El Madrid ya sabe el camino
El Real, con el remangue que no tuvo en Par¨ªs, derrota al crudo Sevilla tras un partido fatigoso resuelto por Benzema y con una defensa muy s¨®lida. El equipo blanco es col¨ªder junto al Athletic
El Real Madrid del batacazo en Par¨ªs, en su competici¨®n fetiche, sali¨® de su estadio m¨¢s crudo en lo que va de siglo coronado como col¨ªder, junto al Athletic, de una competici¨®n que ¨²ltimamente hab¨ªa convertido en una simple pedrea. As¨ª es este Real inopinado. Un equipo que se achica ante un PSG de teloneros y se agiganta ante el primero de la Liga. Y en una plaza donde hac¨ªa 17 a?os que no dejaba su porter¨ªa a cero. Esta vez, lo consigui¨® sin conceder un solo remate.
No podr¨¢ quejarse Zinedine Zidane. Si quer¨ªa voltaje, los suyos, tan arcanos por lo general, lo tuvieron. Y no en un ruedo cualquiera, sino ante un equipo macizo como el Sevilla. Un conjunto que le oblig¨® a un duelo machote, abrasivo en cada jugada. Respondi¨® el Madrid. Salvo Ramos por Milit?o, el mismo Real que sali¨® de Par¨ªs por la gatera.
A la apuesta de f¨²tbol cachas y asfixiante de los muchachos de Lopetegui contestaron los de Zidane con nervio y tes¨®n. En un partido corrosivo para los solistas, el choque fue un reto colectivo. Un encuentro que exigi¨® el m¨¢ximo en cada disputa, asalto va, asalto viene. Un pulso de suela desgastada, muy encorsetado. Una cita m¨¢s propicia para gente como Casemiro y Mendy que para Hazard y Bale. Y, al contrario que en el Parque de los Pr¨ªncipes, en Nervi¨®n todos se remangaron.
No es casual que el Sevilla solo hubiera recibido un gol en las cuatro primeras jornadas ligueras. Lopetegui ha dado percha a un equipo en el que nadie pierde el paso. Le falta un punto de chispa, sobre todo en ataque, donde De Jong ejerce de baliza, pero no es un prestidigitador. Le falta ingenio, no tiene pies finos y es pesadote para la carrera. A su espalda, Banega tutela a un grupo muy atornillado. Sin artistas de primera, el cuadro hispalense es una conjura de mosqueteros. Un equipo de piquetes por todo el campo, pero sin gracia ofensiva. Al menos no la tuvo ante su sucesor en el liderazgo.
Enfrente, el Real tuvo el espinazo que tantas veces le ha faltado. Como prueba, James. El colombiano, que nunca fue un marine, ahora se ve en el papel de volante de ida y vuelta. Consecuencias de una plantilla sin caladero de centrocampistas puros. Pues bien, James, esforzado, propici¨® la primera de las contad¨ªsimas ocasiones del partido. Un quite del cafetero a Fernando permiti¨® a Benzema citar a Hazard mano a mano con Vaclik. El checo gan¨® el envite al belga. En una noche perruna para los atacantes, la entrada en escena de los porteros era un milagro. Sin avisos en las ¨¢reas, Courtois jam¨¢s tuvo focos. Y poco m¨¢s su colega, muy resuelto en un duelo esgrimista con Carvajal poco antes del intermedio.
De vuelta del descanso, el partido, que tanta resistencia hab¨ªa exigido, poco a poco tuvo otros flujos. Muchos se resintieron de las horas extras del primer acto. Algunos pases sencillos comenzaron a torturar a m¨¢s de uno. Caso de Jord¨¢n, entre otros. Tras titubear en m¨¢s de una jugada, una anticipaci¨®n de Varane precedi¨® al gol de cabeza de Benzema, muy bien asistido por Carvajal. Lopetegui, que ya hab¨ªa intervenido para dar pista a ?liver Torres en detrimento de Franco V¨¢zquez, despidi¨® poco despu¨¦s al extenuado Jord¨¢n.
Ya sin tantas amarras, el Sevilla recurri¨® a un doble ariete: De Jong como gr¨²a y Chicharito ¡ªp¨ªcaro y revoltoso¡ª como socio. Tambi¨¦n maniobr¨® Zidane. Los dep¨®sitos ya estaban muy justos cuando Valverde sali¨® para fortalecer el eje por un James que ya sudaba como una regadera. Como Hazard, como Bale... Como Benzema, hoy cabeceador, goleador y gladiador. Desde la salida de Cristiano ya no hay huellas del Benzema de pecho congelado.
El Sevilla percut¨ªa por la orilla de Navas, pero Mendy, que no es un virguero como Marcelo, tiene un extraordinario m¨²sculo defensivo. Navas y Ocampos lo comprobaron. El lateral les cerr¨® el paso y los locales perdieron su mejor v¨ªa hacia el pl¨¢cido Courtois. El Sevilla, con un estilo cada vez m¨¢s fatigoso, se qued¨® por el camino. Acert¨® Chicharito, pero en fuera de juego, donde nunca estuvo la zaga madridista, s¨®lida como nunca.
El S¨¢nchez Pizju¨¢n, donde siempre abundaron los cocodrilos para el Madrid, result¨® su catapulta al coliderato de un torneo donde se suceden los pinchazos. Los tuvo el Madrid ante Valladolid y Villarreal, pero mira al Bar?a y al Atl¨¦tico por el retrovisor. Hay muchos reales. Uno, incluso para gobernar de momento la Liga en coalici¨®n con el Athletic.
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