futbolista tan vital hab¨ªa sido acompa?ada de la salida de tantos elementos de peso en la estructura del t¨¦cnico. A falta de lo que decida Rodrigo, la estampida de la estrella francesa, a la que se a?aden la de God¨ªn, Juanfran, Lucas y, probablemente, la de Filipe Luis, lo mide todo. Sobre el tapete y la pizarra se testar¨¢ la habilidad de Simeone para reconstruir un equipo que vuelva a ser competitivo y capaz de picar tan alto: ocho t¨ªtulos, dos finales de Champions y sietes presencias consecutivas en la gran competici¨®n europea.
El debate sobre el perfil de las contrataciones est¨¢ abierto. La mayor¨ªa de jugadores de talento que han pasado por las manos de Simeone en los ¨²ltimos a?os no han cuajado y no han encajado en una idea en la que prima m¨¢s correr hacia atr¨¢s que hacia adelante, defender m¨¢s que atacar. ?liver Torres, Carrasco, Gait¨¢n, Vitolo, Lemar...Todos rechinaron y fueron repelidos por el estilo y el molde Simeone. La n¨®mina es tan amplia que, pese a que el gran problema del Atl¨¦tico en las dos ¨²ltimas temporadas ha sido su mal juego, en alg¨²n momento el club se ha planteado rebajar el list¨®n de la calidad t¨¦cnica del pr¨®ximo proyecto para aumentarlo con futbolistas m¨¢s t¨¢cticos y f¨ªsicos.
Con cerca de 200 millones de euros, simplemente garantizados con las ventas de Lucas y Griezmann, el mercado tambi¨¦n medir¨¢ la capacidad real de la entidad para seducir y salir de compras. La salida de Griezmann genera que la entidad represente la panacea de los clubes con mirlos blancos por vender.
El Atl¨¦tico, tan necesitado de rellenar el agujero que deja un jugador de la dimensi¨®n de Griezmann como de alimentar la ilusi¨®n de la hinchada, se enfrenta a los sobreprecios. Y tambi¨¦n a tener que seguir abonando el pago del nuevo estadio con la venta de los terrenos del Calder¨®n a¨²n sin concretarse. Ser¨¢ dif¨ªcil que el club vuelva a repetir el estr¨¦s ec¨®nomico al que se ha visto sometido este curso por intentar levantar su primera Copa de Europa en su propio estadio. Los 20 millones de euros netos que percib¨ªa Griezmann ya no ser¨¢n una carga. Fuera de mercado ya solo est¨¢ el sueldo del entrenador, ligeramente superior al del delantero franc¨¦s.
Desgaste
La prolongada continuidad de Simeone ¡ªlleg¨® en diciembre de 2011¡ª es una rara avis entre los grandes clubes europeos. Su prolongada permanencia es un s¨ªmbolo de estabilidad deportiva e institucional. Ni siquiera Pep Guardiola y Luis Enrique en el Barcelona, ambos con sus respectivos tripletes, o Zidane con su tr¨ªo de Champions consecutivas, resistieron al exigente desgaste diario. Simeone, s¨ª. ?l mismo preconizaba al poco de su llegada que los ciclos de un entrenador no pasaban de cuatro a?os. Va camino de doblar esa cifra con la gran mayor¨ªa de sus pretorianos fuera del club. Ahora tendr¨¢ que buscar otros transmisores de su ideario para los nuevos. Ah¨ª tambi¨¦n pasa examen el t¨¦cnico argentino, que ha visto c¨®mo el paso del tiempo y el desgaste han pasado m¨¢s factura a los jugadores que se van que a ¨¦l mismo.
Oblak, Koke y Sa¨²l se perfilan como los grandes candidatos a asumir el liderazgo de la caseta. Para el meta est¨¢ reservado una de las tres capitan¨ªas. Koke ya es poseedor de una de ellas. Su liderazgo apunta m¨¢s a su bonhom¨ªa y a su compromiso que a verdaderas dotes de cacique de vestuario. Por antig¨¹edad, la tercera capitan¨ªa deber¨ªa ser para Sa¨²l, pero no es la primera vez que Simeone se salta esa norma no escrita de los vestuarios.
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