La irrupci¨®n de Laporte doblega la defensa del Everton y pone al City en semifinales de la Copa
Una jugada del central franc¨¦s desbloquea el entramado de Ancelotti para dar la victoria al equipo de Guardiola, que se impone por 0-2 en un duelo que puso a prueba su entereza psicol¨®gica
El Manchester City atraves¨® con ¨¦xito una de las pruebas m¨¢s duras que se ha encontrado esta temporada. El duelo a partido ¨²nico de cuartos de final de Copa en Goodison Park fue un examen que midi¨® la entereza moral y la capacidad de resistencia del equipo de Guardiola frente a la acumulaci¨®n de dificultades. No solo de sofisticaciones vive este City que goza de una ventaja t¨¢ctica insuperable gracias a la flexibilidad de sus volantes. Ante el Everton demostr¨® que est¨¢ hecho de una pasta muy dura. Un material que le permiti¨® alcanzar las semifinales de la Copa por tercer a?o consecutivo y mantener la progresi¨®n que inici¨® a mediados de noviembre y que le sit¨²a como al equipo que, hoy por hoy, mejor juega en Europa.
Para el Everton fue el partido m¨¢s importante que le resta en el curso. El equipo de Liverpool llev¨® a su rival al l¨ªmite. Lo hizo con un ejercicio de rigor defensivo dif¨ªcil de contemplar cuando en los estadios no hay p¨²blico que anime al celo ni a la ¨¦pica. Ancelotti convenci¨® a sus jugadores de renunciar al ataque a cambio de comprimirse alrededor de su porter¨ªa. No es sencillo conseguir que los futbolistas hagan este tipo de sacrificios, pero el t¨¦cnico italiano debi¨® pronunciar un discurso persuasivo. Fue asombroso ver la solidaridad y la abnegaci¨®n conque todos se emplearon en conformar tres l¨ªneas impenetrables. En la retaguardia, cinco zagueros con dos carrileros cuya primera misi¨®n consisti¨® en auxiliar a los centrales para evitar que Sterling y Foden, los extremos citizens, hicieran superioridades por afuera. En el medio Andr¨¦ Gomes, Allan y Sigurdsson, pegados como lapas a Gundogan y Bernardo Silva para que nunca consiguieran forzar a los centrales a tomar decisiones comprometidas. Y en punta Richarlison y Calvert Lewin, m¨¢s pendientes de cerrar las l¨ªneas de pase de Fernandinho, apenas recibieron balones ventajosos cada vez que procuraron lanzar sus c¨¦lebres contragolpes.
Hay equipos que repliegan masivamente pero no marcan sino que se limitan a cubrir. Los jugadores del Everton, adem¨¢s de ocupar una posici¨®n, acudieron con determinaci¨®n a hostigar a cada uno de los adversarios que pisaron su zona de influencia. Cundieron las faltas, las fricciones, los gestos intimidatorios. El City tuvo el 75% de la posesi¨®n pero la fluidez a la que acostumbran pasarse la pelota sus jugadores se interrumpi¨® constantemente. El campo se hizo estrecho y doloroso para los tobillos de Gabriel Jes¨²s, Bernardo y Gundogan, siempre sometidos a la lija. El partido se libr¨® en dos terrenos: el t¨¢ctico, que entra?¨® un problema matem¨¢tico, y el psicol¨®gico. Durante una hora larga dio la impresi¨®n de que no lo ganar¨ªa nadie, sino que lo perder¨ªa el primero que dudase de sus posibilidades. Sentado en el banquillo, Guardiola se frotaba la nariz en busca de una f¨®rmula salvadora mientras conversaba con Lillo.
El problema matem¨¢tico se cifr¨® en el reparto de tareas cuando el City atacaba elaborando en campo rival. Si Ancelotti destin¨® ocho jugadores a defender a su portero, Guardiola liber¨® a siete para atacar y protegi¨® a su portero con Fernandinho y dos centrales. El equilibrio de fuerzas ahog¨® los avances del City pero apenas permiti¨® al Everton disponer de una ocasi¨®n a bal¨®n parado, gracias a un cabezazo de Mina que sac¨® Zinchenko en la raya de gol. No hubo m¨¢s porque Fernandinho, Laporte y Dias dieron un recital de ajustes.
Ocho contra ocho
La barricada que construy¨® Ancelotti comenz¨® a temblar transcurrida la hora de refriega, cuando Fernandinho se aventur¨® al ¨¢rea de Virginia asoci¨¢ndose con Sterling. Liberado por la aparici¨®n de un octavo c¨®mplice en el ¨¢rea rival, el jamaicano sac¨® un tiro pegado al palo y el portero lo desvi¨® con la yema de los dedos. Fue el primer aviso de que el City hab¨ªa decidido lanzarse al vac¨ªo. La defensa del Everton acab¨® por romperse en el minuto 83 cuando entr¨® en juego un factor m¨¢s inesperado que Fernandinho todav¨ªa. Eymeric Laporte se desentendi¨® de su ocupaci¨®n primordial e irrumpi¨® desde atr¨¢s como si fuera un volante, sum¨® otro hombre al pelot¨®n atacante del City, y gener¨® una duda insuperable en los zagueros locales. Desbordado Sigursson, Allen vacil¨® entre ir o quedarse con De Bruyne; mientras que Holgate, quiz¨¢ demasiado disciplinado, permaneci¨® pegado a Foden en lugar de acudir a ayudar al central vecino. Por la brecha entr¨® el franc¨¦s que le pas¨® el bal¨®n a De Bruyne en la frontal del ¨¢rea. Devuelta la pared, el propio Laporte termin¨® la jugada con un remate de derechas que Virginia desvi¨® al larguero y que Gundogan remach¨® de cabeza.
Gundogan, m¨¢ximo anotador del City con 16 tantos, inaugur¨® su cuenta particular en Copa. De Bruyne, que acababa de entrar por Sterling, fue decisivo en el 0-1 y meti¨® el 0-2 en el ¨²ltimo minuto del partido, cuando el Everton se desmadejaba en busca del empate.
En el otro encuentro de cuartos disputado este s¨¢bado el Southampton se impuso al Bournemouth (0-3). Chelsea-Sheffield y el Leicester-United cierran la jornada el domingo.
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