H¨¦roes en el terremoto
El f¨²tbol vive de contrastes. Al mismo tiempo que Florentino P¨¦rez intentaba impulsar la Superliga, el Madrid ca¨ªa en la Copa ante el Alcoyano
La semana de la Superliga
La naturaleza del f¨²tbol siempre fue la misma: popular, sentimental, ind¨®mito¡ Pero en estos d¨ªas hay desconcierto entre los aficionados porque el f¨²tbol est¨¢ pisando la frontera entre un antes y un despu¨¦s. Y en el juego de contrastes que al f¨²tbol siempre le gust¨®, precisamente en la semana en que Florentino P¨¦rez se reun¨ªa con Andrea Agnelli para delinear la Superliga, el Madrid ca¨ªa ante el Alcoyano. La reuni¨®n hablaba del despu¨¦s; la derrota ante un equipo de Segunda ¡°B¡±, del antes. En Alcoy vivimos uno de esos ¡°momentazos¡± a los que nunca nos acostumbraremos y que dan p¨¢bulo a dos teor¨ªas antag¨®nicas. Los amantes del ¡°antes¡± se reir¨¢n de la Superliga pregunt¨¢ndose si invitar¨¢n a participar al Alcoyano. Y los que defienden el despu¨¦s, ver¨¢n en este episodio la prueba de que no se puede poner en peligro un negocio de cientos de millones enfrent¨¢ndose a equipos pobres.
Un ¡°marr¨®n¡± para toda la vida
Lo del Alcoyano fue un terremoto hist¨®rico de los que duran dos d¨ªas. Alcoy se queda con la parte hist¨®rica y el Madrid, en el epicentro del terremoto, con -una-verg¨¹enza. Para que ocurra algo as¨ª hace falta que el equipo peque?o salga a jugar por la gloria en el partido de su vida, y el grande salga a salvar el fracaso en lo que los jugadores consideran un ¡°marr¨®n¡±. Que el entrenador del grande aproveche para hacer diplomacia alineando a siete figuras sin ritmo de competici¨®n. Y, finalmente, que el f¨²tbol haga de las suyas; esto es, permitir que ocurra lo que no puede ocurrir. Por ejemplo, que el equipo que tira cinco tiros al arco le marque dos goles al equipo que meti¨® uno tirando 26 veces. El deseo de culpar habla de falta de actitud. Pero en un club como el Madrid la cosa es m¨¢s grave: falta inspiraci¨®n ante el gol.
H¨¦roes embarrados
Agazapada detr¨¢s del impacto del terremoto habita la emocionante historia de los jugadores del Alcoyano, h¨¦roes por un d¨ªa. Gente que embarra su pasi¨®n por el f¨²tbol en campos de Tercera y Segunda ¡°B¡± dej¨¢ndose el alma en cada partido, ganando lo justo y siendo invisibles para el gran p¨²blico. Jos¨¦ Juan, portero de 41 a?os que estuvo toda la noche en estado de gracia, habl¨® con Jos¨¦ Ram¨®n de la Morena al final del partido y dej¨® constancia de su humildad desde el saludo: ¡°qui¨¦n me iba a decir a mi que hablar¨ªa contigo esta noche¡±. La felicidad tiene un l¨ªmite y cuando lo traspasamos, entramos en el cl¨¢sico momento: ¡°esto no me est¨¢ pasando a m¨ª¡±. Ver como alguien que le dedic¨® su vida entera al f¨²tbol descubre que la gloria es algo que tambi¨¦n le puede pasar a ¨¦l, es una recompensa conmovedora que el f¨²tbol, en esta ocasi¨®n, pag¨®.
H¨¦roes desanimados
El Madrid sufri¨® dos golpes seguidos en seis d¨ªas (Supercopa y Copa del Rey) y le est¨¢n contando hasta ocho. Pero la sensaci¨®n de decadencia se manifiesta m¨¢s en las peque?as cosas. Mientras el Madrid, golpeado, se levanta del suelo, Jovic se vuelve al Eintracht y Odegaard quiere volar adonde sea, dos deserciones inesperadas y dolorosas. Jovic se va a buscar a Alemania los goles que se perdi¨® en el Madrid. Lo de Odegaard se explica peor porque dej¨® muestras de una calidad que el Madrid necesita. Si no luci¨® lo suficiente fue porque el contexto no es coherente con sus virtudes (pocos jugadores que busquen los espacios) y porque le falt¨® atrevimiento (interesado en no perder la pelota antes que en asumir riesgos). M¨¢s relevante que la cuesti¨®n futbol¨ªstica es la mental. No pelear y rendirse no son rasgos de un jugador del Madrid.
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