Quartararo, un superviviente en el fr¨ªo Montmel¨®

El verano se march¨® puntual, pero sin avisar. Y el h¨²medo calor que acompa?aba al mes de septiembre en el Vall¨¦s catal¨¢n dej¨® paso, de forma repentina, a las lluvias y el viento. Las temperaturas cayeron en picado. Los catalanes cambiaron la manga corta por el jersey. Y los pilotos reci¨¦n llegados a Montmel¨® no tuvieron c¨®mo abrigar sus motos. En el armario no hab¨ªa gomas adecuadas para un asfalto tan fr¨ªo (21?, por los 50 que se registraron en 2019). Se impon¨ªa aparcar la agresividad y cuidar tan bien como fuera posible los neum¨¢ticos. Sobrevivir ser¨ªa ya un ¨¦xito.

Ganar, como lo hizo, otra vez, Fabio Quartararo, el hombre que vol¨® en el horno de Jerez a mediados de julio y que se escap¨® en la nevera en que se convirti¨® Montmel¨® ayer, tan fr¨ªa la pista como vac¨ªas estaban las gradas, fue casi una proeza. No tanto por imponerse a dos Yamaha como la suya, las de Rossi y Morbidelli, con sendos adelantamientos a final de recta, sino sobre todo por lograr abrir un hueco que construy¨® d¨¦cima a d¨¦cima hasta que llegaron esas ¨²ltimas cinco vueltas en que mantenerse encima de la moto empezaba a ser lo m¨¢s complicado.

Las Yamaha, que hab¨ªan dominado todo el fin de semana y se exhibieron como las m¨¢s veloces a una vuelta, tuvieron en Quartararo a su hombre de referencia. Sum¨® su tercer triunfo ¨Ces el ¨²nico con m¨¢s de una victoria¨C y logr¨® gracias tambi¨¦n al cero de Dovizioso (fue arrastrado por Zarco en la salida) asaltar el liderato del Mundial. En cambio, no resisti¨® Morbidelli (cuarto) el acecho final de las Suzuki; cometi¨® un error Rossi cuando rodaba segundo, a poca distancia de Fabio todav¨ªa, y se fue al suelo a nueve vueltas del final; y se desinfl¨® en los primeros giros, como tantas veces antes, Vi?ales, lastrado por una mala salida, finalmente noveno tras caer hasta la 16? posici¨®n.

Ninguno hab¨ªa acertado a asegurar cu¨¢ndo empezar¨ªa a caer el rendimiento de las gomas, pero todos advert¨ªan que en cuanto eso ocurriera habr¨ªa que correr a la desesperada. S¨¢lvese quien pueda.

Y se salv¨® antes que nadie el franc¨¦s, que complet¨® el ¨²ltimo giro con la goma trasera destruida, tres segundos m¨¢s lento que al inicio, y con la congoja de saberse perseguido por dos pilotos, Mir y Rins, que llegaban lanzados gracias al delicado empuje de su Suzuki, especialmente constante en carrera, tan respetuosa con los neum¨¢ticos que apenas acusaron sus tiempos el desgaste. Miraba atr¨¢s, de reojo, el franc¨¦s, al tiempo que los dos espa?oles se conformaban con el podio. No les quedaron vueltas para aspirar a m¨¢s. Se content¨® especialmente con la tercera plaza Rins, que se hab¨ªa clasificado 13? el s¨¢bado y supo combinar a la perfecci¨®n las ansias de remontada con su habitual pilotaje elegante.

En el podio, otro domingo m¨¢s (y van cuatro), Joan Mir, que aunque sigue lament¨¢ndose por no haber ganado ni una carrera con tanto vaiv¨¦n de pilotos como se ha visto este curso, es, sin duda, uno de los m¨¢s regulares en este tramo del campeonato. Lo suyo no es la vuelta r¨¢pida, ni la pelea por la pole, pero en carrera es todo un espect¨¢culo. Como la Suzuki, probablemente la m¨¢quina m¨¢s equilibrada de la parrilla. Solo ocho puntos separan al mallorqu¨ªn de Quartararo en la general.