Bernab¨¦u se libr¨® de la Copa de Ferias
Su prestigio quedaba lej¨ªsimos de la Copa de Europa y por debajo de la Recopa. Para Bernab¨¦u, rogar para ser admitido ah¨ª era un desdoro; para el madridismo en general era elegir entre la peste y el c¨®lera
En aquella ¨¦poca encontr¨¦ en Dicen un chiste en el que un se?or preguntaba a otro: ¡°?Ser¨¢ ya lo bastante aristocr¨¢tica la Copa de Ferias para el se?or Bernab¨¦u?¡±. Lo he recordado ahora, ante el trance del Madrid, amenazado de caer a la UEFA League en su partido ante el Borussia. Un destino aberrante para muchos de sus partidarios, un malicioso atractivo para los anti.
Aquello fue peor amenaza. Aquello ocurri¨® al final de la Liga 69-70. Hasta ese momento, el Madrid no hab¨ªa faltado a ninguna edici¨®n de la Copa de Europa. Los a?os que no gan¨® la Liga pudo reengancharse como campe¨®n europeo. Quince consecutivas. Con Gento siempre ah¨ª.
Pero la 69-70 sali¨® mal. Tras barrer al Olimpiakos (14-1 en el agregado) le toc¨® el Standard de Lieja. El Madrid era favorito, pero perdi¨® 1-0 en Lieja y 2-3 en Madrid, con gran estruendo nacional, como siempre ocurr¨ªa en la ¨¦poca con sus ca¨ªdas en la Copa de Europa en aquellos a?os de eliminatorias directas y un solo participante nacional. Pero quedaba la Liga, el camino natural hacia la siguiente edici¨®n. En los sesenta hab¨ªa ganado todas menos una. ?Por qu¨¦ iba a fallar ahora? Tras una aceptable primera vuelta la segunda fue mediocre: cinco victorias, cinco empates, cinco derrotas. Finaliz¨® sexto, ¨²ltimo de un cu¨¢druple empate con Sevilla, Bar?a y Valencia. Campe¨®n fue el Atleti y segundo el Athletic.
La Copa de Ferias admit¨ªa a cuatro espa?oles, del segundo al quinto. ?Y el Madrid? El Madrid ten¨ªa que escoger entre no jugar nada o rogar, con bastantes posibilidades de ¨¦xito, que le inscribieran en la Copa de Ferias.
Para el madridismo en general y para Bernab¨¦u en particular, era elegir entre la peste y el c¨®lera, porque la Copa de Ferias, creada al tiempo que la Copa de Europa con ¨¢nimo de competir con ella, fue vista desde el Real Madrid con expl¨ªcito desprecio. ¡°La copa de los pueblos¡±, la llam¨® Bernab¨¦u. Se concibi¨® para combinados de equipos de ciudades que albergaran ferias internacionales, pero pronto pas¨® a recoger a los clubes sin plaza ni para la Copa de Europa ni la para la Recopa, que acog¨ªa a los campeones de Copa.
Su prestigio quedaba lej¨ªsimos de la Copa de Europa y por debajo de la Recopa. Para Bernab¨¦u, rogar para ser admitido ah¨ª era un desdoro. S¨®lo faltaba un a?o para que la acogiera la UEFA y le diera su nombre, pero a¨²n se llamaba Copa de Ferias, ¡°la copa de los pueblos¡±. As¨ª que naci¨® un debate morboso: ?pedir¨¢ Bernab¨¦u el ingreso por la puerta de atr¨¢s o renunciar¨¢ a unas taquillas europeas? Muchos madridistas prefer¨ªan honra sin barcos a barcos sin honra. S¨®lo hab¨ªa una escapatoria: la Copa, que podr¨ªa abrir la salida digna de la Recopa. Pero no era competici¨®n propicia al Madrid, que s¨®lo hab¨ªa ganado una desde 1947. El incombustible Gento ten¨ªa doce Ligas, seis Copas de Europa y s¨®lo una Copa.
Se jugaba en paralelo con el mundial de M¨¦xico, al que Espa?a no se clasific¨®. El Madrid la abord¨® una misi¨®n dif¨ªcil y antip¨¢tica, consciente de que la ca¨ªda le dejar¨ªa ante una disyuntiva deshonrosa.
Los dieciseisavos fueron ante un Segunda, el Castell¨®n: 2-2 en La Plana y 3-0 en Madrid. Estaba cantado. Los octavos fueron otra cosa: Las Palmas. El Madrid perdi¨® la ida 2-0 y en la vuelta estaba 3-1 en el 89¡ä, abocado a un desempate, cuando Vel¨¢zquez hizo el 4-1. Un alivio. En cuartos, el Bar?a, con lo que el morbo subi¨® muchos enteros. En el Bernab¨¦u, 2-0. En la vuelta, Rexach marc¨® el 1-0 al borde del descanso. Luego, en el 60¡ä, se produjo la jugada que removi¨® los cimientos del f¨²tbol espa?ol: Guruceta pit¨® como penalti un derribo de Rif¨¦ a Vel¨¢zquez fuera del ¨¢rea. Se arm¨® la de San Quint¨ªn. Amancio lo transform¨® en el 1-1 y el Madrid sigui¨®.
Semifinales: el Athletic. Era su competici¨®n y estaba muy en forma, as¨ª que no fue sorpresa que ganara 0-1 la ida en el Bernab¨¦u. Pero a la vuelta el Madrid se crece y responde con un 0-2.
La final en el Camp Nou, en armas contra el Madrid por lo de Guruceta. El Madrid s¨®lo reserva 2.500 entradas, el Valencia, 15.000. Acude una mayor¨ªa cul¨¦ deseosa de venganza. El Valencia, que sale pegando dur¨ªsimo y pronto tienen que ser retirados Grosso y Amancio. Se llega al descanso 1-1, de Pirri y Claramunt, ambos de penalti. En la segunda mitad el Madrid lo borda y marcan Planelles y Fleitas, los sustitutos de los lesionados. El gol de Fleitas, de lejos y por arriba, record¨® al que Pel¨¦ intent¨® en M¨¦xico.
Y Gento cogi¨® feliz la Copa que abr¨ªa la puerta de la Recopa.
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