Zarpazos de Tigre desde el m¨¢s all¨¢
El equipo argentino fue relegado a Segunda por un reglamento absurdo, pero sigue despedazando rivales en la Copa
En una pel¨ªcula reciente llamada The revenant, o El renacido, el protagonista es un trampero que pasa por las fauces de un oso, es arrastrado por una catarata, cae por un precipicio y, entre terribles heridas e infecciones, se mantiene con vida. Puede pensarse que el personaje, interpretado por Leonardo DiCaprio, est¨¢ en realidad ya muerto, pero sigue respirando hasta cumplir su venganza.
Algo as¨ª est¨¢ ocurriendo en el f¨²tbol argentino. Hay un equipo que sufri¨® la desgracia m¨¢s tremenda y, a causa de un reglamento absurdo, cay¨® a Segunda hace unas semanas. Sin embargo, ese equipo se niega a morir. Permanece luchando sobre el c¨¦sped y parece dispuesto a hacerlo hasta vengarse de la Asociaci¨®n de F¨²tbol Argentino, de la Superliga y de la Conmebol. Desde el m¨¢s all¨¢, Tigre ense?a los colmillos y las zarpas.
En estas p¨¢ginas (ver L¨¢grimas de Tigre) se cont¨® la historia desgraciada de este club del norte bonaerense. Termin¨® la temporada en el noveno puesto de la tabla, lo que le clasificaba para disputar la pr¨®xima edici¨®n de la Copa Sudamericana, pero a causa del sistema de promedios hist¨®ricos, uno de esos extra?os mecanismos argentinos inventados para favorecer a la oligarqu¨ªa, futbol¨ªstica en este caso, descendi¨® a la B. Fue condenado porque hace ocho o diez a?os, con otros jugadores vistiendo la camiseta, obtuvo malos resultados. Y la condena vino aparejada de ensa?amiento: se le priv¨® tambi¨¦n de la competici¨®n continental.
El oso burocr¨¢tico zarande¨® a conciencia al pobre Tigre. El llamado Matador qued¨® medio desangrado. Lo que ocurri¨® a continuaci¨®n fue asombroso. Tigre se levant¨® y se adentr¨® furioso en la Copa de la Superliga. Despedaz¨® a Col¨®n en la primera eliminatoria. A Uni¨®n en la segunda. A Racing, campe¨®n de la Superliga, en cuartos de final. Y a Atl¨¦tico Tucum¨¢n, con un global de 6-0, en semifinales. Tigre ya est¨¢ en la final. Esto se escribe antes de que se conozca el resultado de la otra semifinal entre Boca y Argentinos: uno u otro ser¨¢ el rival de Tigre el pr¨®ximo domingo.
Y ahora, ?qu¨¦? Ahora reaparece el oso burocr¨¢tico. Seg¨²n el reglamento, el campe¨®n de la Copa de la Superliga obtiene una plaza en la Copa Libertadores y el subcampe¨®n, una plaza en la Copa Sudamericana. La Conmebol, quiz¨¢ impresionada por la tenacidad de Tigre, se ha echado atr¨¢s y acepta que un descendido juegue un torneo continental. La Superliga dice que Tigre podr¨¢ ir a la Libertadores s¨®lo si gana la final. El caso es que Boca ya est¨¢ clasificado para la Libertadores y, de ser la final Boca-Tigre, Tigre entrar¨ªa autom¨¢ticamente tambi¨¦n en la Libertadores, ganara o perdiera: eso dice la AFA. Veremos qui¨¦n se impone en esa disputa entre despachos.
Lo esencial es que Tigre est¨¢ cerca de cobrar venganza. Los organismos burocr¨¢ticos que lo condenaron con sus reglamentos se pelean ahora entre ellos, y vuelve a hablarse de acabar con el absurdo mecanismo de los promedios. Mientras, el club del Delta se asoma a la m¨¢xima competici¨®n continental. Es el ¨¦xito casi de ultratumba de un equipo que, de la mano del t¨¦cnico N¨¦stor Gorosito, llamado Pipo, ha jugado un buen f¨²tbol durante toda la temporada. El mejor f¨²tbol, seg¨²n algunos. El centro del campo, con tipos como Menossi o Prediger, inventa, realza, sostiene y destruye. La defensa es s¨®lida. Morales ejecuta bien en el ¨¢rea. No hablamos de maravillas, sino de juego solidario y vibrante. F¨²tbol modesto, pulido hasta la brillantez.
Un detalle importante: la del pr¨®ximo domingo es la primera gran final que disputa Tigre en 117 a?os de historia. ?C¨®mo no estar con El renacido?
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