El ejemplar modelo de transici¨®n del Bayern
El club b¨¢varo ha transformado un momento de grave dificultad en todos los grandes equipos en uno de los relevos generacionales m¨¢s suaves, engrasados y eficaces que se recuerdan
Necesit¨® una actuaci¨®n estelar de Neuer, pero el Bayern mereci¨® la victoria en la final de la Copa de Europa, donde ha culminado un a?o inolvidable, conquistado de punta a punta, sin un borr¨®n. Ha ganado todos los partidos en la Bundesliga, Copa Alemana y Liga de Campeones, excepto el empate con el RB Leipzig, el 9 de febrero, hace un mill¨®n de a?os m¨¢s o menos. En la Copa de Europa ha disputado 11 encuentros, todo victorias, 43 goles a favor y ocho en contra. Este Bayern ha ingresado en la categor¨ªa de los equipos m¨ªticos. Desde la perspectiva futbol¨ªstica ha sido un compendio de jerarqu¨ªa, vigor, despliegue ofensivo, convicci¨®n, compromiso colectivo y belleza. No se puede pedir m¨¢s de un equipo.
No siempre gan¨® el Bayern las finales que merec¨ªa. Derrot¨® al Leeds (1975) y Saint Etienne (1976) en partidos donde fue inferior o encontr¨® el gol de Schwarzenbeck en el ¨²ltimo minuto de la pr¨®rroga contra el Atl¨¦tico de Madrid, antes de ganar la repetici¨®n del encuentro. Tambi¨¦n perdi¨® finales que debi¨® ganar, frente al Aston Villa en 1972 y el Manchester United en 1999. En su mejor ¨¦poca, protagonizada por la galaxia Beckenbauer en los a?os 70, fue un equipo especulador que nunca alcanz¨® el vuelo del Ajax.
Ni de lejos remit¨ªan aquellas ediciones a este Bayern ofensivo y brillante, el equipo que ejercer¨¢ de unidad de medida del f¨²tbol en la pr¨®xima temporada y probablemente en los pr¨®ximos a?os. Lo m¨¢s notable de su vertiginosa escalada ha sido el periodo en el que se ha producido, generalmente m¨¢s inclinado a las crisis que a la hegemon¨ªa. El Bayern ha ganado la Copa de Europa a toda clase de equipos: representantes de la poderosa Premier League (Chelsea), el Bar?a de Messi, un colega alem¨¢n empe?ado en crecer desde la nada hasta el lugar que su patrocinador piensa alcanzar (RB Leipzig) y uno de los m¨¢ximos representantes del petrof¨²tbol (Paris Saint-Germain).
Lo ha conseguido en una ¨¦poca transitoria, el socav¨®n al que se precipitan grandes equipos sin el necesario sentido de la anticipaci¨®n. El Bar?a es un ejemplo palmario. El Manchester United, otro. Convertir un a?o de incertidumbre, miedo y pesimismo en una temporada memorable es un trabajo de titanes. Un d¨ªa despu¨¦s de ganar la final, el Bayern sigue estructurado con cuatro veteranos de prestigio, vigentes todos ¡ªNeuer (34 a?os), Boateng (31), Thomas M¨¹ller (30) y Lewandowski (32)¡ª y dos pr¨®ximos capitanes, Alaba (28) y el impagable Kimmich (25). Alrededor de ellos ha emergido un grupo de j¨®venes que han encajado como un guante, despejando todas las dudas en posiciones que estaban cuestionadas: Pavard, Goretzka, Gnabry y Coman, fichado como Kimmich durante el trienio de Guardiola en M¨²nich. Alphonso Davies, el m¨¢s joven y hasta hace poco el m¨¢s desconocido, se ha convertido en una de las grandes sensaciones del f¨²tbol mundial.
Es una perfecta cadena generacional, ensamblada con rapidez y excelente criterio. El Bayern ha transformado un momento de grave dificultad en todos los grandes equipos en una de las transiciones m¨¢s suaves, engrasadas y eficaces que se recuerdan. En esta ocasi¨®n, ni ha gastado fortunas en los fichajes, ni ha esquilmado a sus directos rivales en Alemania. Dos de los futbolistas alemanes m¨¢s apetecibles, Werner y Kai Havertz, jugar¨¢n en el Chelsea. El Bayern ha detectado talento joven aqu¨ª y all¨¢, barato de precio y ha acertado en la pesca. Todav¨ªa hoy se habla del Bayern de Lewandowski, M¨¹ller y Neuer, pero en la final con el PSG nadie destac¨® m¨¢s que Kimmich y Coman, la nueva guardia de un equipo que ha hecho letra g¨®tica en los deberes.
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