Muguruza se gana las semifinales

Celebra el tenis un regreso, el de Garbi?e Muguruza en este Open de Australia. Se puede decir sin tapujos, porque m¨¢s all¨¢ del trazado de estos d¨ªas el p¨²blico asiste a la reacci¨®n de una tenista que hoy d¨ªa es otra, la de antes. 7-5 y 6-3 (en 1h 33m) a Anastasia Pavlyuchenkova y la hispano-venezolana sobrevolando las semifinales del torneo, cota que no pisaba en un grande desde hac¨ªa casi dos a?os, las de Roland Garros 2018. Nunca hab¨ªa llegado tan lejos en el major de las Ant¨ªpodas y el volantazo viene acompa?ado de un nombre: Conchita Mart¨ªnez.

M¨¢s informaci¨®n

'Garbi?e, el deporte y los detalles', por TONI NADAL

Dos figuras contra la leyenda hom¨®foba

Esta fue la ¨²ltima espa?ola que hab¨ªa conseguido alcanzar la pen¨²ltima ronda en Melbourne (a?o 2000) y le ha iluminado el camino a su jugadora, nada que ver con aquella competidora cabizbaja que hab¨ªa asumido equivocadamente la rutina de la derrota. No hay color. La transformaci¨®n es integral y responde, tan sencillo y tan complejo, a una cuesti¨®n an¨ªmica de confianza.

Transcurri¨® el duelo en un estrecho margen de tres o cuatro golpes, no m¨¢s. A Pavlyuvhenkova no le interesaba pensar y Muguruza pretend¨ªa rizar el rizo para cortocircuitar a la rusa, pero la mayor¨ªa de los puntos se resolv¨ªan sin discusi¨®n y la que estuviera m¨¢s certera en esa breve selecci¨®n de tiros se llevaba el gato al agua. Ca¨ªa sol en Melbourne, y del duro. Y en el banquillo rival estaba de rojo, y colorado como un tomate, el t¨¦cnico Sam Sumyk. Adi¨®s, gracias y a otra historia. El pasado queda atr¨¢s, Conchita supervisaba desde el otro box y todo fluye con normalidad. Sabe un rato de esto la aragonesa y el reencuentro ha sido una bendici¨®n.

Garbi?e ha recuperado el temple y vuelve a mandar de nuevo en la pista. Fue esta vez distinto, no tan abrumador como en los dos ¨²ltimos partidos, pero la sensaci¨®n de control estuvo ah¨ª todo el rato pese a que el desarrollo estuviera salpicado de breaks, ocho en total. Muguruza activ¨® el modo muro, devolviendo bolas desde cualquier posici¨®n y deshaciendo la moral de la rusa. Tiene esta un rev¨¦s da?ino, pero no encontraba apenas huecos y termin¨® descomponi¨¦ndose ella sola, a base de dobles faltas (8). Quer¨ªa imponer el v¨¦rtigo y acab¨® de los nervios, presa de la tensi¨®n. Las miradas inquisidoras de Sumyk a veces pesan mucho.

Garbi?e fue tir¨¢ndole a los pies y dirigiendo la bola enga?osamente hacia el centro, y su rival se nubl¨®. Cometi¨® tres dobles faltas y entreg¨® el primer parcial. A partir de ah¨ª, Muguruza domin¨® y el guion dio un giro; encaj¨® una rotura de entrada, al igual que en el arranque, pero a la que enderez¨® el servicio se acab¨® el debate. A pleno rendimiento, la diferencia entre una y otra es sideral. Vaya diamante se me ha escapado de las manos, deb¨ªa de pensar Sumyk. Y as¨ª es. La rusa volvi¨® a cometer otra doble falta que decant¨® el sexto juego y en la grada se escuch¨® un ¡°?Aupa Garbi?e!¡± con acento vasco que acompa?¨® a la volea de la r¨²brica.

¡°Estoy preparada, tengo muchas ganas de jugar ma?ana¡±, expres¨® a pie de pista, cuando se enteraba de que tendr¨¢ enfrente en las semifinales a la rumana Simona Halep (doble 6-1 a Anett Kontaveit). Examen mayor, el de la n¨²mero dos del mundo, aunque los antecedentes son positivos: 3-2 a favor en el casillero, habiendo logrado las tres victorias sobre cemento. En cualquier caso, Muguruza se ha puesto las pilas y as¨ª es dif¨ªcil que alguien le pare. Se advert¨ªa: quiere. Y puede. Est¨¢ haci¨¦ndolo. Han bastado solo cinco partidos para corroborarlo. Muguruza va pisando fuerte de nuevo y degusta las semifinales.

Vuelve a pintar bien la cosa. Est¨¢ en trance, aislada de todo, en ese limbo confortable que multiplica su confianza. Tenis, tenis, tenis. Tan simple y tan complejo. Esa era la clave de todo.

¡°A VECES LOS DEPORTISTAS PODEMOS DESESPERARNOS¡±

A. CIRIZA / Melbourne

¡°?Qu¨¦ le ocurre a Garbi?e?¡±.

Algunos periodistas internacionales se acercan y preguntan el porqu¨¦ de esa cara tan seria. Muguruza resuelve el turno de preguntas en ingl¨¦s en menos de cinco minutos y el de espa?ol en menos de cuatro, y las respuestas rara vez alcanzan los 15 segundos.

Elegantemente afea un planteamiento de un reportero italiano, que compara su descompresi¨®n de los dos ¨²ltimos cursos con un coma ¨C¡°coma es un t¨¦rmino bastante fuerte¡­No lo veo en absoluto como un coma¡±¨C y despu¨¦s razona sin querer entrar en el m¨¢s m¨ªnimo detalle, cobijada en la burbuja mental que tan bien le funcion¨® en otros grandes escenarios como Roland Garros y Wimbledon.

¡°Estoy muy concentrada desde que ha empezado el torneo, muy centrada en hacer todo lo posible para estar a tope¡±, expone. ¡°Tengo confianza en que ya he estado en estas circunstancias antes, as¨ª que no intento analizar mucho el estar otra vez en las semifinales¡±, contin¨²a.

¡°Creo que el momento m¨¢s dif¨ªcil es cuando trabajas duro, trabajas como antes o incluso m¨¢s, y sientes que los resultados no est¨¢n llegando. A veces los deportistas podemos desesperarnos un poco. Es muy dif¨ªcil estar durante tantos a?os en la cima, siendo consistente. Solo unos pocos jugadores pueden soportar eso durante muchos, muchos a?os seguidos¡±, agrega.

Comenta de refil¨®n su ascensi¨®n al Kilimanjaro ¨C"fue una experiencia que me cambi¨® la vida. No puedo dar una respuesta simple a una pregunta tan complicada porque no es el momento adecuado" ¨C y define a la rumana Halep, que no ha perdido un set en direcci¨®n a la pen¨²ltima ronda, como "una rival muy s¨®lida, una top que ha sido muy consistente durante todos estos a?os".

Por ¨²ltimo, la 32 del mundo ¨Ces la primera vez desde 2014 que no asiste a un grande entre las cabezas de serie¨C dice que se enter¨® el d¨ªa anterior de que su preparadora, Conchita, hab¨ªa alcanzado las semifinales del torneo. Era el a?o 2000, y entonces la espa?ola cay¨® contra Martina Hingis por 6-3 y 6-2. Ahora ingresar¨¢ en el Sal¨®n de la Fama del Tenis. ¡°Creo que est¨¢ feliz y se lo merece. Estoy orgullosa de ella¡±, resume antes de concluir: ¡°Sab¨ªa que ella lo hab¨ªa conseguido, pero no pienso tanto como a veces creo que pens¨¢is. Yo estoy centrada en mi carrera y no pienso en qui¨¦n fue la ¨²ltima¡­¡±.