Eusebio: ¡°Con Ronaldinho nos quedamos boquiabiertos, era otro mundo¡±
El excentrocampista y exentrenador recuerda la impresi¨®n que caus¨® el brasile?o cuando lleg¨® al Bar?a por su uni¨®n de f¨ªsico, talento y carisma
A Ronaldinho de Assis (R¨ªo Grande del Sur, Brasil; 40 a?os) le quieren los padres y los hijos, como bien sabe Eusebio Sacrist¨¢n (La Seca, Valladolid; 56), instado por su ni?a a viajar a Barcelona cuando supo de la presencia del futbolista en un acto vinculado al Bar?a. Y Eusebio, que form¨® parte del equipo de Frank Rijkaard que entren¨® al brasile?o, atendi¨® el deseo de Seema y fue al encuentro de Ronaldinho, igual de feliz en una gala que en el Camp Nou. ¡°Fascinaba por igual a los mayores y a los peque?os¡±, recuerda Eusebio. ¡°Los ni?os le idolatraban como a un mago¡±, sobre todo a los m¨¢s conocidos porque tuvieron la suerte de acudir con sus padres a los entrenamientos del Gaucho en el Camp Nou.
Aquel Bar?a fue una gran familia que cautiv¨® al mundo con la luz de Ronaldinho. El brasile?o sac¨® al club de la oscuridad con su sonrisa de chico feliz y conquist¨® el f¨²tbol con un juego que embrujaba a compa?eros, rivales y a los t¨¦cnicos como Eusebio, el volante que de peque?o quer¨ªa ser como su paisano Julio Carde?osa y de mayor se felicitaba por jugar con Michael Laudrup y el Dream Team. La cultura cruyffista y el ascendiente ajaccied fueron decisivos para el triunfo del delantero fichado por Sandro Rosell del PSG en 2003 en el inicio de la presidencia de Joan Laporta.
¡°Aunque sab¨ªamos del inter¨¦s del Madrid, su llegada fue una sorpresa para varios de nosotros¡±, cuenta Eusebio. ¡°No le conoc¨ªamos mucho, seguramente porque ven¨ªa de una liga menos vista como la francesa, y porque en 2003 no hab¨ªa tantas referencias sobre los futbolistas; la informaci¨®n era m¨¢s escasa¡±, a?ade. ¡°Al verle nos quedamos boquiabiertos. Me pareci¨® un futbolista de otra dimensi¨®n, que ven¨ªa de un mundo distinto, un personaje espectacular porque ten¨ªa f¨ªsico, talento y carisma, condiciones que le hac¨ªan ¨²nico. Un prodigio¡±, remacha Eusebio.
A veces, cuando conduc¨ªa la pelota y descontaba contrarios, como en el Bernab¨¦u el 19 de noviembre de 2005, d¨ªa en que la hinchada se levant¨® para ovacionar sus dos goles (0-3), Ronaldinho parec¨ªa un pura sangre en busca de la meta: ¡°Yo flipo¡±, afirm¨® Casillas. ¡°Ya fuera por su gen¨¦tica o porque jug¨® mucho en la arena de la playa, ten¨ªa un f¨ªsico privilegiado, cosa que en aquellos tiempos no era frecuente. La preparaci¨®n todav¨ªa no era tan sofisticada, no se hablaba de par¨¢metros atl¨¦ticos y cient¨ªficos ni del poder¨ªo y de la fortaleza de los jugadores, de manera que Ronaldinho marcaba diferencias por su potencia muscular¡±, subraya Eusebio.
El Gaucho ¡°se iba de todos¡± por piernas y por cabeza, dotado de un tren inferior ¨²nico y de un cat¨¢logo de gestos t¨¦cnicos ¡°propios del jugador de f¨²tbol sala. Ten¨ªa velocidad y habilidad para proteger y manejar la bola, aspecto m¨¢s propio de los jugadores ligeros que de los grandes como ¨¦l¡±, explica Eusebio. ¡°No solo pisaba muy bien el bal¨®n sino que se giraba, regateaba, culebreaba. Ten¨ªa talento, era imaginativo y le pegaba muy bien al bal¨®n; su golpeo con el interior o el empeine era potente e intenso; los pases llegaban antes y los disparos eran impredecibles¡±, remacha Eusebio.
Queda tambi¨¦n para el recuerdo el gol en Stamford Bridge que no evit¨® la eliminaci¨®n de la Champions 2005. Un tiro con la puntera solo al alcance de un malabarista con un pie que pareci¨® un palo de golf: ¡°?Qu¨¦ ha hecho?¡¯, nos preguntamos en el banquillo¡±, cuenta Eusebio. ¡°Ingenioso¡±. El Gaucho desequilibraba por su calidad y seduc¨ªa por su manera l¨²dica de entender el juego: ¡°Se divert¨ªa y divert¨ªa, jugaba con alegr¨ªa y pasi¨®n, era efectivo y brillante, atractivo¡±, remata el t¨¦cnico de La Seca.
¡°La gente se lo pasaba bien vi¨¦ndole jugar; su risa era contagiosa. Ten¨ªa encanto¡±, sintetiza Eusebio. El Gaucho estremeci¨® el Camp Nou nada m¨¢s llegar, el 3 de septiembre de 2003, cuando marc¨® un gol en una jugada de porter¨ªa a porter¨ªa en el Bar?a-Sevilla. El partido se disput¨® a las 00.05 con un vaso de gazpacho mientras Barcelona dorm¨ªa y el Observatorio Fabra registr¨® un movimiento s¨ªsmico en el estadio por el golazo de Ronaldinho. Aquella bella bestia era tan incontrolable que para explotar requiri¨® la intervenci¨®n de los t¨¦cnicos del Bar?a.
Rijkaard desmont¨® el 4-2-3-1 que dejaba a Xavi y Cocu en inferioridad en la divisoria y llen¨® el medio campo con el refuerzo invernal de Davids mientras liberaba a Ronaldinho: ¡°Aunque part¨ªa como falso extremo izquierdo sin responsabilidades defensivas, enganchaba como media punta¡±, observa Eusebio. El despegue fue inmediato y para el recuerdo quedan y acciones pl¨¢sticas tan recordadas como la espaldinha con la que burl¨® al Zaragoza. ¡°Fue un jugador de fantas¨ªa¡±, insiste Eusebio, ¡°bailaba¡±.
Ronaldinho fue imparable mientras aspir¨® a ser el n¨²mero 1. Alcanzada la cumbre, se despe?¨® y en su ca¨ªda arrastr¨® al equipo y al club, como si todos quisieran ser c¨®mplices del fracaso como lo hab¨ªan sido del ¨¦xito, desde Laporta a Rijkaard. El brasile?o que jugaba a la velocidad de la luz pas¨® a jugar a c¨¢mara lenta, ya no hab¨ªa ambici¨®n en su f¨²tbol y, sin embargo, nadie protest¨® en el Camp Nou. Hubo mucha autocomplacencia porque se impon¨ªa la bondad en el Bar?a. ¡°No supimos apretar, aquel Bar?a tan bonito no tuvo continuidad y con el tiempo piensas que pudimos alargarlo un poco m¨¢s. ?Desaprovechado? Tampoco. Aquello sirvi¨® igual para incentivar al equipo de Guardiola¡±, acaba Eusebio. A Ronaldinho se le ha podido ver desde entonces en muchos sitios ¡ªincluso en la c¨¢rcel¡ª, y pocas veces en un campo, ¡°pero todos le seguimos teniendo mucho cari?o¡±, subraya Eusebio.
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