La Champions no lo es todo
El bajonazo del Bar?a en la Copa de Europa no rebaja su excelencia en la Liga y ni las fant¨¢sticas tres Orejonas del Madrid de Zidane sirven de coartada para su calamitoso curso
Una corriente sacude sin remedio al f¨²tbol: sin la Copa de Europa parece que hoy no seas nadie, cuando se puede ser ni m¨¢s ni menos que Messi, Guardiola o el refrescante Ajax. Por supuesto, en nada desmerecen al vivificante Liverpool ni la extraordinaria f¨¢bula de Pochettino y su Tottenham. Cada cual en su medida. Porque el fiasco en la Copa de Europa no debiera rebajar el pu?o de hierro de Messi en la Liga espa?ola. Como tampoco ha camuflado las grietas estructurales del Madrid, que tras su empe?o por solo empe?arse en Europa finalmente ha quedado hecho trizas como casi nunca (18 derrotas en la temporada y a 19 puntos del Bar?a).
Las luces de ne¨®n de la Champions minimizan injustamente otros podios. Se advierte en la depresi¨®n de estos d¨ªas de Messi, t¨®tem mundial (y casi seguro Bota de Oro tras sus dos tantos en el 2-2 en Eibar). O en los picajosos detractores de Guardiola, el t¨¦cnico m¨¢s exitoso de la ¨²ltima d¨¦cada. Europa como ¨²nico santo grial. Solo as¨ª se entiende que entre los ganadores de las cinco ligas m¨¢s relevantes del planeta hoy solo haya suspicacias, malos rollos y entrenadores y jugadores en la diana. Por primera vez, en las principales pasarelas ha repetido el campe¨®n: Bar?a, City, Juventus, Bayern y PSG. Un cesarismo insuficiente. Caen chuzos sobre Valverde, Allegri ya no est¨¢ en la Juve, a Tuchel le buscan relevo en el PSG, lo mismo que Kovac es discutido entre la nomenclatura del Bayern. Queda dicho: sobre Guardiola ametralla un amplio consorcio medi¨¢tico y popular, m¨¢s pendiente de su colonia o sus lazos que de su efectiva, atractiva y perenne revoluci¨®n.
La posible criba entre los ganadores de las ligas contrasta con lo sucedido en el Real Madrid, tambi¨¦n zarandeado por el Betis (0-2) para cerrar su desastroso curso. El alto mando no ha dicho ni mu, a resguardo con el dique de Zidane, que ha sufrido un desgaste imprevisto. Su fant¨¢stico cr¨¦dito en las ¨²ltimas Champions ha evitado una catarsis mucho mayor tras su calamitosa temporada ¡ªcercana a la peor de su her¨¢ldica historia¡ª. Incluso le ha servido de escudo a Zidane, tan zurrado como sus predecesores, a los que en nada ha mejorado. Pero aquellas tres orejonas levantadas han disuadido a los pr¨®ceres madridistas. Nada de comunicados que recuerden, como en el cachete a Lopetegui, que en esta plantilla hab¨ªa ocho aspirantes al Bal¨®n de Oro. Paradoja: aunque su majestuosa percha son tres Copas de Europa, nadie como Zidane ha valorado tanto la Liga, cauce de sus mayores desdichas, como ha confesado. El peso que ZZ concede a la Liga est¨¢ muy por encima del que le otorgan los rectores madridistas y dem¨¢s mandamases de esas superpotencias que negocian un corralito llamado Superliga.
Resulta indiscutible el encanto de la Liga de Campeones. M¨¢xime tras esta edici¨®n, un torrente de emociones como no se recuerda. Un torneo terminal que no permite un desliz, ya sea en Anfield, ante el Ajax en Chamart¨ªn o frente al Tottenham en Londres, casos del Bar?a, el Real y el City.
Rutinas
Frente a esta turbadora Copa de Europa, cierto que los tronos ligueros se han convertido en una rutina. Ocho t¨ªtulos seguidos lleva la Juve y siete el Bayern. El PSG ha conquistado seis de los siete ¨²ltimos y el Bar?a 10 de 15. Oporto y Benfica se reparten los ¨²ltimos 17 en Portugal, los mismos que se han barajado Ajax y PSV en Holanda en lo que va de siglo. La Premier, que capitalizar¨¢ las pr¨®ximas semanas las finales europeas, lo que enfatiza m¨¢s si cabe los cuatro tronos brit¨¢nicos de Guardiola, es otra cosa: City, United, Chelsea, Arsenal y Leicester han brindado por ella desde 2000. Por sabidas que se den las ligas, no hay que olvidar que Madrid y Bar?a se han comido siete de las diez ¨²ltimas Orejonas.
Europa no debiera ser el juez ¨²nico. Lo crey¨® el Madrid, no Zidane, que se fue tan espantado como debe estar ahora tras su frustrante regreso. La Champions nunca le saci¨® del todo. Se resisti¨® a creerlo el Bar?a, pero termin¨® por metabolizarlo hasta Messi. Los dobletes caseros ya no bastan. La Copa de Campeones parece la ¨²nica vara de medir. Hasta Griezmann lanz¨® un ¨®rdago colchonero por una Champions en el Wanda. Ya se arrepinti¨®.
La Copa de Europa es tan maravillosa que la a?ora y a?ora Messi, desenga?ado porque un mal parcial arruine todo un a?o. La Liga tiene tanta excelencia que la anhela ZZ, que antepone el compromiso semanal al florecer de un d¨ªa. Bar?a y Madrid est¨¢n obligados en cada reto. Puestos a sumar horas de vuelo, en casa y Europa, que cada cual haga las cuentas de la ¨²ltima d¨¦cada.
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