Garralda: ¡°Cruz Ibero me ense?¨® que no basta con trabajar como una mula¡±
El campe¨®n del mundo de balonmano en 2005 y t¨¦cnico de Chile recuerda el impacto a los 18 a?os de una charla del seleccionador j¨²nior
A los 18 a?os, Mateo Garralda pensaba que lo hac¨ªa todo bien, como buen adolescente. Su mentalidad en el vestuario, recuerda, era o¨ªr, ver y callar. ¡°Me esforzaba todo lo que me daba el cuerpo, como una mula. Yo llegaba, me cambiaba y me pon¨ªa a trabajar. Mi relaci¨®n con el resto del equipo no era ni buena ni mala¡±, reconoce el exjugador de balonmano de 50 a?os, campe¨®n del mundo en 2005 y actual t¨¦cnico de Chile. Hasta que un d¨ªa, en medio de un entrenamiento con la Espa?a J¨²nior previo a un campeonato, el seleccionador, Cruz Ibero, lo llam¨® a cap¨ªtulo. ¡°Mira, Mateo, no vale con ser un buen jugador¡±, le dijo de profesor a alumno. ¡°T¨² vas a lo tuyo, pero debes implicarte mucho m¨¢s, conectar con tus compa?eros y aglutinar voluntades para un fin com¨²n¡±.
Aquella advertencia sorprendi¨® al joven Garralda, un martillo ya a esas alturas en una generaci¨®n brillante. ¡°Cre¨ªa que hac¨ªa las cosas bien, pero esa charla me dio un punto que no era capaz de ver hasta entonces¡±, confiesa. Esas palabras se le quedaron grabadas. No provocaron, eso s¨ª, un cambio inmediato de actitud, ni tampoco un rechazo; dej¨® que las cosas fluyeran. ¡°Instintivamente, esper¨¦ a que llegara el momento, no me impuse a nadie¡±, comenta. ¡°Y un a?o y medio despu¨¦s, el Granollers [su club] se renov¨® por completo y dej¨® una plantilla muy joven. Ah¨ª s¨ª di un paso adelante, y me sent¨ª muy c¨®modo. Fue el punto de inflexi¨®n¡±, apunta.
Las palabras de Cruz Ibero hab¨ªan hecho palanca y hab¨ªan despertado el esp¨ªritu colectivo del lateral derecho. ¡°Me ten¨ªa mucho cari?o porque ¨¦ramos del mismo pueblo. Me cogi¨® en palmitas, me exig¨ªa¡±, se?ala el navarro, que admite que hace mucho que no sabe de ¨¦l. ¡°S¨ª he hablado con su hijo, que naci¨® durante el Mundial J¨²nior del 89, en Galicia. Su padre no estaba all¨ª y todos en el equipo ve¨ªamos c¨®mo sufr¨ªa. Hace 30 a?os eso era normal, no fue el ¨²nico que se perdi¨® el nacimiento de un hijo por una responsabilidad deportiva¡±, apunta el siete veces medallista con Espa?a, s¨¦ptimo con m¨¢s partidos internacionales (233) y noveno m¨¢ximo goleador (593), adem¨¢s de ganador de seis Copas de Europa y ocho de Ligas.
Cruz Ibero lleva un cuarto de siglo retirado del balonmano y de los focos. Cuesta trabajo encontrarlo. En 1995, cuando acab¨® su etapa de dos a?os en la selecci¨®n absoluta, lo dej¨® y se apart¨®. ¡°No quer¨ªa irme con la maletica a recorrerme el mundo¡±, afirma ahora a sus 70 a?os desde Francia, donde le ha pillado la pandemia. ¡°La verdad es que no recuerdo aquella conversaci¨®n con Mateo. Es que tuve muchas con ¨¦l¡±, suelta sincero. ¡°Fui seis a?os seleccionador j¨²nior y siempre me preocup¨® m¨¢s la formaci¨®n personal que la deportiva. Por eso hablaba mucho con ellos¡±.
T¨¦cnico de una generaci¨®n dorada
Por sus manos y sus ense?anzas pas¨® una camada dorada, con Garralda, David Barrufet o Enric Masip, dos veces subcampeones del mundo en categor¨ªas inferiores, el germen de las primeras medallas grandes, la plata europea y el bronce ol¨ªmpico de 1996. Antes hab¨ªa sido ayudante de Juan de Dios Rom¨¢n en el Atl¨¦tico, t¨¦cnico del hist¨®rico Helios y portero-entrenador del Bofarull. ¡°Una vez vi un v¨ªdeo donde exjugadores calificaban a antiguos seleccionadores. Uno dijo de m¨ª que era como un padre. Al principio me afect¨® un poco, pero era cierto¡±, cuenta. ¡°Lo recuerdo muy did¨¢ctico y pasional. Se mov¨ªa mucho por emociones, era todo coraz¨®n. En esto me parezco a ¨¦l¡±, lo define Garralda. Sin embargo, el balonmano se acab¨® pronto para este pamplon¨¦s, que sigui¨® ejerciendo de profesor de Educaci¨®n F¨ªsica hasta su jubilaci¨®n.
La lecci¨®n de Cruz Ibero a su disc¨ªpulo a finales de los ochenta es la misma que le ha tocado dar d¨¦cadas despu¨¦s Mateo Garralda a jugadores suyos cuando pas¨® a dirigir equipos en 2012. ¡°Lo he hecho en dos ocasiones. Les cont¨¦ lo mismo que me dijeron a m¨ª. Que cuanto m¨¢s peso deportivo, m¨¢s responsabilidad tienes con tus compa?eros para liderar, empujar y saber dar un paso atr¨¢s. Lo entendieron y el cambio fue espectacular¡±, se felicita ahora desde Santiago de Chile, adonde lleg¨® en 2016 y aspira a quedarse hasta los Juegos Panamericanos de 2023, feliz en la ciudad y fascinado con el desierto de Atacama.
Quiz¨¢s en aquella reprimenda de Cruz Ibero se gest¨® uno de los mejores gestos y an¨¦cdotas en la carrera de un tipo tan volc¨¢nico como Garralda. Nada m¨¢s aterrizar en Barcelona con el bronce ol¨ªmpico de Atlanta 96, se march¨® a un orfebre que viv¨ªa cerca de su casa y le pidi¨® que le cortara en dos la medalla para darle la mitad a Enric Masip, a quien se lo hab¨ªa prometido tras romperse un dedo de un pie en el Europeo anterior. Por suerte, el platero, estupefacto ante semejante encargo, le propuso cortarla por el canto con una sierra para suavizar el estropicio. Cuando ambos volvieron a verse en el vestuario del Bar?a, el navarro le entreg¨® el paquete como quien trae unas chocolatinas compradas en el ¨²ltimo momento en el aeropuerto y el catal¨¢n, al descubrir lo que hab¨ªa dentro, sali¨® corriendo a buscarle al grito de ¡°est¨¢s loco¡±.
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