I am the love
Si hay un equipo en el mundo al que estos inventos para turistas y ne¨®fitos que son ahora las pretemporadas no le encajan es el Real Madrid

Qui¨¦n podr¨ªa imaginar que precisamente al Real Madrid, cuyo relato consiste en sepultar sistem¨¢ticamente todo lo sucedido en la historia del f¨²tbol hasta la creaci¨®n de la Copa de Europa, se le reproche su pobre rendimiento en los nuevos torneos de pretemporada, esta especie de fantas¨ªas miniaturizadas para quienes no conocen el placer de comerse un buen helado viendo el Teresa Herrera, o el Ram¨®n de Carranza, con medio cuerpo en la cocina y el otro medio en la ventana.
As¨ª de absurdos son los nuevos tiempos, supongo. Atr¨¢s quedaron aquellas concentraciones en Holanda, Suiza, Austria, Irlanda, Ourense... Semanas enteras de golear a equipos de barrio y acumular an¨¦cdotas sin presiones, lejos de las c¨¢maras, sin mayor ruido medi¨¢tico que el provocado por alg¨²n que otro exceso nocturno, lo que no dejaba de ser un s¨ªntoma de que la cosa iba bien. Mi padre siempre recuerda que una de las ligas de Cruyff se empez¨® a ganar en un pueblo holand¨¦s de nombre impronunciable donde, supuestamente, un jugador del Bar?a se acerc¨® a una camarera en un bar y cerveza en mano le espet¨®: ¡°I am the love¡±. La historia se la cont¨® un conocido suyo, primo de un primo de alg¨²n emigrante gallego que pasaba por all¨ª y se qued¨® con la copla: vamos, lo normal. El caso es que, fuera como fuese, el viejo termin¨® la temporada -qui¨¦n se lo iba a decir- enamorado de Sanch¨ªs y Buyo, los promotores de aquella org¨ªa futbol¨ªstica en forma de cesi¨®n que remach¨® Pier al fondo de las mallas, pero sin olvidar que todo hab¨ªa comenzado con un confuso amor de verano.
Si hay un equipo en el mundo al que estos inventos para turistas y ne¨®fitos no le encajan es el Real Madrid, tan acostumbrado a borrarse de la Liga y la Copa en los ¨²ltimos a?os que cuesta imaginarlo preocupado por su desempe?o en estos bolos estivales. Y, sin embargo, parece estarlo, aqu¨ª reside la gran novedad. Un pu?ado de partidos y derrotas han bastado para que el transatl¨¢ntico blanco parezca empe?ado en colisionar contra el iceberg, que es la naturaleza propia del madridismo lejos de la Liga de Campeones y su estimulante fanfarria. La globalizaci¨®n ha logrando invertir las tornas del relato blanco y empujarlo hacia un terreno en el que ya no se siente tan c¨®modo: ese que convierte en hist¨®rico un amistoso en Nueva Jersey por el mero hecho de que Diego Costa nos record¨® a Tony Soprano y el Madrid de Zidane a los Nets de Lawrence Frank.
El t¨¦cnico franc¨¦s parece el ¨²nico ajeno a toda esta marabunta suicida mientras proclama por activa y por pasiva la calidad de su plantilla, al menos de puertas hacia fuera. Su inmunidad ante el relato establecido es ya proverbial, quiz¨¢s porque a su f¨²tbol siempre le sobraron las palabras y como t¨¦cnico tuvo el coraje de marcharse al comprobar que muy pocos le escuchaban. Bien har¨ªan los futbolistas, directivos y aficionados en prestarle m¨¢s atenci¨®n y olvidarse de cualquier relato que no comience con el propio Zidane dando un paso al frente y diciendo ¡°I am the love¡±, aunque esto le pueda costar un serio disgusto a mi padre.
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