Cuando Kubala fue ofrecido al Atl¨¦tico
El Bar?a hab¨ªa estrenado el Camp Nou y la deuda del club era enorme
Hoy nadie lo recuerda, pero el Bar?a ofreci¨® a Kubala al Atl¨¦tico de Madrid en el verano de 1958. Necesitaba dinero y estaba harto de ¨¦l.
Inform¨® de aquello la revista Vida Deportiva, editada en Barcelona, en su ¨²ltimo n¨²mero de julio de 1958. El Bar?a hab¨ªa estrenado ese a?o el Camp Nou, lo que le cre¨® una enorme deuda. No ganaba la Liga desde 1953, planeaba el fichaje de Helenio Herrera para el banquillo y en el Atl¨¦tico hab¨ªa entrado como t¨¦cnico Fernando Daucik, casado con la hermana del jugador. Daucik y Kubala hab¨ªan llegado juntos al Bar?a en 1950 y sobre ellos dos se ciment¨® el equipo de las Cinco Copas.
Supe de aquello por un amigo granadino, coleccionista tambi¨¦n de recuerdos, que me envi¨® un recorte de Ideal de Granada del 1 de agosto de 1958, que recog¨ªa letra por letra la informaci¨®n de Vida Deportiva. Se titulaba as¨ª: ¡°Kubala no firm¨® por el Atl¨¦tico de Madrid todav¨ªa, porque desea que el Barcelona prescinda p¨²blicamente de ¨¦l¡±. Segu¨ªa un sumario: ¡°Tiene contrato en vigor por tres a?os, pero si desean su traspaso lo deben hacer¡±.
A preguntas del periodista, Kubala dice: ¡°Algunos directivos, sin duda llevados por amor al club y pensando en problemas muy actuales del mismo, han entablado conversaciones con el Atl¨¦tico para la posibilidad de mi traspaso¡±. La expresi¨®n ¡°problemas actuales¡± es una obvia alusi¨®n a la deuda. Sobre las condiciones que le ofrece el Atl¨¦tico dice que ¡°son ¨®ptimas¡±. Pero aclara: ¡°Nunca me ir¨¦ del Barcelona por mi propia iniciativa. Ahora bien: si el club considera que mis servicios no le interesan, no tiene sino decirlo. (¡) Me ir¨¦, pero quiero que lo digan de una manera que conste a todo el mundo (¡) Yo no quiero irme; me ir¨¦ si me echan¡±.
Luego hace protestas de amor al club y se queja de los directivos que dudan de su entrega y apela a los socios: ¡°Yo estoy seguro de que los socios del Barcelona no ser¨ªan partidarios de mi traspaso. Y, no s¨¦¡ pero ?no son en realidad los socios los verdaderos due?os del club?¡±.
La entrevista refleja la tensi¨®n entre el jugador y la directiva, que en marzo hab¨ªa llegado a apartarle del equipo con una nota p¨²blica muy dura. Sucedi¨® a cinco jornadas del final de la Liga, cuando el Bar?a perdi¨® 2-1 en Sarri¨¢, lo que le distanci¨® de la cabeza de forma definitiva. Esa misma noche Kubala, que aunque nunca faltaba a un entrenamiento era muy noct¨ªvago, tuvo una pelea con marinos de la VI Flota, dos de los cuales acabaron en el agua.
Salto al Espanyol
No volvi¨® a jugar en lo que quedaba de Liga, ni tampoco la final de la Copa de Ferias, conquistada por el club ante la Selecci¨®n de Londres. No regres¨® hasta la Copa, en la que el equipo cay¨® en semifinales ante el Athletic.
La operaci¨®n no cuaj¨® con el Atl¨¦tico. Probablemente, fue una conspiraci¨®n entre Daucik y algunos directivos descontentos con el jugador. Pero el Atl¨¦tico hab¨ªa hecho ese verano una fuerte inversi¨®n en Vav¨¢, el nueve campe¨®n del mundo en Suecia con Brasil, y hab¨ªa incorporado al joven interior portugu¨¦s Mendon?a, procedente del D¨¦por. No le quedaba remango para una operaci¨®n tan cara.
¡°Yo no quiero irme, me marchar¨¦ si me echan¡±, advirti¨® el jugador a la directiva azulgrana
Pero Kubala estaba encaminado a un mal final en el Bar?a. Ese verano lleg¨® HH, que poco a poco fue releg¨¢ndole. Poco a poco dej¨® de utilizarle fuera, por lento y poco luchador, aunque s¨ª jugaba en casa, donde el p¨²blico le reclamaba. Aquello cre¨® un enfrentamiento entre kubalistas, los nost¨¢lgicos de las Cinco Copas, y los suaristas, hinchas del joven Luis Su¨¢rez, al que los primeros consideraron un protegido del entrenador. Tras ganar dos Ligas, una Copa y otra de Ferias, Helenio Herrera se fue al Inter en la 60-61. Kubala cumpli¨® su ¨²ltimo a?o y se despidi¨® con un bonito homenaje en el que Di St¨¦fano y Puskas jugaron con el Bar?a contra el Stade Reims. Ten¨ªa 34 a?os. Pas¨® a ser formador de valores en la cantera del club. A media temporada cay¨® el entrenador, Mir¨®, y le sustituy¨® ¨¦l. Sigui¨® en la 62-63, pero la cosa no iba bien y se ofreci¨® para reaparecer y hacer de entrenador-jugador, al estilo de C¨¦sar, que en esa doble funci¨®n hab¨ªa subido al Elche de Tercera a Primera en dos brincos. No le dejaron, se molest¨® y fich¨® por el Espanyol, lo que disgust¨® a sus partidarios.
Fue un mal final para un h¨¦roe hist¨®rico del club. Un tiempo que me ha venido a la memoria ahora que el final de Messi parece cercano, al menos en su deseo. Y ahora que algunos atl¨¦ticos sue?an con atraerle mediante el se?uelo de su ¨ªntimo Luis Su¨¢rez.
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