La revoluci¨®n horizontal del Granada
Un audaz presidente de los setenta, C¨¢ndido G¨®mez, cambi¨® el dise?o de la camiseta por un modelo chocante
En los setenta estaba lejos a¨²n la dictadura del dise?o, palabra entonces confinada en la alta costura. El f¨²tbol viv¨ªa una mon¨®tona austeridad en las camisetas de los equipos, todas lisas o rayadas en vertical con predominio del blanco, el azul y el rojo. Cualquier excepci¨®n era una rareza. Los disidentes eran el Elche y el Tenerife, con una franja cruzando el pecho, y el Sabadell, con sus cuatro cuadros.
Presid¨ªa el Granada C¨¢ndido G¨®mez ?lvarez, Candi para el f¨²tbol, apodo que tra¨ªa de su tiempo de s¨®lido guardameta. Aunque gallego, lo mejor de su carrera lo hizo precisamente en el Granada. Y all¨ª se qued¨®.
Lleg¨® a la presidencia joven, con energ¨ªa y audacia. Lider¨® la creaci¨®n de una Liga de suplentes en Andaluc¨ªa e hizo fichajes llamativos. En la 71-72 roz¨® la clasificaci¨®n para Europa y su delantero Porta gan¨® el Pichichi. El Granada sonaba.
Decidi¨® darle a su club un toque diferencial buscando algo chocante en la indumentaria, hasta entonces a rayas verticales rojas y blancas y pantal¨®n azul. Tantos equipos con rayas eran un problema porque hab¨ªa mayor¨ªa de televisores en blanco y negro y cuando se televisaba a dos de ellos eran indistinguibles. Hab¨ªa que fijarse en sutilezas como el tono del pantal¨®n, el dobladillo de la media o cosas as¨ª. Eso provoc¨® que en ese tiempo algunos cambiaran las rayas finas por otras m¨¢s anchas.
Candi no quer¨ªa que el Granada fuera uno m¨¢s y encarg¨® un estudio. Siempre, eso s¨ª, con la premisa de mantener los colores. Manej¨® varias propuestas: cuatro cuadros, lo que suger¨ªa plagio del Sabadell; cuadros peque?os, en ajedrez; camiseta dividida en dos bandas verticales; y rayado en horizontal. Escogi¨® esta ¨²ltima.
Choc¨®. Aqu¨ª las rayas horizontales se asociaban al rugby. En el f¨²tbol no se ve¨ªan m¨¢s que en unos pocos equipos de fuera: el Sporting de Portugal, el Queens Park Rangers y el Celtic de Glasgow.
Para m¨¢s novedad, la camiseta llevaba el escudo en el centro del pecho y el n¨²mero, aparte de en la espalda, tambi¨¦n iba delante, m¨¢s peque?o, claro, en el anterior lugar del escudo. Y tambi¨¦n, m¨¢s peque?o a¨²n, en una pernera del calz¨®n.
As¨ª se present¨® al primer partido de Liga, en Atocha. Aunque lo hab¨ªa estrenado en su propio torneo de verano, la noticia no hab¨ªa trascendido, quiz¨¢ porque fue una exclusiva del Ideal y ni su competidor, Patria, ni las radios, le dieron eco por eso de los celillos de la profesi¨®n. Su aparici¨®n en Atocha caus¨® sorpresa. Y gan¨® por 0-2. En el Estudio Estadio de esa jornada fue la primera vez que la afici¨®n nacional conoci¨® la novedad, muy comentada el d¨ªa siguiente. En la segunda fecha recibi¨® al Madrid, con el que empat¨®, lo que no dej¨® de ser visto como un buen resultado. Tras la cuarta era l¨ªder, adem¨¢s de noticia por su nuevo dise?o. Candi estaba en la gloria.
Miguel Mu?oz
Para su desgracia, el equipo tom¨® m¨¢s fama por feroz que por abanderado de la modernidad. All¨ª estaban Aguirre Su¨¢rez y Fern¨¢ndez, a los que aquel a?o se sum¨® Montero Castillo. Argentino, paraguayo y uruguayo respectivamente, incorporaban la facha y las maneras de lo m¨¢s bronco del f¨²tbol suramericano en la ¨¦poca. Se suced¨ªan los incidentes, su mala fama fue creciendo y no falt¨® quien apuntara que las rayas horizontales eran propias para los convictos de los penales.
Dos a?os despu¨¦s lleg¨® Miguel Mu?oz como entrenador. Hombre muy de tradiciones, y que quiz¨¢ relacionaba en su interior las rayas horizontales con la leyenda de brutalidad, convenci¨® a Candi de volver a las verticales, y as¨ª lo hizo partir de noviembre. Empez¨® bien el curso, pero fue a peor. En la pen¨²ltima jornada, al borde del descenso, recuper¨® las horizontales para recibir al Madrid, a ver si cambiaba la suerte. Perdi¨® ese partido, luego el ¨²ltimo en Zaragoza y baj¨®, con sus rayas horizontales y cargado de su leyenda negra. Tardar¨ªa 35 a?os en regresar a Primera.
En ese tiempo fue incontable el n¨²mero de veces que pas¨® de unas rayas a otras, en busca de cambiar una suerte que lleg¨® a ser penosa, pues hasta estuvo en Tercera. Los aficionados de m¨¢s edad siempre abogaron por las verticales, las del a?o del Pichichi Porta. Los siguientes se fueron familiarizando con las horizontales. Cuando en 2009 lleg¨® Quique Pina a la presidencia lo someti¨® a la Asamblea y quedaron establecidas las rayas horizontales con car¨¢cter firme.
Esas rayas horizontales del Granada no epatan tanto hoy porque, como escribi¨® Andrew Shields, ¡°algunas camisetas de f¨²tbol parecen obra de un chimpanc¨¦ drogado¡±, pero a¨²n marcan diferencia. Por fin est¨¢ en Europa y su leyenda negra se pierde ya en la bruma del tiempo. El viejo sue?o de Candi, que vive para verlo, se hizo carne.
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