La lacra de la fealdad amenaza a la Liga
Ser¨ªa raro que Espa?a comenzara a producir un Mbapp¨¦ o un Haaland. Con o sin atletas, un problema amenaza gravemente al campeonato: se juega mal, cada vez peor
Se ha abierto el turno de preguntas sobre el estado del f¨²tbol espa?ol. Equipos que hasta hace poco oficiaban de jerarcas mundiales ofrecen se?ales cada vez m¨¢s preocupantes. En el caso del Bar?a, alarmantes. Tampoco ofrecen garant¨ªas el Real Madrid y el Atl¨¦tico. Eliminados en octavos y cuartos de final en la ¨²ltima edici¨®n de la Liga de Campeones, sus recientes actuaciones contra el Atalanta y el Chelsea acentuaron la sensaci¨®n de inquietud que preside nuestro f¨²tbol.
Las opiniones sobre esta regresi¨®n son tan variadas como el ¨¢ngulo de los an¨¢lisis. Las explicaciones van desde lo generacional ¡ªla salida y crep¨²sculo de Cristiano Ronaldo y Leo Messi, los dos formidables mascarones de proa de este siglo¡ª hasta lo econ¨®mico, problema concretado en el despegue de la Premier y del actual sistema de distribuci¨®n del dinero de la televisi¨®n, algo m¨¢s igualitario que hace una d¨¦cada. Seg¨²n esa tesis, lo bueno para el Real Madrid y el Bar?a es bueno para el f¨²tbol.
Las exhibiciones de Mbapp¨¦ y Haaland frente al Bar?a y Sevilla empujaron a otra perspectiva: parecen representar la nueva bandera del f¨²tbol, sostenida por una velocidad que muchos consideran inalcanzable para los equipos espa?oles. Son los dos j¨®venes que ejercen como eje de la modernidad, identificada ahora con la exuberancia atl¨¦tica, a la que ellos a?aden una calidad t¨¦cnica incontestable.
No son opiniones novedosas. En todas las ¨¦pocas se ha recurrido a la preponderancia del f¨ªsico cuando los equipos no funcionan. Se explic¨® as¨ª la decadencia de los equipos italianos y espa?oles en los a?os 70, la irrupci¨®n del Ajax, los ¨¦xitos alemanes en los 70 y 80 y las derrotas de Brasil en los Mundiales de 1982 y 86, de la misma manera que el vigor y la maestr¨ªa t¨¢ctica sirvi¨® para explicar el dominio italiano en la d¨¦cada de los 90.
Este an¨¢lisis choca con un obst¨¢culo inc¨®modo: la hegemon¨ªa de la selecci¨®n y de los equipos espa?oles durante un largo periodo de este siglo. Es cierto que el Real Madrid y el Bar?a se beneficiaron de una gigantesca inyecci¨®n econ¨®mica, pero tambi¨¦n es palmario que nuestro f¨²tbol se benefici¨® del productivo trabajo de formaci¨®n de los j¨®venes y de una mirada heterodoxa. Lejos de aceptar la norma general, propuso un modelo alternativo, apoyado en la m¨¢xima calidad t¨¦cnica y un laborioso rigor en el campo.
No hace tanto que los Cazorla, Silva, Iniesta, Xavi y compa?¨ªa revolucionaron el f¨²tbol con una manera de entender el juego que figuraba en las ant¨ªpodas de la moda. Peque?os de estatura, eran gigantes en el campo. Hicieron un gigantesco favor al prestigio de la Liga espa?ola, en gran medida porque a sus ¨¦xitos a?ad¨ªan una idea presidida por la belleza, no por el cinismo.
Es muy posible que el campeonato espa?ol y sus equipos hayan declinado por razones econ¨®micas y su falta de soluciones a muchas de las nuevas propuestas, surgidas de las preguntas que otros pa¨ªses se hicieron anteriormente para contrarrestar el radical modelo de equipos como el Bar?a o la selecci¨®n. Ser¨¢ dif¨ªcil encontrar la respuesta en el factor atl¨¦tico. Ser¨ªa raro que Espa?a comenzara a producir un Mbapp¨¦ o un Haaland.
Con o sin atletas, un problema amenaza gravemente a la Liga espa?ola. Se juega mal, cada vez peor, con el ambiente dominado por un tacticismo asfixiante, jaleada por un entorno que no tiene problema en justificar la fealdad. Los partidos han perdido continuidad, producen una elevad¨ªsima cantidad de faltas y se detienen constantemente, con la lamentable tolerancia de los ¨¢rbitros. Se ha perdido el af¨¢n de jugar, en beneficio de la especulaci¨®n y el cinismo. Si no se ataja, es la clase de lacra que puede llevar a la Liga al sumidero.
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