James se arremanga
El colombiano, con un marcaje sobre Banega, frena la creaci¨®n sevillista y simboliza el trabajo colectivo de los blancos
Los aleda?os del Ram¨®n S¨¢nch¨¦z Pizju¨¢n parec¨ªan el escenario de un campo de batalla poco antes del inicio del partido. La Polic¨ªa Local de Sevilla se vio obligada a cortar al tr¨¢fico todos los accesos al estadio del equipo andaluz, que recibi¨® al Madrid vestido de l¨ªder pero acab¨® entregando la vara de mando a su rival. Miles de sevillistas hab¨ªan ocupado las calles, bebiendo en ellas en un gigantesco botell¨®n. Seg¨²n las autoridades, desde las dos de la tarde hab¨ªa grupos de aficionados cerca del estadio. La sensaci¨®n de partido grande invadi¨® el campo del Sevilla, donde compareci¨® el Madrid de verde para disgusto de los aficionados sevillistas. Si el equipo de Zidane nunca es bien recibido en Nervi¨®n, si lo hace vestido de verde¡ Se repitieron adem¨¢s algunos pitos a Sergio Ramos, aunque mucho menos que en anteriores partidos. El capit¨¢n del Madrid se dio un gran abrazo con Julen Lopetegui, entrenador del Sevilla y tambi¨¦n suyo en el propio Madrid y la selecci¨®n nacional espa?ola. Tambi¨¦n regal¨® a un aficionado su camiseta de calentamiento.
La trascendencia del encuentro despu¨¦s del tropiezo del Madrid en Par¨ªs en la Liga de Campeones se plasm¨® en el solidario planteamiento del conjunto blanco. Zidane junt¨® sus l¨ªneas en defensa y sus jugadores respondieron bien. El Madrid, simplemente, mejor¨® su juego sin el bal¨®n gracias al compromiso de sus futbolistas. Todos decidieron ser un poco Casemiro en un campo complicado y frente a un Sevilla s¨®lido.
En esa especial aplicaci¨®n destac¨® la figura de James. El colombiano, con un pie fuera del equipo a lo largo del verano, y sin la confianza de Zidane (igual que en el caso de Bale), se peg¨® una paliza persiguiendo a uno de los futbolistas claves del Sevilla, Banega, que recibi¨® siempre la primera presi¨®n del Madrid en la figura del cafetero. En un partido de centrocampistas, el choque en la medular fue tremendo. James tambi¨¦n supo apretarle a Fernando, que sufri¨® el acoso del centrocampista, capaz de robarle alg¨²n peligro que se tradujo en las mejores ocasiones del Madrid en la primera parte.
Tres esa presi¨®n liderada por James, Hazard se plant¨® ante Vaclik, salvando el meta del Sevilla la gran ocasi¨®n del belga. Vaclik fue decisivo tambi¨¦n al filo del descanso, cuando James, con un pase excelente, habilit¨® a Carvajal en solitario en busca de la porter¨ªa del Sevilla. Entre James por delante y Casemiro por detr¨¢s, el equipo de Lopetegui no tuvo apenas fluidez.
James inici¨® la segunda parte muy enchufado. A los cuatro minutos, estuvo a punto de llegar a un centro de Bale. En el segundo acto, comenz¨® a emerger la figura de Hazard, m¨¢s activo en un momento decisivo del partido. La intensidad, esa c¨¢bala para Zidane, s¨ª apareci¨® en este Madrid tan solidario y generoso. El Sevilla, sin p¨®lvora, se fue diluyendo. Varane se anticip¨® a Ocampos y el Madrid dibuj¨® una gran jugada de Carvajal que acab¨® con un remate de cabeza de Benzema. Quinto gol del franc¨¦s en la Liga.
Curiosamente, el delantero franc¨¦s no hab¨ªa tenido una gran actuaci¨®n. Su aparici¨®n fue tan inesperada como letal. A James, despu¨¦s de su buen partido, se le fue apagando la luz. Zidane le salud¨® de forma afectuosa tras su cambio por Valverde a falta de un cuarto de hora. El t¨¦cnico blind¨® todav¨ªa m¨¢s el centro del campo de su equipo, al que quiz¨¢s le faltara brillo, pero nada de trabajo y entrega. James se fue del choque con cinco duelos ganados y un 70% de acierto en sus pases, fundamental para romper la mala racha de los madridistas en el Pizju¨¢n en las ¨²ltimas temporadas.
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