Messi al rescate
Valverde no hace ni m¨¢s ni menos de lo que har¨ªa cualquier otro en su puesto: vivir a la sombra del argentino, sobrevivir a su figura
Acaba de comenzar la temporada y de Messi ya se espera que acuda al rescate de su equipo el pr¨®ximo domingo, sin apenas tiempo para guardar las toallas ni quitarse el ba?ador. Apura los plazos de recuperaci¨®n el argentino porque, a pesar de las ingentes cantidades de dinero invertidas por los armadores a?o tras a?o, ventana de fichajes tras ventana de fichajes, ning¨²n miembro de la actual tripulaci¨®n parece capacitado para localizar el cuarto de los salvavidas en ausencia del capit¨¢n, ya no digamos para llevar la nave a buen puerto. M¨¢s pronto que tarde, llegar¨¢ el momento de navegar sin Messi al tim¨®n y entonces comprobaremos si este es un club destinado a hundirse con cierta elegancia, como el RMS Titanic, o si terminar¨¢ escor¨¢ndose con gran dosis de esperpento, como el tambi¨¦n malogrado Costa Concordia.
La derrota en San Mam¨¦s ha vuelto a evidenciar las carencias de un equipo que termin¨® la temporada pasada muy deprimido, atormentado por la energ¨ªa desbordante de un Liverpool que primero le respet¨® las canas y despu¨¦s le arranc¨® los pocos dientes que le quedaban. ¡°Jugar contra ellos es como ir al dentista¡±, dijo Guardiola de su rival en la Charity Shield hace un par de semanas. No es de extra?ar, por tanto, que tras la debacle en Anfield optaran los responsables del club por renovar el parque de sonrisas con los fichajes de Griezmann, De Jong, Neto y Junior Firpo, ya veremos si tambi¨¦n con el regreso de Neymar. Y pese a todo, nadie puede quitarse a Messi de la cabeza porque sin ¨¦l parece imposible aspirar a algo siquiera parecido a la felicidad, tan acostumbrado el vestuario y la grada a su presencia que cualquier sustituto les parece una especie de George Costanza, el melodram¨¢tico amigo de Seindfeld.
Todos esperan el regreso de Messi como agua de mayo y en especial un Ernesto Valverde que no se encuentra a s¨ª mismo sin el diez en el campo, sin su principal valedor ante una directiva y una afici¨®n que lo miran con desconfianza mal disimulada desde la sangr¨ªa de Roma. En Valverde apenas creen unos cuantos m¨¢s que Messi y los suyos, el n¨²cleo duro de la plantilla, quiz¨¢s porque son capaces de convivir con ¨¦l en buena sinton¨ªa, quiz¨¢s porque les convencen sus capacidades como cart¨®grafo. A fin de cuentas, el rumbo final lo marca el argentino desde su trono de madera antigua, enraizado en el Camp Nou desde tiempos que nos empiezan a parecer inmemoriales: nadie le discute, nadie lo cuestiona, todos le siguen. Tambi¨¦n Valverde, que no hace ni m¨¢s ni menos de lo que har¨ªa cualquier otro en su mismo puesto: vivir a la sombra de Messi, sobrevivir a la figura de Messi.
Nadie se atreve a enfrentar el poder del argentino en Barcelona y tan solo desde Madrid parece intentarlo alg¨²n alto cargo como la vicepresidenta del Gobierno en funciones, la socialista Carmen Calvo, empe?ada desde ayer mismo en exigir alg¨²n tipo de ¡°permiso para rescatar¡±. Ya se encargar¨¢n los cul¨¦s de recordarle a Messi que en el c¨®digo penal espa?ol existe algo llamado delito de omisi¨®n de socorro y, dados sus antecedentes, no le conviene volver a enredarse con la justicia.
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