Un derbi vasco a pecho descubierto
Athletic y Real chocar¨¢n en Sevilla tras vivir ¨¦pocas de hermanamiento y varios conflictos por el traspaso de jugadores
Ser¨¢ la primera final entre los dos grandes emblemas del f¨²tbol vasco. Salvo la de 1910, con una Real disfrazada con otro nombre (Vasconia), nunca antes el equipo donostiarra y el Athletic se hab¨ªan jugado el t¨ªtulo en un mano a mano, a pecho descubierto. Por primera vez en la centenaria historia del t¨ªtulo copero, habr¨¢ un derbi vasco con un gran vencedor y un rival humillado, en una de esas citas que se cuentan de padres a hijos.
En la ¨²ltima etapa prodigiosa de los dos equipos, la de los a?os ochenta, hubo dos enfrentamientos ¨Cen 1982 y en 1984¨C, en los que el ¨²ltimo partido de Liga entre ambos decid¨ªa el vencedor del campeonato, pero ni el Athletic se emple¨® a fondo en Atocha el a?o que la Real gan¨® su segunda Liga consecutiva, ni el equipo txuriurdin le puso demasiado empe?o en San Mam¨¦s, dos a?os m¨¢s tarde. Ambos partidos acabaron 2-1, y pese a las protestas generales de los protagonistas, todav¨ªa ahora, acerca del rendimiento que ofrecieron, el consenso general en aquella ¨¦poca turbulenta en la calle propiciaba el hermanamiento, aunque no hubiera un acuerdo t¨¢cito. De hecho, los futbolistas de aquellas plantillas impresionantes se reunieron m¨¢s de una vez a comer juntos en el restaurante Talaipe de Getaria.
Se llevaban bien, simplemente, aunque a?os despu¨¦s se enrareci¨® el ambiente, cuando la Real empez¨® a acusar la voracidad de su vecino, m¨¢s poderoso econ¨®micamente. El pago de la cl¨¢usula de rescisi¨®n de Joseba Etxeberria en 1995, por 500 millones de pesetas, fue el gran agravio que en Donostia no han perdonado todav¨ªa. Las heridas se reabrieron con I?igo Mart¨ªnez hace a?o y medio, con el caso Zubiaurre por medio de ambos sucesos. Que la Real decidiera cambiar gratuitamente a sus aficionados las camisetas estampadas con el nombre de I?igo Mart¨ªnez no fue un gesto balad¨ª. Del primer conflicto ha pasado ya m¨¢s de un siglo. Fue en noviembre de 1909. Por culpa de un fuera de juego en un partido jugado en Ondarreta. Marc¨® Mac Guinnes para San Sebasti¨¢n y los bilba¨ªnos protestaron el tanto. Se produjo una fuerte bronca. Seg¨²n los cronistas ?algunos del p¨²blico se condujeron muy incorrectamente?
¡°L¨¢stima grande que no hubieran sabido combinarse mejor los delanteros. Entonces no se hubieran dejado llevar la Copa¡±. El peri¨®dico donostiarra La Constancia, ¨Cdiario ¨ªntegro fuerista¨C, se lamentaba as¨ª tras el partido Vasconia-Athletic, jugado el 20 de marzo de 1910, hace 110 a?os, la primera y ¨²ltima vez que bilba¨ªnos y donostiarras (bajo el nombre de Vasconia) se encontraron en una final de Copa.
La Real hab¨ªa nacido poco antes y seg¨²n los estatutos de la competici¨®n, no pod¨ªa disputar con ese nombre el t¨ªtulo por no tener la antig¨¹edad suficiente, pero como el torneo se celebraba en San Sebasti¨¢n porque el anterior ganador fue el Club Ciclista, la Real jug¨® bajo el nombre de Vasconia, un club m¨¢s antiguo. Y perdi¨®, con un gol de Remigio Iza en el minuto 56 a pase del ingl¨¦s Burns. Era la primera final que el Athletic jugaba vestido de rojo y blanco, y la primera trifulca. Seg¨²n las cr¨®nicas de la prensa vizca¨ªna, ¡°los bilba¨ªnos presentes en el campo se volv¨ªan locos de alegr¨ªa. Hab¨ªan logrado su ilusi¨®n, vencer al club donostiarra, pero su ¨¢nimo no se pudo calmar hasta que concluy¨® el match¡±. Hubo incidentes, ruidosas protestas y al final se intent¨®, ¡°por unos cuantos cafres¡±, agredir a los triunfadores lanz¨¢ndoles piedras.
Fue una final curiosa. El campeonato provoc¨® un cisma porque Athletic, Vasconia y Real Madrid se negaron a disputarlo en la capital, sede hasta entonces de todas las finales. M¨¢s de un siglo despu¨¦s, los dos finalistas habr¨ªan estado encantados de jugar el partido en Madrid, por la distancia y el aforo. No hay m¨¢s antecedentes de finales entre el Athletic y la Real, aunque s¨ª dos m¨¢s entre un equipo vizca¨ªno y otro guipuzcoano. En 1913, el Racing de Ir¨²n le gan¨® al Athletic (1-0) y en 1927, el Real Uni¨®n al Arenas de Getxo (1-0).
¡°Me gustar¨ªa jugar contra el Athletic, ser¨ªa bonito para Euskadi¡±, apunt¨® el mi¨¦rcoles Imanol Alguacil, tras ganar en Miranda y asegurarse una plaza por la disputa del t¨ªtulo. Se cumplieron los deseos del entrenador nacido en Orio, donde reside, a cinco kil¨®metros de Zarautz ¨Capenas les separa un peque?o puerto de monta?a por la N-634¨C, el lugar en el que vive Gaizka Garitano, t¨¦cnico del Athletic, que se afinc¨® all¨ª cuando era jugador realista. Sus hijos van al mismo instituto en Orio y son amigos.
La final entre los dos equipos vascos provocar¨¢ un impresionante desplazamiento hasta Sevilla. El lleno est¨¢ garantizado. Se prev¨¦ que las dos aficiones agoten las entradas que reciban por parte de la Federaci¨®n Espa?ola. En principio, el organismo federativo planea dedicar la mayor parte de las localidades de La Cartuja (aforo de 60.000 espectadores) a ambos clubes, alrededor de 21.000 por equipo, aunque reservar¨¢ otras 15.000 a sus patrocinadores y federaciones territoriales. En ese nicho intentar¨¢n rascar tambi¨¦n los seguidores de ambos clubes que se queden sin localidad en el reparto. El Athletic lo tendr¨¢ m¨¢s complicado a la hora de adjudicarlas. Tiene 43.555 socios por 35.000 de la Real Sociedad, que ha llegado a su m¨¢ximo de abonados despu¨¦s de la ampliaci¨®n y remodelaci¨®n de Anoeta.
El desplazamiento tambi¨¦n ser¨¢ un problema. De hecho, una gran parte de los seguidores realistas que viajen en avi¨®n deber¨¢n hacerlo v¨ªa Bilbao para volar. Entre Donostia y Sevilla hay 916 kil¨®metros, 55 m¨¢s que desde la capital vizca¨ªna, pero la ausencia de trenes de alta velocidad complica el desplazamiento, que en la mayor¨ªa de los casos tendr¨¢ que ser por carretera o por v¨ªa a¨¦rea, y el aeropuerto de Hondarribia no parece ser capaz de absorber todo el tr¨¢fico.
En Sevilla hay alrededor de 23.000 plazas hoteleras, y despu¨¦s de los resultados de Athletic y Real Sociedad en el partido de ida, los precios de los hoteles en Sevilla se incrementaron exponencialmente. Muchos aficionados de ambos equipos comenzaron entonces a reservar habitaciones. Algunos ya lo hab¨ªan hecho antes, y en algunos casos, esas reservas a precios razonables les fueron rechazadas d¨ªas m¨¢s tarde, al incrementarse los precios. De hecho, las oficinas del consumidor en Bilbao y Donostia han recibido varias denuncias al respecto.
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