En busca del Neymar perdido
Teniendo a su alcance a muchos de los mejores futbolistas del mundo, el Bar?a tiene tan poca imaginaci¨®n (o criterio) que quiere recuperar al jugador que m¨¢s desdicha le origin¨® en la historia reciente

Todo el mundo sabe ¡ªy aqu¨ª ese ¡°todo el mundo¡± tiene pleno sentido¡ª que desde hace dos a?os Neymar no ha jugado al f¨²tbol. Del mismo modo que nadie ignora que su biograf¨ªa ha pasado a parecerse a la de esos cocineros de gran fama a los que el entorno comercial acaba mont¨¢ndoles franquicias por todo el mundo, pero les impide practicar la que era su gran pasi¨®n: cocinar. De hecho, todas las redes sociales, cuando Neymar complet¨® su horroroso Mundial ruso, se rieron del ¡°teatro de sus ca¨ªdas¡±. Y bueno, lo mejor en tono piadoso que puede decirse del Neymar actual es lo que ha escrito Jorge Valdano: ¡°Es un pionero del ¡®futbolista que viene¡¯ y no le cabe la palabra ¡®culpable¡¯ porque todos somos responsables¡±.
Pero ni siquiera como pionero se salva demasiado si tenemos en cuenta la cantidad de pioneros que le quitan los focos estos d¨ªas. Gil y Gil, sin ir m¨¢s lejos, nuestro Trump particular con su serie El pionero, la historia de una antigua pesadilla¡ Lo cierto es que este mismo verano, en materia futbol¨ªstica, est¨¢ resultando una pesadilla para el socio del Bar?a. Gracias a Griezmann y a Neymar J¨²nior (Dios nos ampare) conozco a m¨¢s de un seguidor del club que siente un despego creciente con respecto a su equipo y el futuro de ¨¦ste, hoy gobernado por una direcci¨®n deportiva ¡ªahora en manos de un Bartomeu que parece una imitaci¨®n de Florentino¡ª sin imaginaci¨®n, o tal vez con la desmesurada imaginaci¨®n de Messi fuera de los terrenos de juego.
El caso es que el Bar?a de las ¨²ltimas semanas me recuerda al fantasma de un cuento de Dickens. En ¨¦l, un vagabundo, que ha ocupado una casa abandonada pretende hacer un fuego con un destartalado armario, hasta que descubre que en ¨¦ste vive el esp¨ªritu de un antiguo habitante del lugar. No me queme usted, le pide el fantasma al ocupa, y le explica que entre aquellas cuatro paredes se forj¨® su ruina en este mundo. Risas del vagabundo cuando cae en la cuenta de que el pobre fantasma, teniendo la posibilidad como fantasma de elegir los lugares m¨¢s maravillosos de la tierra (pues el espacio infinito no es nada para ¨¦l), ha optado nada menos que por volver al sitio de sus desgracias, al lugar donde peor lo pas¨®. ¡°Es usted el fantasma m¨¢s burro que he conocido¡±, termina dici¨¦ndole el vagabundo.
Y s¨ª. La direcci¨®n deportiva del Bar?a me est¨¢ recordando estos d¨ªas a ese desdichado y torpe fantasma, pues, teniendo como tiene a su alcance a muchos de los mejores futbolistas de la tierra, tiene tan poca imaginaci¨®n (o criterio) que nada mejor se le ocurre que volver a recuperar al jugador que m¨¢s desdicha le origin¨® en la historia m¨¢s reciente del club. Es todo un desprop¨®sito, y m¨¢s cuando es, por ejemplo, evidente que en Francia no saben c¨®mo hacerlo para perder de vista a este jugador, a este grand bluff, como lo definiera recientemente L¡¯?quipe. A la vista de todo esto, s¨®lo me cabe a?adir una palabra: socorro.
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