Banega tira del pelo a Conte y dirige la remontada
El centrocampista comanda al Sevilla despu¨¦s de provocar al entrenador rival dici¨¦ndole que quer¨ªa verificar si llevaba peluca. "Me despido como me merezco", asegura
Dijo ?ver Banega que se quer¨ªa despedir del Sevilla por la puerta grande, tras firmar en enero por el Al-Shabab saud¨ª. Culminada la final de Colonia con la sexta Copa de Liga Europa para el Sevilla despu¨¦s de una primavera y un verano marcados por la pandemia de coronavirus, este centrocampista de esp¨ªritu amateur por fin se hizo justicia a s¨ª mismo. Ya con el trofeo en la mano, apunt¨® a la ofrenda que procurar¨¢ a la afici¨®n: ¡°Ahora me toca despedirme como creo que me merezco¡±.
Pocos jugadores hicieron m¨¢s que Banega por arrojar su carrera al sumidero de la irrelevancia. No lo consigui¨® porque su largo rosario de dislates, desde que desembarc¨® en el Valencia en 2008, pes¨® menos que su tonelada de virtudes. Ese dominio del espacio, esa visi¨®n perif¨¦rica que abarca a propios y extra?os, y ese sentido del pase que comunica la jugada con todos los perfiles de su pie derecho, le sirvieron para empatizar con sus compa?eros y para elevar a sus equipos hasta lo sublime en los d¨ªas en que no se dej¨® arrastrar por la pulsi¨®n autodestructiva. La final de Colonia fue una de esas fechas. Se le not¨® en la mirada brillante que lanz¨® a Antonio Conte cuando el t¨¦cnico italiano se desga?it¨® en la banda pidiendo penalti a Lukaku. Estaba picado. Que aprovechara el revuelo para tirar de un mech¨®n de la c¨¦lebre melena implantada del entrenador italiano fue sintom¨¢tico de su inclinaci¨®n estrafalaria. ¡°Quer¨ªa ver si era una peluca¡±, le dijo, seg¨²n La Gazzetta dello Sport. Fuera de s¨ª, Conte le amenaz¨® con ajustar cuentas en los vestuarios.
Banega entr¨® al partido con mal pie. En el minuto dos, despu¨¦s de una jugada a bal¨®n parado que acab¨® con remate de Fernando en el ¨¢rea del Inter, fue a proteger la pelota rechazada sin la suficiente tensi¨®n y Barella se la rob¨®. El contragolpe desemboc¨® en el gol de Lukaku de penalti. Diego Carlos no le dio opci¨®n al ¨¢rbitro y los gritos de Conte exigiendo justicia desataron la tragicomedia. Fue el punto de partida de una remontada que si no fue ag¨®nica fue porque el Sevilla se apoy¨® en Banega.
Volcado sobre su portero con cinco defensas para lanzar la contra con Lukaku y Lautaro, el Inter tuvo cierto dominio sobre las ¨¢reas pero perdi¨® la iniciativa cada vez que la pelota circul¨® por la hierba del mediocampo. Ah¨ª prosper¨® el plan de Lopetegui, que supo apuntalar a Fernando, Jord¨¢n y Banega con cada una de las intervenciones de Navas, Reguil¨®n y Suso, todos participativos de un juego org¨¢nico. Todos reparti¨¦ndose la superficie de la cancha de forma m¨¢s arm¨®nica que sus rivales, tan devotos como aislados en la zona ancha del campo. Las distancias recorridas comparadas de los interiores reflejaron parte de esta realidad. Pasada la primera mitad de partido, Brozovic, Barella y Gagliardini hab¨ªan recorrido cada uno m¨¢s de 5.5 kil¨®metros. Los del Sevilla rondaban el umbral de los 5 kil¨®metros.
A sus 32 a?os, no muy sobrado de resistencia f¨ªsica, Banega fue beneficiario y benefactor. El modelo lo ayud¨® a gestionar su energ¨ªa y ¨¦l ayud¨® a sus compa?eros a sobrellevar un partido jugado con el aire enrarecido de las remontadas. Al descanso el Sevilla dominaba la situaci¨®n con el 60% de la posesi¨®n.
El primer gol del Inter comenz¨® por Banega. El primer gol del Sevilla, tambi¨¦n. Pasados los diez minutos, se asoci¨® con Navas ¡ªsu gran c¨®mplice¡ª y junto a Suso y Jord¨¢n armaron la asistencia que remat¨® De Jong con un frentazo. La combinaci¨®n, por refinada, desbarat¨® la defensa que dirig¨ªa God¨ªn.
Vuelo a Reguil¨®n y Navas
Banega fue elegido mejor jugador del partido en la final de la Liga Europa que gan¨® con el Sevilla en 2015. En su tercera final ¨Ctambi¨¦n jug¨® y gan¨® en la de 2016¨C manej¨® la situaci¨®n con el punto justo de fiebre y pausa, moviendo a las alas ¡ªReguil¨®n y Navas¡ª al ritmo m¨¢s demoledor posible para los rivales, que iban siempre tarde a las coberturas. Superados por n¨²mero y por velocidad de circulaci¨®n, los volantes del Inter casi nunca consiguieron anticiparse a las construcciones del Sevilla. Cuando Barella quiso frenar a su contraparte tuvo que hacerle falta. Gracias a una lateral, Banega ejecut¨® el lanzamiento que De Jong cabece¨® en el segundo palo despu¨¦s de uno de los desmarques m¨¢s largos que se recuerdan en una jugada a bal¨®n parado. Dio la impresi¨®n de cosa ensayada. Si este galimat¨ªas fue producto de un c¨¢lculo, el argentino puso el bal¨®n con la precisi¨®n de un relojero.
Pasados los 70 minutos, el mediocentro marc¨® jugada como un quarterback y volvi¨® a clavar el lanzamiento lateral de falta. El gol de Diego Carlos le hizo los honores. Antes de levantar la Copa, se dirigi¨® a los empleados del Sevilla que se agitaban en la grada y les salud¨® como quien ya se va.
¡°Es un momento emotivo y triste porque me toca marcharme del club de mi vida¡±, dijo en Movistar, tras la velada. ¡°Me voy con otro t¨ªtulo gracias a mis compa?eros que me han ayudado a cumplir un sue?o. Me voy con la cabeza bien arriba. Este grupo se ha unido por encima de todas las cosas. Gracias a eso hemos llegado a lo m¨¢s alto¡±.
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