El Bar?a toma la medida al Madrid
Los de Jasikevicius vencen su cuarto cl¨¢sico consecutivo ante un rival escaso de recursos (76-81)
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Al Madrid no le alcanz¨® el orgullo y al Bar?a le sobr¨® solvencia. Los de Jasikevicius se llevaron el cl¨¢sico por cuarta vez consecutiva en este curso y consolidaron su liderato en la Euroliga. Justos de recursos y abocados a la resistencia, al conjunto de Laso se le qued¨® corta la aportaci¨®n de Tavares y Deck frente a un rival consolidado en torno a Mirotic y Oriola (m¨¢ximo anotador con 18 puntos y un 3 de 5 en triples). La pasi¨®n madridista ajust¨® las holguras de enfrentamientos anteriores pero no erosion¨® a la roca azulgrana. Los de Laso perdieron su 12? partido, el sexto ante los rivales espa?oles del torneo a los que han sido incapaces de imponerse en cancha propia y ajena. ¡°Estamos por debajo de lo que hicimos en la Copa. Es humano bajar el nivel, pero ahora nos toca subir otra vez¡±, analiz¨® Jasikevicius, exigente, pero satisfecho con el crecimiento de su equipo en el pulso con el eterno enemigo. El Bar?a ya est¨¢ matem¨¢ticamente clasificado para el playoff y con margen para hacerlo como primero de la tabla. El Madrid debe ganar al menos dos de los cinco partidos restantes para agarrarse al top-8.
Hace un mes, la final de Copa result¨® un contundente ejercicio de superioridad del Bar?a ante un rival achacoso y lastrado por las bajas. Una carrera desigual entre un equipo vigoroso que pelea contra s¨ª mismo para endurecer su talento desbordante, frente a un grupo al que la sucesi¨®n de contratiempos le han convertido la temporada en una cuesti¨®n de orgullo y supervivencia. El guion se mantuvo en el quinto episodio de una serie que promete m¨¢s entregas y emociones fuertes de aqu¨ª a final de curso.
Solo Abalde, Garuba y Tavares han estado disponibles en el Madrid en las 29 jornadas continentales. Esta vez, segu¨ªan de baja Rudy y Llull y Thompkins legaba entre algodones (apenas aport¨® dos rebotes). Mientras, a la espera de la incorporaci¨®n efectiva de Pau Gasol, a Jasikevicius le da el repertorio para hacer descartes y para salvar el cl¨¢sico sin recurrir ni a Westermann ni a Bolmaro. ¡±Iremos con paciencia, como estaba previsto. Poco a poco. A¨²n le queda recorrido para empezar a jugar¡±, cont¨® sobre Pau en el pre-partido el t¨¦cnico azulgrana, preocupado porque su equipo fuera ¡°f¨ªsico e intenso¡± en el duelo. ¡°Hay que tirarse al suelo en cada bal¨®n dividido¡±, explic¨® el t¨¦cnico azulgrana para hacer visible su plan. Y, respondiendo a Saras, la primera embestida fue del Bar?a, con la batuta de Calathes y la percusi¨®n de Oriola. Pero Laso mantuvo el pulso con su quinteto inicial, Aloc¨¦n encontr¨® el tiento en la pista y la influencia de Tavares fue creciendo paulatinamente. Del 3-10 se pas¨® al 14-13 en un santiam¨¦n. Un primer cuarto que comenz¨® efervescente y se cerr¨® desentonado, con los banquillos sobreactuando en cada decisi¨®n arbitral, y con un triple de Kuric que permiti¨® a los suyos mantener la iniciativa (19-24, m. 10).
Hanga y Laprovittola se emparejaron en el puesto de base en la continuaci¨®n y el Bar?a busc¨® sacar r¨¦dito de la ventaja f¨ªsica. Antes, Deck hab¨ªa intentado sin ¨¦xito rebajar a Calathes. Los mejores pasadores no fueron los peque?os (una asistencia de Aloc¨¦n, una de Laprovittola y tres de Tavares; tres asistencias de Calathes y cinco de Mirotic). Y, en mitad de la partida de ajedrez de los entrenadores, lleg¨® la segunda falta de Tavares. Sin embargo, el paso al frente de Abalde, 2 de 2 en triples en ese tramo, y un bingo m¨¢s de Laprovittola permitieron al Madrid mantener el equilibrio. Con y sin Tavares, los blancos estiraron su dominio en el rebote como base de su resistencia.
Fue de nuevo Oriola el que despert¨® a los de Jasikevicius, despejando a base de intensidad los amagos de suficiencia azulgrana. Antes del viaje a vestuarios, un triple de Deck alivi¨® a los de Laso cuando comenzaban a hacer la goma. Pero la ¨²ltima imagen de la primera mitad fue un tropiezo de Tyus (en su mejor d¨ªa hasta ese instante), que frustr¨® un contraataque blanco y del que sali¨® lesionado el jugador madridista. Fue la 11? p¨¦rdida de los locales (38-41, m. 20).
Para entonces, el Madrid hab¨ªa remado con m¨¢s actitud que cabeza. El Bar?a se hab¨ªa dejado llevar con m¨¢s solvencia que coraz¨®n. Cuesti¨®n de concentraci¨®n y pasi¨®n. No era la dureza que reclamaba Jasikevicius ni la perfecci¨®n que ped¨ªa Laso. A unos les faltaba tapar el agujero de las p¨¦rdidas, a los otros un par de vueltas en defensa. Y, en la reanudaci¨®n, un mate de Mirotic anunci¨® un Bar?a m¨¢s fiero. Subi¨® la aspereza y se espes¨® el juego. Deck y Oriola agarraron el protagonismo con puntos y sudor. La gracilidad de Carroll, Abrines o Kuric eran la excepci¨®n sobre un parquet con mucha lija y poco barniz. Una pugna tan achatada en la anotaci¨®n como ajustada en las sensaciones (57-57, m. 31).
El Madrid peleaba por sostener su umbral de sufrimiento, el Bar?a por terminar de calentar su destemple. Se agotaba el tiempo y crec¨ªa la incertidumbre (65-65, m. 35). Hanga y Abalde intercambiaron dos triples y, mientras Tavares conduraba sus tres faltas, Garuba se faj¨® a duras penas en la zona ante Oriola y Mirotic. Pero, desde fuera, el propio Oriola liber¨® a los azulgrana con un triple clave (69-73, m. 37). Err¨® Abalde varias veces con el estoque al tiempo que afinaba Mirotic desde el tiro libre. Un tap¨®n del propio Mirotic a Deck y un mate de Oriola en el siguiente viaje al aro terminaron con la intriga. El Bar?a marca tendencia y tiene tomada la medida al cl¨¢sico.
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