El Atl¨¦tico no pasa del tost¨®n en Valladolid

El marcador, a veces, refleja lo que ha sido un equipo. Para el Atl¨¦tico, este cero a cero con el Valladolid explic¨® su partido. Como siempre, hizo mucho para que no le marcaran y poco para marcar. Tuvo ambici¨®n de campe¨®n solo en el tramo final. El resto del encuentro lo jug¨® mal, con el peor primer tiempo del curso incluido en el paquete. Veinte minutos no fueron suficientes. M¨¢s de una hora sin morder y luego las prisas y la ansiedad. Un remate al palo de Correa fue la ¨²nica inquietud de un buen Valladolid, que tambi¨¦n dej¨® su porter¨ªa a cero, aunque en ataque al menos intent¨® dar todo lo que pod¨ªa y le dej¨® el Atl¨¦tico. Incluso tuvo la oportunidad de ponerse por delante en el marcador en un penalti decretado tras la revisi¨®n del VAR. Thomas punte¨® el tobillo de Sandro, punzante en el trabajo de zapa, dentro del ¨¢rea.

La hierba, poco asentada, le jug¨® una mala pasada al delantero malague?o. Al plantar con fuerza el pie de apoyo, el pasto se levant¨® y elev¨® la pelota como un acto de brujer¨ªa. El golpeo, que por c¨®mo puso el cuerpo delat¨® que buscaba un disparo alto, se fue descontrolado al primer anfiteatro. Dos a?os lleva Sandro sin marcar un gol en partido oficial. Lo del penalti ya hace pensar que est¨¢ hechizado. En realidad, como esto ha sucedido ya en m¨¢s de una ocasi¨®n los lanzadores deber¨¢n pisotear los alrededores del punto de penalti antes de lanzarlos. Una costumbre que se perdi¨® un tanto con la mejora de los terrenos de juego.

El mal juego del Atl¨¦tico fue preocupante porque ese once tiene pinta de ser el m¨¢s asentado: la doble punta Costa-Morata, Jo?o F¨¦lix en la banda, esta vez a la izquierda, Koke a la derecha y Sa¨²l y Thomas en el medio en esa versi¨®n que ya prob¨® en Mosc¨² para cambiar el partido, con el ghan¨¦s por delante para jugar m¨¢s entre l¨ªneas. El movimiento trata de buscar m¨¢s pase fino y reservar el despliegue de Sa¨²l para evitar los contragolpes del rival. Esta vez no tuvo efectos. Cay¨® el equipo de Simeone en uno de esos partidos en los que el desprop¨®sito en el pase es desesperante. Como ¨²ltimamente tampoco Lodi y Trippier se prodigan tanto en ataque, a la planicie ofensiva de los rojiblancos no se le detectaba horizonte. Ni un remate a puerta que echarse a la boca en todo el primer tiempo: Ni una jugada que determinara que el f¨²tbol tambi¨¦n consiste en atacar bien; un empacho de tost¨®n.

Las dos l¨ªneas juntas del Valladolid bastaron ante los futbolistas de Simeone. Lo ¨²nico destacable era que Morata est¨¢ f¨ªsicamente mejor que Costa para estirar al equipo. Morata hace ahora las funciones del hispanobrasile?o. Es el que cae a las bandas para aprovechar su zancada. Costa no est¨¢ ahora mismo para eso.

Con ese Atl¨¦tico tan laxo, el Valladolid asumi¨® el mando del partido. Supo imponer que no hubiera mucha continuidad en el juego con algunas faltas t¨¢cticas. Tampoco le hac¨ªa mucha falta ante la inoperancia de los rojiblancos en el pase y en la creaci¨®n de juego de ataque. Nacho, Toni Villa y Sandro fueron un incordio. Sobre todo este ¨²ltimo. Sus desmarques buscando el agujero lateral-centra y su faena persiguiendo la pelota le premiaron con ese penalti que marr¨®.

No cambi¨® en exceso el partido tras el descanso. As¨ª que Simeone decidi¨® agitarlo con Correa. Sent¨® a Jo?o F¨¦lix, que ya interioriza que sus partidos son de una hora. En Zorrilla, ni por la izquierda, ni por la derecha pudo dejar un detalle. A¨²n faltaba f¨²tbol y Lemar entr¨® por Koke y Herrera por Morata, exhausto a correr para nada.

Ah¨ª ya s¨ª se meti¨® el Atl¨¦tico en campo contrario para jugar contrarreloj. No le lleg¨®. Solo el tiro al palo de Correa dej¨® una se?al de que quiso ganar desde la ambici¨®n. En realidad, el empate justific¨® a los dos equipos. A un tiro a puerta por barba, el cero a cero es lo normal.