Un Madrid del cielo a la tierra
El Real se gusta en un gran primer tiempo con Benzema por bandera, pero se descoordina con los cambios de Casemiro y Ramos, y acaba con un tembleque ante el Levante
El Madrid se columpia con demasiada frecuencia. Se eleva como un equipo de lo m¨¢s pinturero y abrasivo y acaba con un bajonazo aferrado a la f¨®rmula zidaniana cuando el rival apremia: ¡°A tomar por saco¡±. Las dos caras ofrecieron los madridistas. Primero tomaron por la pechera al Levante y con un certamen de gran f¨²tbol le dejaron en los huesos (3-0 al intermedio). Luego, agitado por los cambios, sin el ancla de Casemiro y con Vinicius a lo Vinicius, de lo m¨¢s vacilante ante el gol, el Real se descoordin¨® y termin¨® con un tembleque (3-2). Cuesta rebobinar un partido redondo y fet¨¦n de principio a fin del Madrid.
En otro encuentro extremista, de entrada se vio a un Real torrencial. Un Madrid que descarg¨® un chaparr¨®n tremendo sobre el Levante. Un equipo granota que lleg¨® a la hora del aperitivo con gracia. Pero mucho antes del descanso ya estaba enchironado. Y, en apariencia, marchitado y fundido. Nada que reprochar a los muchachos de Paco L¨®pez. Mucho que brindar para los jugadores de Zidane, remangados para el quite, chisposos para el ataque. Desde un Marcelo hasta con colmillo a un Benzema tan ilustrado como depredador. De un Casemiro at¨®mico a un James sutil y panor¨¢mico. Del pujante Lucas a la l¨ªrica de Kroos. De largo, el mejor Madrid del curso en todas las facetas del juego.
Apenas un cuarto de hora tard¨® el cuadro local en simular que pod¨ªan despejarse los fantasmas: sus dos empates precedentes y la multitud de bajas en una plantilla bajo sospecha por tantas contradicciones. Fichajes frustrados y amores repentinos. Y puestos muy sensibles sin repuestos, caso de la anomal¨ªa de Casemiro como ¨²nico escoba. Con todo, el primer Madrid fue un equipo sincronizado, mancomunado. Macizo sin la pelota y recreativo con ella.
Sin Asensio, Bale, Isco, Modric y Valverde, Zidane envid¨® con un 4-2-3-1. Vinicius se ubic¨® en su zona de confort (izquierda) y Lucas en su sector natural (derecha). Y James como mensajero de Benzema y quien se prestara. El Levante irrumpi¨® bizarro, protegido por una zaga muy adelantada, estirado por Morales. Hasta que el Madrid, tan remol¨®n tantas veces ¨²ltimamente, toc¨® la corneta de forma corporativa. Kroos y Casemiro dieron un paso al frente y acorralaron a los visitantes en su propio campo. Se sumaron al tajo los laterales y los extremos, todos con Benzema por bandera, din¨¢mico por todas las zonas de vanguardia. M¨¢s que suficiente para que el conjunto azulgrana se quedara sin flotador, sin la pelota para un respiro. Kroos, con un par de disparos, anticip¨® al meta Aitor la refriega que le esperaba. El chico reaccion¨® bien, muy bien incluso con una parada en vuelo para desviar un tiro combado de Benzema. El Madrid, embridado su rival, era un azote constante. Lucas, en pleno asalto local, remat¨® a un poste, preludio del cabezazo terminal de Benzema que abri¨® el marcador. Punto y seguido a una estupenda jugada que parti¨® por la izquierda con Ramos, trenzaron por la otra orilla James, Lucas y Carvajal hasta que Benzema abroch¨® el primer tanto. No se demor¨® el franc¨¦s para estampar su cuarto gol en cuatro jornadas. James, cl¨ªnico, le cit¨® con el gol cuando el colombiano ten¨ªa un remate a tiro. Por entonces, hechizaba el Madrid. Un Madrid tan indomable para el Levante que Casemiro se anim¨® como ariete para sellar el tercero a pase de Vinicius. El esplendor madridista se qued¨® en el vestuario durante el intervalo.
Un gol del exmadridista Mayoral justo al inicio del segundo acto dio un vuelco a la trama. De repente, un partido con muchas curvas. Nada que ver con el Madrid plet¨®rico de hac¨ªa un rato. Se anim¨® un Levante que parec¨ªa hecho cenizas, se dispers¨® un Madrid alterado por los cambios ¡ªextra?¨® el de Milit?o por Ramos, sancionado para el mi¨¦rcoles en Par¨ªs¡ª. La entrada simult¨¢nea de Hazard, en su estreno oficial, cambi¨® el sistema a un 4-3-3, ya sin Casemiro, de vuelta agotadora con su selecci¨®n. Kroos quiso hacer lo que menos le gusta: ser Casemiro. Era un Madrid poco estructurado, con Kroos, James, Lucas, Hazard, Vinicius, Benzema/Jovic...
El Real no solo acus¨® el nuevo observatorio de Zidane. Otro factor le desestabiliz¨®. Cuando ya hab¨ªa m¨¢s remates que juego, Benzema se estrell¨® con un palo y Vinicius se pinch¨® a lo Vinicius. El gol le regatea y le regatea. Las porter¨ªas le resultan borrosas. Hasta tres veces le enchufaron Hazard ¡ªcon un goteo de su clase¡ª y James ante Aitor. Nada. Tampoco luego en otro mano a mano. Nada. Por ahora, el joven brasile?o es un forastero del gol. Con ¨¦l al frente, el Real no cerr¨® el duelo, Melero, otro excanterano, hizo tiritar al Bernab¨¦u, ya entonces hu¨¦rfano sin Casemiro y Ramos. Era el momento del a tomar por... Courtois evit¨® el empate de Vezo, y Morales no atin¨® justo despu¨¦s de que Marcelo se aplicara a lo ZZ con un arre¨®n a la pelota a cualquier parte. Del Madrid cosm¨¦tico a un Madrid a punterazos.
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