La Real apabulla al Atl¨¦tico en el estreno de Anoeta
El equipo colchonero, inc¨®modo todo el partido, no encuentra respuestas al planteamiento donostiarra
El Atl¨¦tico de Madrid ya floje¨® muchos minutos contra al Eibar, aunque en unos instantes finales intensos, Thomas resolvi¨® en el descuento, pero frente a una Real Sociedad de estreno, hecha un pincel, se descosi¨® por completo. El rol de l¨ªder no le ha servido al equipo de Simeone para intimidar a un equipo que ilusiona a su afici¨®n en el reencuentro.
Han querido envolver Anoeta para regalo, pero no les ha dado tiempo todav¨ªa a cubrir todo el estadio con los paneles de color azul, y as¨ª se lo entregaron a quienes acudieron al estreno que, de todas formas, prefer¨ªan m¨¢s el contenido que el continente. Y eso encontraron. El nuevo Reale Arena, ¨Ccon r¨¦cord de asistencia a un partido de f¨²tbol en San Sebasti¨¢n¨C, todav¨ªa a falta de los detalles, ha quedado bien, es verdad. Qu¨¦ lejos queda el viejo campo de Atocha con sus aromas del mercado de frutas; que lejos quedan tambi¨¦n las pistas de atletismo, y qu¨¦ cerca est¨¢ ahora el c¨¦sped. C¨®mo suena el orfe¨®n txuriurdin, y qu¨¦ bien lucen las miles de banderas que se repartieron para el retorno.
Pero el contenido es lo que importa, no la parafernalia que le rodea, y est¨¢ la Real empe?ada en encontrar su identidad a trav¨¦s del f¨²tbol, y el Atl¨¦tico de Madrid no es, precisamente, el rival ideal para destapar el frasco de perfume. Los partidos frente al equipo de Simeone, tienen, m¨¢s bien, olor a linimento, ese aroma profundo que impregnaba los vestuarios del viejo Atocha, de inc¨®modas bancadas de madera, como de vag¨®n de tercera.
Nada es c¨®modo ante el Atl¨¦tico, que amenaza con el despliegue de Diego Costa, Vitolo o Joao F¨¦lix a la menor distracci¨®n, aunque en la primera parte, el portugu¨¦s estuvo espeso y se qued¨® sin respuestas un par de veces al borde del ¨¢rea.
Percut¨ªa la Real contra una muralla colchonera con m¨¢s desajustes defensivos de los habituales, que desesperaban a Oblak entre los palos y a Simeone, al borde del ¨¢rea t¨¦cnica. Enfrente Odegaard, que es un futbolista con la capacidad de abducir al rival que le mira a los ojos, se permiti¨® un par de detalles. El noruego combina bien con Oyarzabal y Portu. Las piezas encajan.
Con el marcador sin estrenarse, se march¨® al vestuario m¨¢s contenta la Real que el Atl¨¦tico, un equipo con demasiados interrogantes. Con 45 minutos consumidos, los visitantes se sent¨ªan inc¨®modos ante una Real m¨¢s intensa. Tanto, que Simeone decidi¨® dejar en la caseta a Lemar y plantar en el c¨¦sped a Marcos Llorente para reforzar el medio campo. Poco despu¨¦s movi¨® su segunda pieza: Correa por Joao F¨¦lix, perdido sobre el c¨¦sped, pero que, tras un pase de Trippier, hab¨ªa tenido un minuto antes la mejor opci¨®n rojiblanca.
Pero la medicina de Simeone tuvo efectos secundarios en forma de mareos y visi¨®n borrosa, cuando Oyarzabal se permiti¨® un lujo en medio campo que le aclar¨® el camino a Mikel Merino. Su pase a Odegaard lo recibi¨® el noruego como un veterano. Busc¨® espacio en el ¨¢rea entre la espesura, y cuando lo encontr¨®, dispar¨®. Su remate golpe¨® en Savic y bati¨® a Oblak.
En pleno chute de euforia, una falta en el lateral, lanzada por Odegaard, la toc¨® de cabeza Isak. Oblak la despej¨® en corto y entr¨® el reci¨¦n llegado Monreal para marcar el segundo de la Real. El guardameta recibi¨® el impacto del bal¨®n en pleno rostro, y despu¨¦s de ser atendido varios minutos, tuvo que dejar el partido, que casi se acab¨® ah¨ª, a pesar de un par de sustos de Vitolo y Gim¨¦nez que destaparon al mejor Moy¨¢, que parece el portero de Imanol pese a la llegada de Alex Remiro. Los mejores minutos visitantes le llegaron con el marcador en contra, pero entonces se encontraron a una Real euf¨®rica, que no permiti¨® m¨¢s alegr¨ªas que las justas. El Atl¨¦tico se lo tendr¨¢ que hacer mirar antes del partido ante la Juventus.
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