Cazorla: ¡°Algunos esperaban ver a un jugador medio cojo¡±
El ¨²nico superviviente de la Espa?a de los bajitos relata su dura recuperaci¨®n tras dos a?os sin poder jugar y la motivaci¨®n de que su hijo le volviera a ver sobre un campo de f¨²tbol
Santi Cazorla (Lugo de Llanera, Asturias; 34 a?os) es el ¨²ltimo representante de la Espa?a de los bajitos que gobern¨® el f¨²tbol mundial entre 2008 y 2012. Las vetas de canas en sus sienes delatan el paso del tiempo, pero su sonrisa permanente a¨²n ameniza las concentraciones. Su sorprendente regreso a la selecci¨®n, en marzo pasado, se produjo tras superar dos a?os de inactividad por una lesi¨®n en el tend¨®n de Aquiles y una bacteria que le comi¨® ocho cent¨ªmetros del tejido da?ado. Algunos m¨¦dicos le dieron por retirado e incluso le advirtieron de que podr¨ªa perder movilidad para la vida normal. ¡°Cada d¨ªa hago trabajo en la camilla para descargar la zona del tend¨®n. Mi fisio, a ra¨ªz de la lesi¨®n, me advirti¨® de que incluso para la vida normal tengo que cuidar esa zona para no tener dolores. En el tend¨®n ya no siento dolor, en otras zonas s¨ª, porque intento compensar, uso m¨¢s la pierna izquierda. Pero son dolores por sobrecargas. Nada grave que me impida jugar¡±, afirma.
Pregunta. Regresar a la selecci¨®n debi¨® de ser lo ¨²ltimo en lo que pensaba.
Respuesta. Para nada lo pens¨¦, no me esperaba muchas cosas, pero lo de la selecci¨®n mucho menos, era lo m¨¢s remoto que pod¨ªa suceder. Volver a jugar al f¨²tbol ya era un ¨¦xito. ?Imag¨ªnese poder optar ahora a ir a la Eurocopa! Era impensable, lo estoy disfrutando, pero tambi¨¦n tengo que asimilarlo.
P. Un encuentro con el presidente del Villarreal, Fernando Roig, y su excompa?ero Marcos Senna fue clave en su vuelta.
R. S¨ª, yo estaba haciendo la recuperaci¨®n entre Vitoria y Salamanca y el Villarreal jugaba en Mendizorroza. Me puse en contacto con Senna y con Fernando para ver si pod¨ªa ir al partido y me llamaron para cenar. Me preguntaron c¨®mo estaba de mi lesi¨®n y me dijeron que si necesitaba algo ten¨ªa las puertas abiertas. Estar¨¦ eternamente agradecido a ellos y al club. A partir de ah¨ª, empezamos a tener m¨¢s contacto y me ofrecieron ir a entrenar all¨ª sin ning¨²n tipo de presi¨®n para luego, seg¨²n me vieran, decidir si me hac¨ªan o no contrato.
P. El contrato fue de meritorio, un fijo m¨¢s una cantidad por partido jugado. ?Lo vio bien?
R. Es normal. ?Qui¨¦n iba a poner la mano en el fuego por un jugador que llevaba dos a?os sin jugar por una lesi¨®n tan grave y con una edad importante? Era consciente de que ese era el contrato que me pod¨ªa esperar. Yo ten¨ªa que demostrar a todo el mundo que pod¨ªa volver a jugar.
P. Le dijeron que con que tocara bien el bal¨®n era ya suficiente.
R. Cuando empec¨¦ a entrenar, ellos esperaban ver a un jugador en peores condiciones, medio cojo o con muchos problemas, pero yo ven¨ªa entrenando en solitario y ten¨ªa buenas sensaciones. Creo que se sorprendieron desde el primer d¨ªa de ver lo bien que hab¨ªa llegado. Eso fue bueno para el club y para m¨ª.
P. Tras varios diagn¨®sticos que le recomendaban retirarse, solo usted parec¨ªa creer.
R. En dos a?os hay momentos de todo tipo, de querer tirar la toalla porque no avanzas, pero querer demostrar a la gente que, como es normal, daba por hecho que no volver¨ªa a jugar, era una motivaci¨®n extra. El esfuerzo de mis hijos y de mi mujer, de mi familia, tambi¨¦n quer¨ªa compensarlo volviendo a jugar.
P. ?Sus hijos fueron un impulso definitivo?
Era una motivaci¨®n que mi hijo me volviera a ver jugar, lo disfruta
R. Mi hijo es un enfermo del f¨²tbol ¡ªa mi hija le gusta menos¡ª, y me preguntaba por qu¨¦ no jugaba y qu¨¦ problema ten¨ªa. Era dif¨ªcil explic¨¢rselo, solo ten¨ªa ocho a?os y no lo entend¨ªa. Era una motivaci¨®n que ¨¦l me volviera a ver jugar y ahora lo disfruta.
P. ?Qu¨¦ fue lo m¨¢s duro?
R. Separarme de mis hijos. Pasaba de lunes a viernes fuera de casa, el fin de semana volv¨ªa a Asturias, y el lunes me volv¨ªa a ir. Fue muy duro cuando ellos lo dieron como algo rutinario. Mi hijo me dec¨ªa: ¡°Te vas y ya no te veo hasta el viernes¡±. En esos momentos es cuando me plante¨¦ si merec¨ªa la pena seguir adelante. Eran una o dos horas, pero luego ya cambiaba el chip y volv¨ªa trabajar para regresar.
P. Su presencia en la selecci¨®n puede interpretarse como que el relevo generacional no ha terminado de darse.
R. No lo s¨¦, s¨ª es verdad que la edad influye en pensamientos dirigidos a si se est¨¢n haciendo bien las cosas, pero la edad es un n¨²mero y el seleccionador no lo mira. No creo que porque vengan jugadores como yo, como Jes¨²s [Navas] o como Ra¨²l [Albiol], quiera decir que el seleccionador no est¨¦ eligiendo bien. Los j¨®venes tienen que ir aportando cosas a la selecci¨®n. El relevo s¨ª se ha dado, lo que sucede es que no se han conseguido t¨ªtulos. El problema es que lo que se ha logrado antes hace que las nuevas generaciones tengan m¨¢s presi¨®n.
P. ?Qu¨¦ piensa cuando se compara esta selecci¨®n con la de la ¨¦poca dorada?
R. Es un error, porque cada generaci¨®n tiene su estilo. Estos son otros futbolistas y compararlos con una generaci¨®n que logr¨® algo que va a tardar en volver a conseguirse es meterles presi¨®n a los que est¨¢n llegando. Hay que darles confianza, ahora tambi¨¦n hay futbolistas de calidad.
P. Para usted que jug¨® con los bajitos, las sensaciones en el campo no deben de ser las mismas que ahora, ?no?
R. Est¨¢ claro, cada futbolista es diferente y el estilo de jugadores que ten¨ªamos antes no es el de ahora. Si nos ponemos a ver futbolistas como Silva, Iniesta, Xavi, Xabi Alonso... Ahora tenemos a Fabi¨¢n, que es un jugador espectacular, pero con otras caracter¨ªsticas, a Sa¨²l que es igual... Entonces, el estilo cambia, pero no tiene que ser ni mejor ni peor. Igual es una selecci¨®n m¨¢s f¨ªsica, pero la filosof¨ªa es la misma. El seleccionador nos quiere inculcar que la base para el ¨¦xito es jugar a la pelota, que es lo que sabemos hacer. Tenemos esos jugadores f¨ªsicos con llegada, pero el estilo sigue siendo el control del bal¨®n y crear peligro jugando desde atr¨¢s. La idea no ha cambiado, pero hay que adaptarse al tipo de futbolistas que se tienen.
Antes el aspecto t¨¦cnico mandaba. Ahora sufres si no igualas lo f¨ªsico
P. El mismo problema que ten¨ªan en la etapa final del Del Bosque aparece de nuevo: la dificultad para ser da?inos con el toque cuando los rivales se encierran.
R. Es verdad que en la ¨²ltima etapa con Vicente nos costaba porque ten¨ªamos mucha gente por detr¨¢s del bal¨®n y pocos por delante, ten¨ªamos mucho la posesi¨®n, los rivales se encerraban y era dif¨ªcil crear ocasiones. Ahora tenemos que aprovechar esos jugadores de segunda l¨ªnea que tenemos o a otros como Sarabia, con desborde y que aparecen para generar peligro.
P. Hay jugadores y entrenadores que dicen que ya no se puede jugar como hace ocho a?os, que el paradigma a seguir es el de las transiciones r¨¢pidas del Liverpool de Klopp.
R. El f¨²tbol ha cambiado, el aspecto f¨ªsico lo ha igualado todo mucho m¨¢s. Antes, el equipo m¨¢s t¨¦cnico marcaba las diferencias, ahora cuando no igualas lo f¨ªsico sufres.
P. ?C¨®mo se ha adaptado a este f¨²tbol m¨¢s f¨ªsico e intenso?
R. He tenido que cambiar, ser m¨¢s inteligente para leer mejor los partidos en lo individual y en lo colectivo. Tengo una edad y el f¨ªsico cada d¨ªa va a peor.
P. Del Bosque le ve¨ªa como el sustituto de Xavi y Wenger ya le hizo jugar de mediocentro.
R. Es una posici¨®n a la que me he ido adaptando. Antes jugaba m¨¢s en banda o de segunda punta. Me siento c¨®modo porque entro mucho en juego.
P. Le habr¨¢ venido bien ser ambidiestro.
R. S¨ª, en banda solo puedes ir hacia dentro porque est¨¢ la l¨ªnea. Centrado tienes salida por los dos lados.
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